LA LEY DE LA MAGIA (OSHO)








Te hablare de una de las leyes más profundas de la vida. Puede que nunca hayas pensado en absoluto sobre ella.

Has escuchado -toda la ciencia depende de ello- que la causa y el efecto son la base. Creas la causa y el efecto le sigue.

La vida es una conexión causal. Pon la semilla en la tierra y brotara. Si la causa está allí, entonces seguirá el árbol. El fuego está allí: pon tu mano en él y se quemara. La causa está allí y el efecto le seguirá. Toma veneno y morirás. Haz los arreglos para la causa y entonces el efecto le seguirá.

Esta es una de las leyes científicas mas básicas, esa causa y efecto es la conexión mas intima de todos los procesos de la vida.

La religión conoce una segunda ley aún más profunda que esta. Pero la segunda ley que es más profunda que esta parecerá absurda si no la conoces y experimentas con ella.

La religión dice: Produce el efecto y la causa le sigue. Esto es absolutamente absurdo en términos científicos.

La ciencia dice: Si la causa está allí, el efecto le sigue.

La religión dice que el inverso es también cierto: crea el efecto y observa...la causa le sigue.

Hay una situación en la cual te sientes feliz. Un amigo ha venido, alguien a quien amas ha llamado. Una situación es la causa...te sientes feliz. La felicidad es el efecto. La llegada del amado es la causa.

La religión dice: Se feliz y el amado llega. Crea el efecto y la causa seguirá.

Esta es mi propia experiencia, que la segunda ley es más básica que la primera.

La he estado practicando y ha estado sucediendo. Simplemente se feliz : el amado llega. Simplemente se feliz: los amigos están allí. Simplemente se feliz: todas las cosas vienen detrás.

Jesús dice lo mismo en palabras distintas: Buscad antes el Reino de Dios, y todo lo demás sucederá. Pero el Reino de Dios es el final, el efecto.

Buscad primero el final… el final significa el efecto, el resultado...y la causa le seguirá. Así es como debería ser.

No se trata solo de que coloques una semilla en la tierra y el árbol le siga; permite que haya un árbol y habrá millones de semillas.

Si la causa es seguida por el efecto, el efecto es seguido de nuevo por la causa. ¡Esta es la cadena! Entonces se convierte en un círculo...comienza por donde sea, crea la causa o crea el efecto.

Yo te lo digo, es más sencillo crear el efecto porque el efecto depende totalmente de ti; puede que la causa no dependa tanto de ti. Si digo que no puedo ser feliz hasta que obtenga esta cierta riqueza, entonces esto depende del mundo entero y las situaciones económicas y todo lo demás. Puede no suceder, y entonces no puedo ser feliz.

La causa está más allá de mí. El efecto está dentro de mí. La causa está en los alrededores, en las situaciones...la causa está afuera. ¡El efecto soy yo! Si puedo crear el efecto, la causa le seguirá.

Elige la felicidad...eso significa que estas eligiendo el efecto...y después observa que sucede. Elige el éxtasis y observa que sucede. Elige ser dichoso y observa que sucede. Tu vida entera cambiara inmediatamente y veras milagros sucediendo a tu alrededor, porque ahora has creado el efecto y las causas tendrán que seguirle.

Esto parecerá mágico: incluso puedes llamarlo “La Ley de la Magia". La primera es la ley de la ciencia y la segunda es la ley de la magia.

La religión es magia, y tú puedes ser el mago. Eso es lo que te enseño: a ser el mago a conocer el secreto de la magia.

¡Inténtalo!...Has estado intentando lo otro toda tu vida...no solo eso, sino también muchas otras vidas.

¡Ahora escúchame! ...Prueba esta fórmula mágica, este mantra que te doy. Crea el efecto y ve que sucede; las causas te rodean inmediatamente, suceden.

No esperes las causas; has esperado suficiente tiempo. Elige la felicidad y serás feliz.

¿Cuál es el problema? ¿Por qué no puedes elegir? ¿Por qué no puedes trabajar en esta ley? Porque tu mente, toda la mente que ha sido entrenada a través de pensamiento científico, dice que si no eres feliz y tratas de ser feliz, esa felicidad será artificial. Si no eres feliz y tratas de ser feliz eso solo será actuar, eso no será real. Esto es lo que el pensamiento científico dice, que eso no será real, simplemente estarás actuando.

Pero tú no lo sabes: la energía de la vida tiene sus propias formas de funcionar. Si puedes actuar con totalidad, se volverá real. Lo único es que el actor no debe estar allí. Entra totalmente en ello, entonces no hay diferencia. Si estas actuando con el corazón a medias entonces seguirá siendo artificial.

Si te digo que bailes y cantes y seas dichoso, y lo intentas con el corazón a medias, solo para ver qué sucede, pero te quedas rezagado y sigues pensando, "esto solo es artificial. Estoy intentando pero no está sucediendo, esto no es espontaneo... “Entonces seguirá siendo actuación, un desperdicio de tiempo.

Si lo intentas, entonces inténtalo con todo el corazón. No te quedes rezagado, adéntrate en ello, convierte en la actuación...disuelve al actor en la actuación y después ve que sucede. Se volverá real y entonces sentirás que es espontaneo. No lo has hecho tu; entonces sabrás que ha sucedido.

Pero al menos que seas total, esto no puede suceder. Crea el efecto, estate totalmente en él, ve y observa los resultados.

Puedo convertirte en un rey sin reino; solo tienes que actuar como rey, y actuar tan totalmente que, ante ti, hay un rey verdadero, parecerá como si solo estuviese actuando. Y cuando toda la energía se ha desplazado en ello, ¡convierte en realidad! La energía hace que cualquier cosa sea real. Si esperas a que los reinos vengan, nunca lo harán.

Ni siquiera vinieron para un Napoleón, para un Alejandro Magno, que tenían grandes reinos. Permanecieron en la desdicha porque no se dieron cuenta de la segunda, más básica y primaria ley de la vida. Alejandro Magno trataba de crear un reino más grande, de volverse un rey más grande. Toda su vida fue desperdiciada en crear el reino, y entonces no hubo tiempo de sobra para que fuera rey. Murió antes de que el reino estuviera completo

Esto le ha sucedido a muchos. El reino nunca podrá estar completo. El mundo es infinito; tu reino está destinado a quedarse parcial. ¿Cómo puedes ser un rey total con un reino parcial? El reino está destinado a ser limitado y con un reino limitado, ¿Cómo puedes ser el emperador? Es imposible. Pero puedes ser el emperador. Simplemente crea el efecto.

Swami Ram, uno de los místicos de este siglo, fue a América. Solía llamarse a sí mismo Badshah Ram, Emperador Ram. ¡Y era un mendigo! Alguien le dijo: Simplemente eres un mendigo, pero vas por ahí llamándote el emperador. Así que Ram dijo: No veas mis cosas, mírame a mí. Y tenía razón, porque si ves las cosas entonces todos son un mendigo, incluso un emperador.

Puede ser un mendigo más grande, eso es todo.

Cuando Ram dijo:¡ mírame! en ese momento, Ram fue el emperador. Si mirabas el emperador estaba ahí.

Crea el efecto, vuélvete el emperador, se un mago, y a partir de este preciso momento, porque no hay necesidad de esperar. Uno tiene que esperar si el reino tiene que venir primero. Si la causa tiene que ser creada primero, entonces uno tiene que esperar y esperar y esperar y posponer. No hay necesidad de esperar para crear el efecto. Puedes ser el emperador en este preciso momento.

Cuando digo, ¡Se!...simplemente se el emperador y ve: el reino le sigue. Lo he sabido a través de mi existencia. No estoy hablándote sobre una teoría o una doctrina. Se feliz, y en esa cima de felicidad veras que el mundo entero es feliz contigo.

Hay un viejo refrán: -Ríe y el mundo entero se reirá contigo; llora, y lloraras en soledad. Incluso los árboles, las rocas, la arena, las nubes - Si puedes crear el efecto y estar extático, todos bailaran contigo; entonces toda la existencia se convierte en una danza, una celebración.

Pero depende de ti, de si puedes crear el efecto. Y te digo, tú puedes crearlo.

Es la cosa más fácil de hacer posible.

Parece muy difícil porque aún no lo has intentado...¡INTÉNTALO!!!

💗

Fuente: Osho.



Extraído: http://universo-espiritual.ning.com/profiles/blogs/la-ley-de-la-magia




TUS ZONAS SAGRADAS de WAYNE W. DYER

 



LIBRO TUS ZONAS SAGRADAS



Sé que en cada momento

soy libre para decidir



Ha estado mirando en la dirección equivocada. La penetración psicológica más importante que puede tener es darse cuenta de que ha estado mirando en la dirección errónea durante la mayor parte de su vida.

Tómese un momento, ahora mismo, para comprender lo que quiero decir. Imagínese en cualquier postura que le apetezca. De pie, sentado, echado, la que le resulte más fácil de imaginar. Ahora observe la representación mental de usted mismo. Lo que ve es alguien que está siempre mirando hacia otra parte, no hacia sí mismo. Siempre mirando fuera de usted. ¡Está mirando en la dirección equivocada!

Ahora imagínese que es capaz de darse la vuelta y mirar en la dirección opuesta. Si de alguna forma pudiese hacer eso, estaría mirando hacia su interior.

Esto no es una forma de gimnasia mental en la que meramente uno se imagina volviéndose y mirando hacia su interior. Estoy sugiriéndole una manera de conocer su identidad espiritual. Estoy sugiriéndole que acepte el reto y tome el sendero de su búsqueda trascendental.

A todos nos han enseñado a mirar al exterior en busca de sustento: mirar más allá de nosotros mismos en busca de fuerza, amor, prosperidad, salud, felicidad y satisfacción espiritual. Se nos ha condicionado para creer que recibimos la gracia de la vida de algún punto externo a nosotros. Pero es posible invertir la dirección de nuestros ojos de fuera hacia dentro. Y cuando lo hacemos, encontramos una energía que habíamos percibido pero no identificado.

ENERGÍA DIVINA

En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las funciones del vasto repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina existen dos aspectos.

El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo.

Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que codo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente de significado. Cuando se experimenta esa luz interna, añade a la vida una brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras.

Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza interna es «espiritual».

Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz, júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más sublime lo llamo «búsqueda sagrada».

DEFINICIÓN DE SU BÚSQUEDA SAGRADA

La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía exterior. Esta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos.

En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muktananda describe la experiencia de la energía divina:

Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe dentro de ella. La luz divina de la Conciencia comenzará a inundarle los ojos y entonces la verá dondequiera que mire. Verá su luminosidad en la gente, en los árboles, las rocas y los edificios. Verá la misma Conciencia alzándose en cada pensamiento y sentirá que pasa por su mente; adondequiera que vaya su mente, encontrará su propia Conciencia interior, el creador del mundo. Verá que la totalidad del universo está contenida en usted mismo. Sabrá que todo —todas las infinitas formas del mundo— no son más que emanaciones de su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes, y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos.

Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominada por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada.

Hacer explotar esa luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en esta cosa llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su vida.

UNA MIRADA ÚNICA A SU VIDA

El punto de partida de su búsqueda es entender que el universo y nuestra participación en él no son fortuitos.

La inteligencia fluye a través de todo el universo, y ha tenido muchos nombres. Hace que los planetas giren en sus órbitas, que las galaxias permanezcan en su sitio, que las semillas broten, las flores se abran y que usted, sí, usted, respire, camine y piense.

Esta inteligencia invisible está en todas las cosas, en todas partes. No puede cogerla ni verla ni olerla. Pero usted sabe que está ahí.

La energía exterior, que controla la materia y el mundo físico, es finita. Esto significa que hay unas cantidades limitadas de oxígeno, hidrógeno y carbono. No hay ningún otro lugar al que ir en busca de más cuando se nos acaben. Todos los elementos físicos, identificados por los científicos y estudiados por los colegiales de todo el planeta, son finitos.

Todas las cosas de nuestro mundo visible están hechas de estos elementos que existen en cantidades finitas. Me gusta pensar en lo material como en algo que se renueva permanentemente. Puesto que tenemos sólo una cantidad limitada de este «material», tiene que ser constantemente transformado.

El hierro que tiene hoy en la sangre, forma parte de toda la reserva de hierro. Es evidente que estaba en otra parte antes de que usted fuese concebido. Hace quince millones de años podría haber sido parte de un depósito de hierro de Afganistán. Hoy forma parte de la energía no interna que le anima a usted.

Y así ocurre con todas las partículas físicas del universo. Es una reserva finita que se recicla sin parar. Partículas materiales que tienen una forma, regresan a la Tierra y se transforman. Como una partícula de magnesio de una espada que aparece más tarde en el fémur de una pantera. Emily Dickinson escribió un libro de poemas, El lebrel solitario, en el que describe este fenómeno. Es mucho más atractivo que cualquier prosa que pueda usar para ilustrar dicho tema.


Este polvo callado fue caballeros y damas,

y muchachos y muchachas;

fue risas, habilidades y canciones,

y vestidos y rizos.

Este lugar pasivo una elegante mansión veraniega,

donde flores y abejas

cumplieron con su circuito oriental,

luego cesaron, como éstas.


El yo físico que podemos ver y tocar está hecho del mismo material del que está hecho todo lo demás. Sin embargo, usted es diferente de las cosas externas a usted mismo. Para comprender esto, considere las cuatro categorías que describen el mundo: mineral, vegetal, animal y humana. Si tomáramos una muestra de cada una de estas categorías, las pulverizáramos y colocáramos el polvo en cuatro recipientes separados para analizarlas, el informe no presentaría ninguna diferencia discernible. Las muestras mineral, vegetal, animal y humana comprenderían todas las mismas materias primas. Y sin embargo, todas estas muestras difieren entre sí de un modo invisible, que está más allá de lo material. Las diferencias, no obstante, no se encuentran en la conformación física de las cosas. Se hallan en lo que llamaremos conciencia. Cada categoría tiene un nivel distinto de conciencia.

Mineral

El mundo mineral incluye mucho de lo que ve a su alrededor. Para el ojo que no está alerta son sólo cosas que se encuentran por ahí y no hacen nada. Puede mirar una roca y ella no hará nada aunque la contemple eternamente. Así pues, decimos que los minerales, aunque hechos de la misma materia que nosotros, tienen muy poca conciencia.

(Digo «muy poca» porque para un científico cuántico, que estudia las cosas en el nivel subatómico y piensa en términos de billones de años luz, los minerales resultan fascinantes. Cuando se los examina a niveles subatómicos están vivos, cambiando de modo interminable.)

Vegetal

El reino vegetal está conformado por los mismos elementos físicos que el mundo mineral, pero tiene un nivel de conciencia muy diferente. La energía vegetal produce, da fruto, crece hacia la luz del sol y se protege de los invasores. De alguna forma, la inteligencia organizadora ha tomado los mismos elementos y los ha reunido para crear un producto que tiene más conciencia que los minerales.

Animal

Una vez más, los animales están hechos de los mismos elementos que los minerales y los vegetales, pero su nivel de conciencia es mayor. En ellos vemos apareamiento, planificación de futuro, enseñanza de los jóvenes, emigración y una amplia variedad de otros ejemplos de conciencia superior. La inteligencia organizadora ha tomado los mismos elementos y ha hecho criaturas con niveles de conciencia más altos.

Humano

También nosotros estamos conformados por los mismos elementos que las otras categorías, pero tenemos niveles de conciencia todavía más elevados. Podemos hacer muchas de las cosas que hacen las otras categorías, y podemos hacer más.

Tenemos poder para comunicarnos con la inteligencia organizadora y para crear una vida placentera. Podemos conocer la inteligencia organizadora divina que forma parte de nosotros, aunque haya estado durmiendo desde que tenemos memoria.

Sabe usted muy bien que existen diferencias importantes entre estas categorías, y que estas diferencias no tienen nada que ver con el mundo físico. En efecto, éste es un sistema inteligente en el que usted está integrado, y eso significa que su vida en este planeta es parte de dicha inteligencia.

Si el sistema es inteligente y esa inteligencia es invisible, y nuestra presencia aquí es una parte de esa inteligencia, nunca podremos discernir absolutamente nada al respecto mediante la utilización de instrumentos que sólo existan en el mundo físico. Necesitamos mirar esa parte de nosotros que es invisible. Necesitaremos comunicarnos con esa parte que yo llamo conciencia.

Usted necesita comenzar a mirar hacia su interior para ver quién es y por qué está aquí.

USTED ESTÁ AQUÍ POR UNA RAZÓN

Existió un instante del tiempo en el cual usted estuvo en «ninguna parte». En el momento anterior a la concepción estaba «ahí». Luego, en un instante glorioso, pasó del ninguna parte al aquí y ahora.

Habrá otro instante glorioso en el que pasará del aquí y ahora al ninguna parte. A ese momento lo llamamos muerte. Pero usted —ese usted inspirado, inmutable, eterno, indivisible— continuará viviendo.

Si es verdad que formamos parte de un sistema inteligente, podemos suponer que ese paso desde ninguna parte al aquí y ahora tiene un propósito. Al darse cuenta de esto puede dejar de plantearse si es una creación divina con un propósito, y sencillamente aceptar que lo es. Forma parte de este sistema inteligente, y está aquí por alguna razón divina.

Esa razón tiene que ver con la energía espiritual sobre la que estoy escribiendo. El conocer su yo espiritual constituye su búsqueda sagrada y el reto de su vida

Muchísimos de nosotros hemos crecido en la creencia de que somos el cuerpo que los alberga, el trabajo que realizamos y la religión que practicamos. Nuestras vidas participan de las realidades exteriores al mismo tiempo que vemos que siempre cambian. Sin embargo, en alguna parte de nuestro interior, nos sentimos iguales.

Puede que nunca le haya dedicado mucho tiempo a ese aspecto del yo, pero si lo hace descubrirá un yo interno que nunca cambia sino que se encuentra inmerso en un mundo cambiante.

Es probable que algún día su yo físico descanse bajo una lápida que dé cuenta de la fecha de su nacimiento y de la de su muerte. Pero su alma interior sabe que usted es eterno. En esa faceta de su yo carece de forma, no tiene límites. Sin límites no hay nacimiento ni muerte. Lo que ha nacido morirá, lo que nunca ha nacido nunca puede morir.

¡Su yo espiritual nunca nació! ¡Su yo espiritual nunca morirá! El saber esto de una forma que no deje lugar para la duda le capacitará en gran manera para su búsqueda sagrada. Cuando llegue a ese estado, sabiendo que quien es usted es el yo inmutable, tendrá un propósito en su vida.

Sogyal Rinpoche, en The Tibetan Book of Living and Dying {El libro tibetano del vivir y del morir), dice esto con unas palabras que merecen ser enmarcadas:

En el mundo moderno, hay pocos ejemplos de seres humanos que encarnen las cualidades que derivan de la comprensión de la naturaleza de la mente. Así que nos resulta difícil imaginar una iluminación o la percepción de un ser iluminado, y más difícil todavía comenzar a pensar en que nosotros mismos podemos convertirnos en iluminados. ...

Aun en el caso de que pudiéramos pensar en la posibilidad de una iluminación, una sola mirada a lo que compone nuestra mente —enojo, codicia, celos, desprecio, crueldad, lujuria, miedo, ansiedad y agitación— minaría para siempre la esperanza de conseguirla. ...

La iluminación... es real; y cada uno de nosotros puede, quienquiera que seamos, en las circunstancias correctas y con la preparación apropiada, comprender la naturaleza de la mente y conocer por tanto lo que es inmortal y eternamente puro en nosotros. Ésta es la promesa de todas las tradiciones místicas del mundo, y ha sido cumplida y está siendo cumplida en incontables millares de vidas humanas.

Usted puede ser uno de esos millares de seres humanos iluminados. Esto sucederá cuando descubra la naturaleza de su verdadero yo, y relegue a un segundo plano, donde le corresponde, la parte de usted que está centrada en lo físico. Desde allí podrá animarse a continuar y mantener su yo elevado, en lugar de actuar de forma que minen su esencia espiritual.

Todo este asunto de la búsqueda sagrada es real, y puede conocerlo, amarlo y atesorarlo. Una vez que lo haga, ya no querrá volver a vivir de ninguna manera que sea inconsecuente con su yo divino e invisible. Usted no es ese nombre, ni esa ocupación, ni ese número de la seguridad social, ni ese cuerpo. Usted es luz eterna y un don divino, con independencia de lo que haya hecho o dejado de hacer. Con independencia de su familia, o de la etiqueta que le hayan colgado. En la inteligencia de Dios usted es sagrado, y tiene un propósito para estar aquí.

Ese propósito no lo encontrará en el mundo físico. Cuando deje de buscar la satisfacción en el mundo externo, la totalidad de su ser, incluido su mundo material, reflejará su divinidad.

La verdadera definición de la propia conciencia es el descubrimiento del yo superior y la jubilosa vida. Es la conciencia de su energía interior y lo más elevado de usted mismo. Es una conexión con lo divino y todo lo inmutable. La propia conciencia está en la génesis de su yo.

LA EXPERIENCIA DE LA PROPIA CONCIENCIA

¿Qué experimentará cuando haya respondido al reto de mirar hacia el interior y vivir según las directrices de su yo espiritual? Continuará «cortando leña y acarreando agua», como nos dice un antiguo proverbio zen. No desarrollará de modo repentino nuevos talentos e intereses. No obstante, tendrá un nivel de conciencia que le permitirá ver cosas que han estado ocultas. Esta comprensión le proporcionará una sensación de paz y satisfacción interior.

La experiencia de la propia conciencia no es algo que se pueda obtener del mundo físico. Pero sus interacciones con el mundo físico se verán alteradas de forma espectacular cuando la adquiera. Será capaz de manifestar con precisión qué necesita del mundo físico. Participará en la creación de lo que su yo interno sabe que es necesario para la búsqueda sagrada.

Esta comunicación con su yo interno le llevará a nuevos grados de conciencia superior. Vivirá los siguientes cambios derivados de la conciencia superior, y se convertirán en parte de su vida diaria:

1. Experimentará e intensificará el significado de la conciencia. Se dará cuenta de que en este sistema inteligente no existen los accidentes. Comprenderá que todo lo presente en su vida tiene algo nuevo que enseñarle. Apreciará a todas las personas y todas las cosas de su vida.

Al saber que no existen las coincidencias, comenzará a confiar en esa sensación de que los acontecimientos en apariencia desconectados tienen un significado. Incluso empezará a crear esas situaciones cuando las necesite. Se sentirá ante el destino como un igual, en lugar de una víctima del mismo.

2. Descubrirá la existencia de una fuente universal de energía. Usted tendrá fe en esa fuente universal de energía. Comenzará a ejercitar su capacidad de establecer contacto con esta fuente y a convertirla en parte de su vida cotidiana. Desarrollará un profundo conocimiento sobre la energía divina y su capacidad para acceder a esa energía.

Será incapaz de abrigar ninguna duda acerca de la fuente universal de energía. Comprenderá que todos los seres son parte de ella y que ésta es lo que les anima. No tendrá duda de que todas las debilidades y falsedades se derivan de la negativa a reconocer estos hechos.

3. Se sentirá amado. Pedirá y aceptará la guía de Dios. Esta vital nutrición espiritual la percibirá tanto en sus experiencias internas como externas. El miedo inmovilizador disminuye al sentir la presencia de la energía divina. Todo parece ser como debe ser, a pesar de que puede que no lo entienda. Se sentirá en paz respecto de lo que ve y lo que siente.

Sus deseos de enmendar y reparar los errores de su vida también forman parte de este plan divino. Buscará satisfacer sus deseos para servir a Dios y a la humanidad con lucidez y ánimo de paz.

4. Desarrollará sus sentimientos de respeto y estima. Comenzará a ver la belleza, y a sentirse que le embarga un sentimiento de respeto ante la magnificencia del universo. Estimar la belleza es en realidad la sensación de amor que se experimenta cuando se está conectado con lo divino. Ese amor le llenará con una nueva sensación de fortaleza.

Al centrar su energía interna en la belleza que le rodea, recibirá esa energía. Con la práctica, este tipo de receptividad se transformará en una fuente de sustento en su vida diaria.

5. Se sentirá conectado con todos. Al transformarse su yo superior en la fuerza dominante de su vida, se volverá cada vez más consciente de su vinculación con los demás.

Al igual que usted puede observar millares de flores con diferentes tonalidades originadas por el mismo haz de luz, podrá observar también muchos matices y formas distintas en personas, con lenguas, costumbres e ideas políticas, todas originadas en una sola esencia. Una luz, muchos colores. Una esencia, muchas manifestaciones físicas. Esto no será una mera percepción filosófica. Será una forma de vida.

Sentirá que cualquier cosa que sea destructiva para un ser humano es destructiva para todos. Sabrá que la esencia o fuerza vital que fluye a través de usted, fluye a través de todo. Esta conciencia superior le llevará a la conclusión a la que llegó el Mahatma Gandhi: «Dios no tiene religión». Esa conciencia le proporcionará la energía del amor, la cual nos ayudará a unirnos a todos.

6. Establecerá una nueva relación con la realidad. Cuando su alma se convierta en la fuerza que guíe su vida, romperá la relación habitual con la realidad. Los límites de su percepción se ampliarán para incluir otro mundo que coexiste con el nuestro. Sabrá que los límites existen en la medida en que el orden social define nuestras vidas. Trascenderá el orden social y romperá esa caduca relación una vez que haya transformado su realidad personal.

Cuando descubra que es ilimitado, diferentes opciones comenzarán a nacer, hijas del conocimiento ilimitado que reside en su interior. Ya no creerá ni siquiera en las suposiciones de más sólida apariencia sobre sí mismo y lo que le rodea. Sabrá que todos los «poderes» que se les re - conocen a los maestros espirituales están dentro de usted.

Sus niveles de conciencia cambiarán de un modo tan espectacular que ya no se sentirá limitado por la realidad de la mayoría.

7. Experimentará la entrega y la aceptación. Finalmente dejará de luchar y se limitará a dejarse ir, a pesar de que no consiga entender por qué acontecen tantas cosas que no están de acuerdo con la forma en que usted orquestaría el universo. Aceptará que Dios sabe lo que está haciendo. Este proceso le transformará, será más eficaz en su búsqueda.

Ya no juzgará a Dios. Por el contrario, sabrá que éste es un sistema inteligente. Los huracanes, los tornados, las muertes accidentales, el delito y la pobreza serán vistos como partes de este plan divino de la misma forma que lo son los días nublados, los mares en calma, la compasión, la prosperidad y la plácida muerte. Su deseo por mejorar las condiciones también participa de ese plan. Trabajará en ello, en lugar de centrarse en por qué son «erróneas» esas condiciones.

8. Se convertirá en un soñador despierto. Su mayor conciencia se lo permitirá. Todo lo que sea capaz de conseguir cuando sueña será posible cuando esté despierto. El poder de su mente para dar forma a lo que antes sólo podía ocurrir en sueños, comenzará a constituir su realidad en estado de vigilia.

En sueños, cuando quiere examinar en detalle un objeto no tiene que acercarse a él: atrae el objeto hacia usted con el poder de su energía interior. Con la misma energía, comenzará a dar forma a objetos o realidades en su estado de conciencia de vigilia.

Comenzará a poder desplazarse por el tiempo, crear los personajes que necesita la obra de su vida, a comunicarse con los difuntos, a estar en más de un sitio a la vez, a hacerse invisible, a conseguir parecer más viejo o más joven, y todos los otros «trucos» de los que disfruta en sus sueños.

Algunas personas necesitan toda una vida para aprender a convertirse en un soñador despierto. Con su consciencia superior y la guía de su yo más noble, se convertirá en uno de esos soñadores despiertos.

9. Conocerá el poder y el éxtasis del silencio. Descubrirá que cuando «guarda silencio» entra en uno de los lugares más sagrados que puedan existir.

Un momento de silencio es el más alto honor que podemos hacerle a alguien. Descubrirá que también es el más alto honor que puede hacerse a sí mismo. Como escribió Herman Melville: «El silencio es la única voz de nuestro Dios... A todas las cosas y emociones profundas las precede y acompaña el silencio».

Se apartará de la vida «ruidosa» y buscará el silencio. La oración y la meditación serán parte integral de su vida. Las respuestas que busca, la guía que necesita, la ayuda que requiere, aparecerán mientras practique el silencio como un modo de honrar su verdadero yo. Será capaz de vivir estos momentos preciosos a voluntad.

El ruido y la agitación serán incapaces de penetrar en su silencio. Entre el tráfico, en medio de tensas reuniones, durante ejercicios de competición, en casa, con sus hijos jugando y haciendo escándalo... será capaz de acceder a su propio silencio y saber qué quería decir Melville cuando escribió: «El silencio es la consagración general del universo. El silencio es la invisible imposición de las manos del divino pontífice sobre el mundo». Ésta será su realidad una vez lograda una mayor conciencia en su vida.

10. Sabrá que hay una solución espiritual para cada problema. En el reino del espíritu encontrará las respuestas para las dificultades. Su yo superior tiene la solución, con independencia de lo insoluble que pueda parecer el problema.

Los problemas como la adicción a las drogas, la comida y el alcohol tienen soluciones en su yo superior. Al entrar en su interior verá su excesivo deseo de algo externo como un mal refugio ante el dolor, Cuando comience a disfrutar del placer y alborozo por dirigir la mirada hacia su interior, el deseo y la necesidad de lo externo desaparecerá

Cuando empiece a conseguir un equilibrio perfecto al estar en paz, al escuchar su cuerpo, la pulsión de comer en exceso o ser indolente ya no gobernará su vida.

Cada problema —ya sea en una relación amorosa, económica o se refiera a la salud o la imagen personal— tiene una solución en su yo superior. Cuando esté en paz, goce del silencio, medite y escuche, escuche a Dios; se apartará de lo mundano y se encaminará hacia lo divino de su interior. Sabrá lo que necesita hacer.

11, Pasará de adquirir a compartir. En este superior estado de conciencia pasará de los deseos personales a preguntarse: «¿Cómo puedo ser de ayuda?». En lugar de centrarse en lo que puede obtener, le guiará el deseo de ayudar a satisfacer las necesidades de otros. Lo paradójico de esto es que entonces comenzará a ver que la abundancia afluye a su propia vida.

Deseará menos y sin embargo se sentirá más satisfecho. Apartará la atención de sí mismo y obtendrá placer al ayudar a los otros. Necesitará menos, querrá menos y se sentirá menos atraído por la adquisición y la posesión. Sabrá lo que quiso decir Albert Schweitzer cuando escribió estas palabras: «Cada hombre tiene que buscar por sus propios medios que su propio yo sea más noble, y para darse cuenta de cuál es su verdadero y propio valor. Tiene que dedicarle un poco de tiempo a sus semejantes. Aunque sea poca cosa, présteles ayuda, haga algo por ellos, algo por lo que no recibirá más que el privilegio de hacerlo. Porque recuerde, usted no vive sólo en el mundo. También están aquí sus hermanos».

12. Vivirá de manera auténtica. Ya no tendrá ninguna dificultad para ser usted mismo. Sabrá que una existencia vivida de modo auténtico conduce a la verdad universal y a una superior conciencia.

Se aceptará al saber que cualesquiera que sean sus actos en el pasado, incluso los que puedan haber sido destructivos e inmorales, fueron una parte de quien era en esa época y contenían grandes lecciones. Será capaz de decir con convicción: «Soy lo que soy». Mientras que a algunas de las personas que están cerca de usted esto podría resultarles difícil de aceptar, ya no será capaz de actuar en contra de sus ideas.

Cada vez le resultará más fácil escuchar sin estar a la defensiva, porque su conocimiento interior será grande y satisfactorio. Vivirá su existencia de forma auténtica: cumplirá el objetivo que tenía para estar aquí, sabiendo que «la vida pone exámenes» y aprendiendo de aquellos que suspendió. Su autenticidad se basará en el descubrimiento de que no puede emular a otras personas, y a pesar de eso ser sincero consigo mismo y con Dios.

13. La alegría será su estado natural. Accederá a un conocimiento interno plácido, como un tibio fluido que corre por dentro de usted. Descubrirá que la alegría es un estado natural y que puede alcanzarse sin recurrir a sustancias.

La alegría es un estado de gracia, y un estado de autosuficiencia. Es una conexión con Dios, una conexión con la verdad universal. La alegría, el contento, le proporciona la sensación de tener un propósito.

14. Enjuiciará menos y será más magnánimo. La conciencia superior anulará sus tendencias enjuiciadoras. Comenzará a ver que juzgar a los demás no los define a ellos, sino que le define a usted. En consecuencia, se sentirá menos inclinado a juzgar a las personas o las cosas.

Aceptará que los otros recorren su propio sendero. Aquello de ellos que antes le irritaba, se convertirá en el reflejo de una parte de usted mismo. Como lo expresó Carl Jung: «Todo lo que nos irrita de los demás puede conducirnos a un entendimiento de nosotros mismos».

Será capaz de verlo todo de esta forma no enjuiciadora. Aprenderá lecciones por las que se sentirá agradecido. Por eso, le resultará bastante fácil reconciliarse con el perdón.

Sabrá que aquello percibido como «erróneo» era divinamente correcto. La ausencia de crítica y la capacidad para perdonar aportarán una nueva serenidad a su vida.

También comenzará a perdonarse a sí mismo. Verá los errores como lecciones. Esto le liberará hacerse reproches a sí mismo. Ha tomado la decisión de ser libre.


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A SU SERVICIO de NEVILLE GODDARD








NEVILLE GODDARD

NEW YORK

1939


Este libro contiene la esencia misma del Principio de Expresión. Si lo hubiera querido, me habría expandido en un libro de varios cientos de páginas, pero tal amplitud hubiera enmascarado el verdadero propósito del libro.

Los decretos, para ser efectivos, deben ser lo más cortos posible; el mayor decreto jamás dado se encuentra en la simplicidad de las palabras, “Y Dios dijo, “Hágase la Luz.””

Manteniendo este principio usted, lector, encontrará en estas pocas páginas la verdad tal como me fue revelada.

(Nota preliminar del traductor: Neville dice que ningún hecho o personaje de la Biblia existió en nuestra realidad, sino que ella fue escrita como una serie de historias que representan estados de la conciencia del ser humano. Es obvio que, para quienes, como yo, fuimos formados en las religiones judeo-cristianas, ésta aseveración parece, en principio, una “herejía”; sin embargo, también reconozco que para una persona que ha alcanzado el nivel de desarrollo espiritual que logró Neville, es normal que la “realidad” nuestra de tercera dimensión, que transcurre a través del tiempo y que, en últimas, es perecedera, parezca como inexistente, frente a la única verdad que está en dimensiones superiores. Les invito a leer la exposición del autor de Barbados, considerando, como él lo hace, que cada personaje y cada hecho tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento representan estados de la conciencia de cada uno de nosotros; esto es tan válido si los personajes son ficticios como si en realidad existieron.)

A SU SERVICIO

¿Puede el hombre decretar una cosa, y hacer que ella se vuelva realidad?

Definitivamente . El hombre siempre ha decretado aquello que ha aparecido en su mundo, está hoy decretando lo que aparece y continuará haciéndolo hasta tanto él sea consciente de ser el hombre. Nunca nada ha aparecido en el mundo del hombre sin que haya sido decretado por él mismo. Usted puede negar esto, pero trate de desmentirlo, y no podrá hacerlo, pues el resultado de decretar se basa en un principio incambiable. Usted no ordena que las cosas aparezcan en su realidad mediante afirmaciones audibles, ni vanas repeticiones, pues éstas muy frecuentemente son confirmaciones de lo opuesto a lo buscado. Los decretos siempre se hacen en la conciencia. Es decir, cada hombre es consciente de ser aquello que se ha decretado para sí mismo ser.

Cuando la Biblia se lee bajo ésta perspectiva, usted hallará que se trata del más grande libro científico jamás escrito. En vez de mirarla como el registro histórico de una civilización antigua, o como la insólita biografía de Jesús, véala como un gran drama psicológico que ocurre en la conciencia del ser humano.

Aprópiese de su significado, y súbitamente su vida se transformará de atravesar los desiertos de Egipto a la tierra prometida de Canaan.

Todos seguramente estarán de acuerdo en el hecho de que todas las cosas fueron hechas por Dios, y que sin él nada de lo que está hecho hubiera sido; pero en lo que sí no nos hemos puesto de acuerdo los hombres es en la identidad de Dios. Todas las iglesias y los pastores del mundo están en desacuerdo sobre la identidad y la verdadera naturaleza de Dios. La Biblia prueba, sin sombra de duda, que Moisés y los profetas estaban completamente de acuerdo en cuanto a la identidad y naturaleza de Dios. Y la vida y las enseñanzas de Jesús están de acuerdo con los conceptos del Antiguo testamento. Moisés encontró que Dios es la CONCIENCIA DE SER del hombre, cuando declaró éstas pequeñas y tan mal entendidas palabras, YO SOY me ha enviado a ustedes”. David cantaba en sus Salmos, “Aquiétate, y sabe que YO SOY Dios”; Isaías declaró YO SOY el Señor, y nadie más hay. No hay otro Dios a mi lado. De esto les informo, pues hasta ahora ustedes no me han conocido. Yo hago la luz, y creo la oscuridad; Yo hago la paz y creo el mal. Yo, el Señor, hago todo esto”

La CONCIENCIA DE SER como siendo Dios es establecida cientos de veces en el Nuevo Testamento. Para mencionar sólo algunas: YO SOY el pastor, YO SOY la puerta; YO SOY la resurrección y la vida; YO SOY el camino; YO SOY el alfa y la omega; YO SOY el principio y el fin; “Quién dicen ustedes que YO SOY”

El no dijo “Yo, Jesús, soy la puerta; Yo Jesús, soy el camino”, ni “¿quién dicen ustedes que Yo, Jesús, soy?” Es claro establecido “YO SOY el camino”. La CONCIENCIA DE SER es la puerta a través de la cual todas las manifestaciones de la vida se plasman en el mundo de la forma.

La conciencia es el poder resucitador; resucita aquello que el hombre es consciente de ser. El hombre siempre está manifestando en la realidad aquello de lo cual tiene conciencia de ser. Esta es la gran verdad que lo hace libre, y en consecuencia el hombre siempre se encuentra auto-esclavizado, o auto-liberado.

Si usted, lector, deja a un lado todas sus viejas creencias sobre un Dios que está separado de usted, y acepta que Dios es su propia CONCIENCIA DE SER, como Jesús y los profetas lo hicieron, usted transformará su mundo con la seguridad de que “Yo y mi padre somos uno”. Esta aseveración, “Yo y mi padre somos uno, pero mi padre es más grande que yo”, parece ser muy confusa. Pero interpretada bajo la perspectiva que acabamos de establecer sobre la identidad de Dios, usted la encontrará muy reveladora. La conciencia, siendo Dios, es como el padre. Aquello de lo cual usted es consciente de ser es el “hijo” dando testimonio de su padre. Es como el inventor y sus invenciones. El inventor es más grande que sus invenciones, pero permanece uno con ellas. Por ejemplo, antes de que usted sea consciente de ser un hombre, primero es consciente de ser. Después es consciente de ser un hombre. Aunque usted sigue siendo aquel que concibe, más grande que su concepción – hombre.

Jesús descubrió esta gloriosa verdad y declaró que él mismo es uno con Dios, no con un Dios hecho a la manera del hombre. Él nunca reconoció a éste tipo de Dios. Él dijo “si alguna vez alguien viene diciendo “Mira aquí o allí”, no le crean, pues el Reino de Dios está dentro de ustedes”. El cielo está dentro de cada uno de ustedes. En consecuencia, cuando se dice que “El ascendió junto a su padre”, se quiso decir que él elevó su estado de conciencia al punto en que era consciente de SER, trascendiendo así las limitaciones de su anterior conciencia de sí mismo, llamado Jesús.

En la CONCIENCIA DE SER todas las cosas son posibles; él dijo, “decretarás una cosa, y ella se realizará”. Este es su decreto, elevarse en la conciencia hasta la naturaleza de aquello que se desea. Como él lo expresó, “Y si yo fuere levantado, traeré conmigo toda la humanidad”. Si yo soy elevado en conciencia a la naturaleza misma de las cosas deseadas, traeré a manifestación lo deseado dentro de mí, pues él establece “Nadie viene a mí a menos que el Padre en mí lo traiga, y Yo y mi padre somos uno”. En consecuencia, la conciencia es el padre que trae las manifestaciones de la vida hacia usted.

En la CONCIENCIA DE SER todas las cosas son posibles, él lo dijo. “Decretarás algo, y tal se hará”. Y ésta es su forma de decretar, elevar el estado de conciencia hasta la naturaleza misma de aquello que se desea

Usted está en éste preciso momento, trayendo hasta su realidad aquello de lo cual es consciente de ser. Ahora, puede notar el significado de ¿“os es necesario nacer de nuevo”? Si usted no está satisfecho con las expresiones actuales de su vida, la única forma de cambiarlas es apartar su atención de aquello que le parece real y elevar su estado de conciencia a aquello que desea ser. No se puede servir a dos amos; entonces, apartar la atención de un estado y centrarla en uno nuevo, es morir al primero y vivir para el nuevo.

La pregunta “¿Quién dice usted que YO SOY?” no está dirigida a un hombre llamado “Pedro” por alguien llamado “Jesús”. Esta es una pregunta eterna dirigida por uno mismo a su propio verdadero ser. En otras palabras, “¿Quién dice usted que usted es?” Ya que la convicción que usted tenga sobre sí mismo, su opinión sobre sí mismo, determinará qué se está expresando en su vida.

Él dijo “Si ustedes creen en Dios, crean también en mí”. En otras palabras, él es el mí dentro de usted quien Dios es…

Orar, entonces, se puede ver ahora como el reconocimiento que usted mismo hace de ser aquello que desea, en vez de su aceptación después de un ruego a un Dios que no existe sobre lo que usted desea.

¿Puede ver ahora por qué tantos millones de oraciones no reciben respuesta? Los hombres oramos a un Dios que no existe. Por ejemplo, tener la conciencia de ser pobre y rogar a Dios por riquezas, sólo producirá como recompensa aquello de lo cual se es consciente, o sea más pobreza. Para que las oraciones sean efectivas, deben ser más un reclamo de aquello a lo que se tiene derecho, que una petición. Si usted ora por riquezas, aparte su atención del estado de pobreza negando la evidencia de los cinco sentidos, y asuma la naturaleza de ser rico…

Se nos ha dicho “Cuando ores, entra en tu cámara secreta y cierra la puerta. Y aquello que tu padre ve en lo secreto, te lo dará para que lo disfrutes abiertamente”. Hemos identificado al “padre” con la CONCIENCIA DE SER. Y también hemos identificado a la “puerta” con la CONCIENCIA DE SER. Entonces, “cerrar la puerta” es dejar afuera todo aquello de lo que actualmente tengo conciencia, y reclamar en cambio ser o tener aquello que yo deseo ser o tener. En el momento en que mi reclamo queda establecido con una total convicción, en ese mismo momento empiezo a atraer su evidencia palpable en mi realidad.

Es necesario olvidarse completamente de la manera en que las cosas reclamadas han de aparecerse, ya que ningún hombre conoce esas maneras. Es decir, nada manifestado conoce cómo las cosas deseadas han de aparecer.

La conciencia es el camino o la puerta a través de las cuales las cosas o circunstancias han de aparecer. Él dijo YO SOY el camino”; no “Yo, Juan Pérez, soy el camino, sino YO SOY”, la CONCIENCIA DE SER”, es el camino que conduce a la manifestación de las cosas y circunstancias. Los símbolos siempre están después que aquello que simbolizan. Nunca están antes. Las cosas no tienen existencia a menos que sean símbolos de los estados de conciencia. Por tanto, logre primero el estado de conciencia, y lo deseado ha de aparecer como un símbolo de ese estado.

Se nos dijo “Buscad primeramente el reino de los cielos, y todo lo demás os será añadido”. Adquiera primero el estado de conciencia de las cosas y circunstancias que busca, y permita que los símbolos se manifiesten por sí solos. Esto es lo quiere decir “decretarás una cosa, y ella será dada”.

Aplique estos principios y usted sabrá lo que es “probar y ver”. La historia de María es la historia de cada ser humano. María no fue una mujer que dio a luz de manera milagrosa a alguien llamado Jesús. María es la CONCIENCIA DE SER que siempre permanece en estado virginal, sin importar cuántos deseos del hombre haya dado a luz. Ahora mismo obsérvese a usted mismo cómo esta Virgen María, siendo impregnada por usted mediante el deseo, volviéndose una con su deseo hasta el punto de encarnar o dar a luz a su deseo.

Por ejemplo: se dice de María (que ahora usted sabe es usted mismo) que nunca conoció varón. Sin embargo, concibió. Es decir que usted, Juan Pérez, no tiene ninguna razón para creer que su deseo es posible, pero habiendo encontrado que su CONCIENCIA DE SER es Dios, hace de esta conciencia su esposo y concibe un niño (la manifestación) del señor, “Pues tu creador es tu señor; el señor de las huestes es su nombre; el señor Dios de toda la tierra, así será llamado”. Su ideal o ambición es esta concepción, y la primera instrucción a darle es “Ve, y no le digas a nadie”. Es decir, con nadie comente sus deseos y ambiciones, pues lo más seguro es que los otros hagan eco de sus temores actuales. El secreto es la primera ley a observar para la realización de sus deseos.

La segunda ley, como se nos dijo en la historia de María, es “Magnificar al Señor”.

Hemos identificado al Señor con nuestra CONCIENCIA DE SER. Por tanto, “magnificar al señor” es valorizar o expandir el actual concepto de uno mismo hasta un punto en que esta valoración se vuelva natural. Cuando se alcanza esta naturalidad, usted da a luz llegando a ser aquello con lo que usted es uno en su conciencia.

La historia de la creación se nos ha entregado compendiada en el primer capítulo de Juan.

“En el principio era el Verbo”. Ahora, éste mismo instante, es el “principio” mencionado. Es el principio de un deseo. El “Verbo” es el deseo nadando alrededor de su conciencia, buscando su manifestación. El deseo carece de realidad alguna, puesto que YO SOY o la CONCIENCIA DE SER es la única realidad. Las cosas existen solo en la medida en que YO SOY consciente de ser ellas; por tanto, para realizar nuestros deseos, debemos aplicar la segunda parte del primer verso de Juan. Es decir, “Y el Verbo estaba con Dios”. La palabra, el verbo, el deseo, debe fijarse o unirse con la conciencia para que se vuelva una realidad. La conciencia se convierte en la conciencia de ser la cosa deseada, clavándose a sí misma en la forma o concepción, y dando vida en su concepción, o resucitando aquello que en el momento era un deseo muerto o no cumplido. “Dos se pondrán de acuerdo sobre cualquier cosa, y ella será establecida en la tierra”.

Este acuerdo no es entre personas. Es entre la conciencia y el objeto deseado. Usted es ahora consciente de ser, y entonces ahora se dice, sin usar palabras audibles, “YO SOY”. Ahora, si es un óptimo estado de salud el que usted desea lograr, usted empieza a SENTIRSE completamente saludable. Y en el instante en que el sentimiento de YO SOY saludable” se logra, dos se han puesto de acuerdo. Es decir, YO SOY y SALUD han acordado ser uno y este acuerdo siempre resulta en el nacimiento de un niño que es el objeto del acuerdo, en este caso, la salud. Y puesto que yo hice el acuerdo, yo expreso lo acordado. ¿Ve ahora por qué Moisés estableció “YO SOY me ha enviado”?

¿Qué otro ser, aparte de “YO SOY” podría enviarle a usted la manifestación? Ninguno, porque YO SOY el camino, delante de mí no hay nadie más”. Si usted toma las alas del amanecer y vuela a lugares indescriptibles o si usted establece su aposento en el infierno, siempre será consciente de ser. Usted siempre es puesto en expresión por su conciencia y su expresión es siempre aquello de lo cual usted es consciente de ser.

De Nuevo, Moisés estableció “YO SOY el que YO SOY. Ahora, aquí hay algo para que siempre lo tengamos presente. No se puede echar vino nuevo en odres viejos, ni se pueden remendar vestiduras viejas con parches nuevos de tela. Es decir, usted no puede traer a su nuevo estado de conciencia ningún aspecto del viejo hombre. Todas sus creencias, temores y limitaciones actuales son cargas pesadas que lo amarran a su actual nivel de conciencia. Si quiere trascender este nivel, debe abandonar definitivamente todo con respecto a su concepto de sí mismo actual. Para hacer esto, aparte su atención de todos sus problemas y limitaciones presentes e imprégnese de la sensación de SER. Es decir, dígase en silencio pero con mucho sentimiento, “YO SOY”. Que éste estado de conciencia sea totalmente incondicionado. Tan sólo declare que usted ES, y continúe haciéndolo, hasta que quede completamente perdido en la sensación de sólo SER, sin rostro, sin forma, sin condicionamientos ni relaciones. Cuando alcance este estado de conciencia, entonces, dentro de esta profundidad informe que usted ahora tiene, dele forma a la nueva concepción que usted quiere atraer a su vida, SINTIENDO que ES eso que desea.

Usted encontrará que, dentro de esta profundidad informe de usted mismo, todas las cosas son divinamente posibles. Cualquier cosa en el mundo que usted pueda imaginar la puede lograr u obtener, dentro de esta conciencia informe e incondicionada, y de la manera más natural.

En las Escrituras se nos invita a “Ausentarnos por completo del cuerpo y estar presentes con el Señor”. El “cuerpo” es el viejo concepto de nosotros mismos; y el “Señor” la CONCIENCIA DE SER. Esto es lo que Jesús quiso decir a Nicodemo: “Debes nacer de nuevo, pues a menos que nazcas de nuevo, no entrarás al Reino del Cielo”. En otras palabras: a menos que usted abandone por completo su actual concepto de sí mismo y asuma la naturaleza del nuevo nacimiento, usted continuará manifestando en su realidad sus limitaciones y carencias.

La única forma de cambiar las manifestaciones limitantes de su vida es a través de un cambio de conciencia. Ya que la conciencia es la realidad que eternamente se solidifica a sí misma en las cosas y circunstancias que le rodean. El mundo del hombre es, en todos sus detalles, su conciencia proyectada y manifestada. Tratar de cambiar sus circunstancias externas sin antes cambiar su estado de conciencia, es tan absurdo como tratar de modificar su aspecto personal rompiendo el espejo en el que se mira. Su entorno, y todo lo que hay dentro de él, refleja lo que usted es en su conciencia. Y en la medida en que usted siga con su estado actual de conciencia, lo que sigue manifestando ha de ser igual.

Sabiendo lo anterior, comience ahora mismo a revalorarse. El hombre se ha calificado a sí mismo con muy poco valor. En el libro de Números, usted lee “en aquellos días había gigantes en la tierra; y nosotros éramos, en nuestro propio sentir, como saltamontes. Y a la vista de ellos, éramos como saltamontes”. Esto no se refiere a un tiempo remoto en que había hombres con estatura de gigantes. Hoy es el día, el eterno ahora en que las condiciones que le rodean han alcanzado la apariencia de gigantes (falta de empleo, las armas del enemigo, sus problemas y todo aquello que parece amenazarle), y esos son los gigantes que le hacen sentir como pequeño saltamontes. Pero, tal como ha sido dicho, usted fue primero, en su autoconcepto, un saltamontes, y a causa de ello, un saltamontes es para los gigantes. En otras palabras, usted solo puede ser para los demás aquello que primero usted es para sí mismo. Entonces, revalorizarse usted mismo y empiece a sentirse un gigante, un centro de poder, es minimizar a los gigantes y hacer que ellos se sientan saltamontes. Despierte al gran poder que usted representa, no como hombre, sino como su verdadero ser, sin rostro, sin forma, y libre de todos los condicionamientos y limitaciones en los que el usted humano se encuentra aprisionado.

“YO SOY el buen pastor y conozco mis ovejas y ellas me conocen. Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y ellas me siguen”. La CONCIENCIA DE SER es el buen pastor. Lo que YO SOY consciente de ser es la “oveja” que me sigue. Tan buen pastor es su CONCIENCIA DE SER que nunca deja perder ni una de las ovejas de las cuales usted tiene conciencia de ser.

“YO SOY es la puerta abierta para que todo lo que YO SOY ingrese. Su CONCIENCIA DE SER es el señor y el pastor de su vida. “El señor es mi pastor, nada me faltará”, puede verse ahora a la luz de la verdad de quién es la CONCIENCIA DE SER. Usted nunca debería estar en deuda o en estado de falta de evidencia de aquello que usted es consciente de ser.

Siendo ésta la verdad, ¿por qué no volverse consciente de ser Grande? ¿Amoroso, saludable, abundante, y todos los atributos que usted admira?

Es tan fácil poseer la conciencia de estas cualidades como lo es de poseer sus contrarios, pues usted no tiene su conciencia presente como resultado de su mundo. Al contrario, su mundo es lo que es a causa de su conciencia presente. Simple, ¿verdad? Demasiado simple para la mente humana que siempre trata de complicarlo todo.

Pablo dijo de este principio, “es para los griegos (o la sabiduría de este mundo), estupidez; y para los judíos (o los buscadores de señales), la piedra de estorbo”; con el resultado de que el hombre permanece andando en la oscuridad en vez de despertar al magno ser que él es. El hombre, que siempre ha adorado las imágenes de su propia creación, encontrará que esta revelación es una blasfemia, ya que sus conceptos de un Dios aparte de sí mismo siempre pululan muerte. Esta revelación traerá el conocimiento de que “Yo y mi Padre somos uno, pero mi Padre es más grande que Yo”. Usted es uno con su actual concepto de usted mismo. Pero usted es siempre más grande que aquello de lo cual es consciente de ser.

Antes de que el hombre intente transformar su mundo debe afirmar la base – YO SOY el Señor”. Es decir, la conciencia del hombre, su CONCIENCIA DE SER es Dios. Hasta tanto esto sea firmemente establecido de manera que ninguna circunstancia ni sugerencia externa lo hagan estremecer, el hombre se hallará retornando a la esclavitud de las creencias anteriores. “Si no crees que YO SOY Él, morirás en tus pecados”. Es decir, continuarás confundido y en estado de fracaso hasta que encuentres la causa de la confusión. Cuando usted haya entronizado al hijo del hombre, entonces usted sabrá que YO SOY él, o sea que yo, Juan Pérez, nada hago por cuenta propia, sino que lo hace mi padre, o ese estado de conciencia con el que ahora soy uno es el que hace la obra.

Cuando se toma conciencia de lo anterior, cualquier necesidad o deseo que nace en el interior encuentra su expresión en el mundo externo. “Yo estoy a la puerta y llamo. Si algún hombre oye mi voz y abre la puerta, entraré en él, y juntos apuraremos la copa”. El “Yo” que toca a la puerta es el deseo del hombre.

La puerta es su conciencia. Abrir la puerta es convertirse en uno con aquél que está tocando, SINTIÉNDOSE uno mismo como ya siendo la cosa o circunstancia deseada. Sentir que un deseo propio es imposible de lograr es cerrar la puerta y negarle la entrada al deseo. Elevar el estado de conciencia hasta la naturaleza de lo que se desea, es abrir la puerta de par en par e invitar a entrar al deseo hasta su manifestación externa.

Por esto es que constantemente se nos recuerda que Jesús dejó el mundo de la manifestación y ascendió hasta su padre. Jesús, tanto como usted o yo, encontraba que para “Jesús” nada era posible, en cuanto hombre. Pero habiendo encontrado que su padre era su estado de conciencia de las cosas deseadas, dejó a un lado su “conciencia Jesús” y elevó su estado de conciencia al de lo deseado y permaneció allí hasta hacerse uno con él. Y cuando se hizo uno con él, llegó a ser su expresión en la forma.

Este es el mensaje simple de Jesús para el hombre: los hombres sólo somos encarnaciones temporales del ser impersonal, YO SOY, la presencia que los hombres llaman Dios, que mora en nuestro cuerpo. Los cuerpos tienen ciertas limitaciones. Para trascender estas limitaciones y poder manifestar aquello que, como hombre – Juan Pérez, usted es incapaz de hacer, usted debe apartar su atención de sus limitaciones actuales, o el concepto Juan Pérez de sí mismo, y fundirse con el sentimiento de SER aquello que desea. La forma como ésta nueva conciencia haya de manifestarse, nadie la conoce, pues pertenece al reino de lo inmanifestado, donde no existen causas anteriores. Nunca trate de especular o pensar en cómo su nuevo estado de conciencia ha de ser encarnado, pues ningún ser humano es suficientemente sabio para saberlo. La especulación o la duda son pruebas de que usted en realidad no ha alcanzado la naturaleza de lo que desea, y esto le llena de temores sobre su realización.

Nos ha sido dicho: “el que carece de sabiduría, que le pida a Dios, quien da abundantemente, y a nadie reprime; y tal le será dada. Pero que pida sin ninguna duda, pues aquel que duda es como una ola del mar que es arrastrada y batida por los vientos. Nadie que de tal manera sea recibirá lo que pida del Señor”. Usted ya sabe por qué se ha hecho tal aseveración, pues sólo sobre la roca de la fe pueden los deseos establecerse con firmeza. Si usted no tiene la conciencia de lo que desea, aún carece de la roca firme para plantar la manifestación.

Una prueba de esta conciencia firmemente establecida se nos da en las palabras Gracias, padre”. Cuando usted llega al gozo del agradecimiento en el grado en que se siente agradecido por haber recibido lo que aún no es detectado por sus sentidos, es muestra de que definitivamente ha llegado a ser uno en conciencia con aquello por lo cual da las gracias. Dios, su CONCIENCIA DE SER, no puede ser burlado. Usted siempre está recibiendo aquello de lo que es consciente de ser, y nadie da gracias por algo que no ha recibido. “Gracias, Padre”, no es, como se usa actualmente por muchos, una especie de fórmula mágica. Usted nunca necesita pronunciar en voz alta las palabras “Gracias, Padre”. Aplicando los principios que hemos aprendido, si usted realmente ha elevado su conciencia al nivel de ser uno con lo deseado, habrá en su interior un sentimiento de gozo y agradecimiento, siempre interno, que no necesita la expresión hablada. Usted ya ha aceptado el regalo que era tan solo un deseo antes de la elevación de su conciencia, y su fe es ahora la sustancia que ha de vestir a su deseo.

La elevación de la conciencia es el matrimonio espiritual en el que dos acuerdan ser uno solo y su imagen y semejanza es establecida en la tierra.


“Todo lo que pidas en mi nombre te lo daré”. “Todo” es ilimitado. Es incondicional. No importa si la sociedad lo ve como algo bueno o malo, si usted lo ha pedido, le será dado. ¿Realmente lo quiere? ¿Es ese su deseo verdadero? Esto es lo único necesario. La vida le dará todo lo que pida “en su nombre”.

“Su nombre” no es una palabra que se pronuncie con los labios. Usted puede pasarse la vida rogando en el nombre de Jesús, de Jehová, de Dios, y será en vano. “Nombre” quiere decir “naturaleza”. Así, cuando usted pide en la naturaleza de alguna cosa, el resultado siempre es asegurado. Pedir en el nombre de…, es elevar la conciencia y llegar a ser uno con lo deseado, elevar la conciencia a la naturaleza de lo deseado, y así usted será la expresión de ello. Por tanto, “Todo lo que pidieres en oración, creyendo que ya lo has recibido, lo recibirás”.

Orar, como lo hemos visto antes, es un reconocimiento, hecho en primera persona y en tiempo presente. Significa que usted debe estar en la naturaleza de lo pedido, antes de que lo pueda recibir.

Para entrar en la naturaleza de lo pedido fácilmente, se precisa de una “amnistía” general. Se nos ha dicho: “Perdona si tienes algo contra alguien, para que también tu padre, que está en los Cielos, pueda perdonarte. Mas si no perdonas, tampoco tu padre de los Cielos ha de perdonarte”. Esto parece ser dictaminado por un Dios personal que se complace o se disgusta con las acciones de los hombres, pero no es así.

La conciencia, que es DIOS, si usted mantiene en su conciencia algo contra alguien, usted está amarrando esa condición a su mundo. Liberar al hombre de toda condenación es liberarse usted mismo para que así pueda elevar su nivel de conciencia. No hay, entonces, condenación a los que están en Cristo.

Una buena práctica, entonces, antes de entrar en sus meditaciones, es liberar mentalmente (y en sentimiento) a todo ser en el mundo de sus condenaciones. La ley nunca puede ser violada y usted puede tener la seguridad de que todo concepto humano de sí mismo será recompensado. Usted no tiene que preocuparse sobre si alguien recibe o no lo que usted cree que debería recibir. La vida no comete errores y siempre da al hombre lo que primero él se da a sí mismo.

Esto nos trae a uno de los predicamentos de la Biblia de los que más se ha abusado. El del diezmo. Predicadores de toda clase han esclavizado al hombre con su negocio del diezmo, por no conocer ellos mismos la naturaleza real del mismo, y estar con el temor de la escasez; así han llevado a sus seguidores a creer que es indispensable dar la décima parte de sus ingresos para el Señor. Y dicen que cuando uno da esa décima parte de los ingresos para la organización, se lo está dando al Señor (está diezmando). Pero recuerden, YO SOY el Señor. Su CONCIENCIA DE SER es el Dios al que usted le da y usted nunca da de esta manera.

Cuando usted proclama ser algo, usted ha dado esa proclama o cualidad a Dios. Y su CONCIENCIA DE SER, que no hace reconocimiento especial de personas, le devolverá en abundancia mayor, amasada, y desbordante la cualidad o atributo que usted ha reclamado para sí mismo.

La CONCIENCIA DE SER es algo que nunca se puede nombrar. Proclamar que Dios es abundante; que es grande; que es el amor; que es sabio, es definir aquello que no puede ser nombrado. Porque Dios es lo que nunca puede ser mencionado (la palabra disminuye y limita)

Diezmar es necesario y usted diezma con Dios. Pero de ahora en adelante, dé al único Dios y véase como diezmándole las cualidades Suyas que usted quiere manifestar en la tierra, sean salud, riqueza, abundancia, amor, sabiduría…

Nunca especule sobre cómo han de manifestarse estas cualidades o peticiones, porque la vida conoce maneras de las que usted, como hombre, no tiene ni idea. Todas sus maneras hacen referencia a lo manifestado en el pasado. Pero, le aseguro, el día en que usted reclame estas cualidades con total convicción, sus clamores serán correspondidos. Nada de lo que hay escondido quedará escondido. Lo que se proclama en el silencio será voceado a viva voz. Vale decir, sus convicciones secretas sobre usted mismo, esas que nadie conoce, cuando se cree verdaderamente en ellas, serán proclamadas desde la cubiertas de las casas, para que todos las conozcan. Pues sus convicciones sobre usted mismo son las órdenes de Dios en su interior, palabras que son espíritu y no pueden retornar vacías, sino que han de retornar multiplicadas a quien las envió.

Usted está en este preciso momento llamando desde el infinito todo aquello de lo que usted es consciente de ser. Y ninguna palabra ni convicción fallará en encontrarlo.

YO SOY la vid y ustedes las ramas”. La conciencia es la “vid”, y las cualidades de las cuales usted es actualmente consciente, son como “ramas” que usted alimenta y mantiene vivas. Así como una rama no vive a menos que esté arraigada en la vid, las cosas y circunstancias no viven a menos que usted las alimente siendo consciente de ellas. Así como una rama se marchita y finalmente muere si la savia de la vid deja de fluir hacia ella, las cosas y circunstancias de su mundo pasarán si usted deja de poner su atención en ellas, porque su atención es la savia que las mantiene vivas y las sostiene en actividad de manifestación.

Para disolver un problema que hoy se encuentra en las apariencias de su vida, todo lo que hay que hacer es quitar su atención de él. Independientemente de lo que digan sus cinco sentidos, retire su conciencia del problema. Sea indiferente y empiece a sentirse exactamente como se sentiría si la solución ya hubiera aparecido.

Por ejemplo, si usted está en prisión, nadie tiene que decirle que desee la libertad. La libertad, o mejor, el deseo de libertad, nacerá espontáneamente. Entonces, quite su atención del hecho de estar en prisión y comience a sentirse libre. SIÉNTALO hasta el punto en que sea algo natural, y las barras de la prisión se disolverán. Aplique este mismo principio a cualquier problema.

He visto a muchas personas que estaban endeudadas hasta las orejas aplicar los principios aquí expuestos, remover sus montañosas deudas en un abrir y cerrar de ojos. He visto a muchos desahuciados por sus médicos, apartar su atención del problema de salud y empezar a sentirse perfectamente bien sin importar las circunstancias externas, y de pronto retornando a estados óptimos de salud.

Su respuesta a “¿Quién dicen ustedes que YO SOY?” siempre determina lo que se proyecta en su vida. En la medida en que usted sea consciente de estar aprisionado o enfermo, o pobre, en esa medida continuará experimentando esos estados en su realidad.

Cuando el hombre se dé cuenta de que él es ahora aquello que está buscando y comience a proclamarlo con convicción, tendrá las pruebas de su clamor. La evidencia se da en las palabras, “¿A quién buscan?”, y ellos contestaron: “A Jesús”; él entonces les dijo. “YO SOY él”. “Jesús” aquí significa salvación o salvador. Usted está buscando ser salvado de aquello que no es su problema.

“YO SOY” es quien le salvará. Si usted tiene hambre, su salvador es la comida. Si está en pobreza, las riquezas le salvan. Si está en prisión, la libertad es su salvador. Si está enfermo, no será alguien llamado Jesús quien ha de salvarle, sino la salud. Por tanto, clame “YO SOY él”, o, en otras palabras, clame que usted es aquello que desea. Clámelo en la conciencia, no con palabras, y la conciencia le retribuirá su clamor. Se nos ha dicho “Me encontrarán cuando me SIENTAN”. Pues bien, SENTIR la cualidad en la conciencia hasta que usted SIENTA que es aquello que desea. Cuando usted se pierde en el sentimiento de ser su deseo, la cualidad buscada se manifestará en su mundo.

Usted es sanado de su problema cuando usted toca la solución correspondiente.

“¿Quién me ha tocado? Porque he percibido que la virtud ha salido de mí”. Sí, el día en que usted toque este ser dentro de usted, SINTIENDO que ha sido curado o sanado, las virtudes o cualidades correrán a través de su ser y se solidificarán a sí mismas en su mundo para su beneficio y el de los demás.

Se ha dicho, “Si crees en Dios, cree también en mí, porque YO SOY él”. Tenga la fe de Dios. “Él se hizo uno con Dios y no escatimó hacer las obras de Dios”. ¡Vaya usted y haga los mismo! Sí, empiece a creer en su conciencia, en su CONCIENCIA DE SER, que es Dios. Reclame para usted todos los atributos que hasta ahora usted le ha atribuido a un Dios externo, y empezará a manifestar esos atributos en su vida.

“Porque Yo no soy un Dios lejano. Estoy más cerca de ti que tus manos y tus pies, más cerca que tu propia respiración”. YO SOY es su CONCIENCIA DE SER. YO SOY es aquello en lo cual todo lo que tenga conciencia de ser ha de empezar y de terminar. “Porque antes de que el mundo fuera, YO SOY; y cuando el mundo haya pasado, YO SOY; antes que Abraham fuera, YO SOY”. Este YO SOY es su propia CONCIENCIA DE EXISTIR.

“A menos que el Señor sea el constructor, su labor será en vano”. “El Señor” es su CONCIENCIA DE SER. A menos que lo que usted busca sea primero establecido en su conciencia, su búsqueda será en vano. Todas las cosas deben empezar y terminar en la conciencia.

Por tanto, bendito es el hombre que confía en sí mismo, pues la fe del hombre en Dios ha de medirse por su fe en sí mismo. Si crees en Dios, cree también en MI.

No ponga su confianza en los hombres pues ellos reflejan el ser que usted es, y pueden traerle solo aquello que usted antes ha traído dentro suyo mismo.

Sin importar lo que les ocurra a los hombres en este mundo, nunca es por accidente. Todo ocurre bajo la guía y directriz de exactas e inmutables leyes.

“Ningún hombre (manifestación), viene a mí a menos que mi padre le envíe. Y Yo y mi Padre somos uno.” Crea en esta verdad, y usted será libre. El hombre siempre ha culpado a otros por aquello que es y le ha sucedido en la vida, y seguirá haciéndolo hasta que encuentre que él es la causa de todo. “YO SOY” no viene a destruir sino a cumplir. “YO SOY”, la CONCIENCIA DE SER, que está en usted, nada destruye, sino que siempre llena a plenitud los moldes o conceptos que uno tiene sobre sí mismo.

Es imposible que el hombre pobre alcance la riqueza en este mundo sin importar lo que le rodee, hasta tanto él mismo se proclame SER la riqueza misma. Los símbolos suceden, no preceden. Luchar de una u otra forma constantemente contra las limitaciones de la pobreza mientras se permanece en un estado de conciencia de pobreza, es un hacer un papel estúpido. Los cambios no pueden tener lugar a partir de ese estado de conciencia pues la vida permanentemente está manifestando todos los niveles.

Siga el ejemplo del hijo pródigo. Dese cuenta de que usted, usted mismo produjo su condición de abandono y carencia y tome la decisión dentro de usted, de elevarse a un nivel en el cual las riquezas y comodidades le esperan por derecho propio.

No hubo condenación alguna para el hijo pródigo cuando él tuvo el coraje de reclamar su herencia para sí. Los demás nos condenarán sólo mientras nosotros mismos nos sigamos condenando.

A la vida no le interesa si usted se hace llamar rico o pobre; fuerte o débil. Ella eternamente le recompensará con lo que usted reclame como verdadero de sí mismo.

Las medidas de correcto o incorrecto pertenecen solo al hombre. Para la vida nada es correcto o incorrecto. Como dijo pablo a los Romanos, “Sé y he sido persuadido por el señor Jesús que nada hay impuro en sí mismo, pero para aquel que tenga algo en estima de impureza, le será impuro”. Deje ya de preguntarse si usted es digno o indigno de recibir aquello que desea. Usted, como hombre, no ha creado el deseo. Sus deseos siempre son implantados en su interior por aquello que ahora usted proclama ser.

Cuando un hombre tiene hambre, automáticamente, sin pensar, desea alimentación. Cuando está en prisión, automáticamente desea libertad. Sus deseos contienen en sí mismos los planes para su autoexpresión.

Abandone entonces todos los juicios y eleve su conciencia hasta el nivel de su deseo y hágase uno con él, proclamando que eso ya es así. “Mi gracia te es más que suficiente. Mi fortaleza se perfecciona en tu debilidad”.

Tenga fe en esta afirmación invisible hasta que en su interior tenga la convicción total de que es verdad. Su confianza en su afirmación le recompensará con creces. Sólo un poco más, y lo deseado se ha de manifestar. Pero sin fe es imposible realizar alguna cosa. Fue por la fe que los mundos se estructuraron, pues “la fe es la sustancia de que están hechas las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas aún no vistas”.

No esté ansioso o preocupado por los resultados. Ellos llegarán, tan seguro como el día sigue a la noche.

Mire sus deseos, todos ellos, como la palabra hablada de Dios, y cada palabra o deseo como una promesa. La razón por la cual la mayor parte de nosotros fallamos en realizar nuestros deseos es que constantemente les estamos poniendo condiciones. No los condicione. Acepte las cosas como le llegan en el curso de la vida. Dé gracias por ellos hasta el punto en que usted sienta de antemano la gratitud por haberlos recibido, y siga su curso en paz.

Tal aceptación de su deseo es como sembrar una semilla fértil en un terreno adecuadamente preparado. Pues cuando usted puede dejar caer lo deseado en la conciencia, confiando en que habrá la manifestación, usted ha hecho todo lo que de usted se espera. Pero, estar preocupado o ansioso sobre el COMO su deseo ha de madurar, es sembrar las semillas fértiles en un desierto mental y, por tanto, nunca dejarlas caer en el terreno de la confianza.

Una razón por la cual los hombres condicionan sus deseos es que permanentemente están juzgando según la apariencia actual de las cosas y las ven tan reales, olvidando que la única realidad es la conciencia que hay tras ellas.

Ver las cosas tan reales es negar que todas las cosas son posibles para Dios. El hombre que está en prisión y mira sus cuatro paredes como su realidad, automáticamente niega el deseo de libertad que es la promesa de Dios implícita.

A menudo, cuando se hacen estas afirmaciones, surge una pregunta; si los deseos personales son regalos que Dios quiere hacernos, ¿Cómo puede decir que si alguien quiere matar a un hombre ese deseo es bueno y ha sido enviado por Dios? En respuesta a esto, déjeme decirles que en realidad ningún hombre quiere matar a otro. Lo que él desea es liberarse de él. Pero puesto que no cree que su deseo de liberación contiene en sí mismo el poder de liberarlo, él condiciona su deseo y halla que la única forma de expresar la libertad es destruyendo al hombre, olvidando que la vida siempre encapsula dentro de los deseos maneras que él, siendo hombre, no conoce. Sus maneras siempre se remiten al pasado. Así el hombre distorsiona los regalos de Dios por su falta de fe.

Los problemas son los montes de los que se dice que uno puede remover si tan sólo tiene la fe del tamaño de un grano de mostaza. Los hombres tradicionalmente encaramos los problemas como aquella dama que, tras oír la predicación del sacerdote sobre el asunto (“si tuvieres fe al menos del tamaño de un grano de mostaza, le podrías decir al monte “quítate de ahí” y él se quitaría””), se duerme en lo que ella pensaba era fe. Y a la mañana siguiente, tras abrir la ventana, ve el monte y exclama: “Sabía que esa vieja montaña seguiría allí”.

Y es que así es como los humanos encaramos los problemas, sintiendo que aún estarán presentes para confrontarlos. Y ya que la vida no discrimina entre personas y nada destruye, sigue manteniendo con vida aquello que está en la conciencia del ser.

Las cosas y circunstancias indeseables desaparecerán sólo en la medida en que el hombre haga un cambio en su conciencia. Niéguelo, si quiere, pero nunca podrá demostrar lo contrario al hecho de que la conciencia es la única realidad y las cosas sólo sombras de lo que usted es en su conciencia. El estado celestial que usted está buscando sólo lo podrá encontrar en la conciencia, pues el reino del cielo está en su interior. Ya que la voluntad del cielo siempre se hace en la tierra, usted está en este momento viviendo en el cielo que usted mismo ha establecido en su interior. Pues ahora mismo en la tierra su cielo se revela a sí mismo. El reino del cielo, en realidad, está a la mano. AHORA es el tiempo aceptado. Cree, entonces, un nuevo cielo, entre en un nuevo estado de conciencia y aparecerá una nueva tierra.

“Las cosas viejas pasarán. No serán recordadas ni vendrán a la mente nunca más. Porque, observen, Yo, (su conciencia), vengo rápido y mi recompensa está conmigo”.

YO SOY innombrable, pero cargaré sobre mí cualquier nombre o naturaleza que usted me dé. Recuerde que es usted, usted mismo, el que habla como “mí”. En consecuencia, cualquier concepto que usted tenga sobre sí mismo, es decir, cualquier concepto profundo, es lo que se manifestará como realidad, pues YO SOY no engañado, Dios no es burlado.

Ahora, déjeme instruirle sobre el arte de pescar. Se dice que los discípulos estuvieron pescando toda la noche y no cogieron nada. Entonces Jesús entró en escena y les dijo que echaran nuevamente sus redes en las mismas aguas en que habían fracasado anteriormente, y esta vez las redes estuvieron repletas de peces.

Esta historia está teniendo lugar en el mundo actual dentro de usted, el lector. Pues usted tiene dentro de sí mismo todos los elementos necesarios para ir de pesca. Pero hasta tanto no encuentre que Jesús Cristo, que es su CONCIENCIA DE SER, es el Señor, su pesca será, como la de los discípulos, en la oscuridad de la noche humana. Es decir, usted saldrá a pescar COSAS pensando que las cosas son reales y lo hará con herramientas humanas, que requieren lucha y esfuerzo, tratando de contactar a éste o aquél; tratando de presionar a una persona o a otra; y todo este esfuerzo será en vano. Pero cuando usted encuentre que su CONCIENCIA DE SER, su YO SOY es el Cristo Jesús, usted le dejará a él dirigir la pesca. Porque su deseo, cualquiera que él sea, será el pez que usted agarre, ya que su conciencia es la única realidad viviente y usted pescará cada vez en aguas más profundas de la conciencia.

Si usted quiere alcanzar aquello que se encuentra por encima de sus capacidades actuales, debe ir hacia aguas más profundas ya que, en su baja profundidad de conciencia actual, esos peces no pueden nadar. Para ir a aguas más profundas, debe abandonar todos sus problemas actuales, sus limitaciones, y apartar su ATENCIÓN de ellos. Dele por completo la espalda a todo problema y limitación que tenga ahora.

Sumérjase en SER diciendo “YO SOY”, “YO SOY”, “YO SOY”, para sus adentros. Siga declarándose que usted simplemente ES. No condicione esta declaración, siga hasta SENTIRSE siendo, y sin aviso alguno se hallará elevando el ancla que le amarraba a la sombra de sus problemas y moviéndose a mayores profundidades de conciencia.

Esto normalmente se acompaña con la sensación de expansión. Usted se sentirá como expandiéndose, como si estuviera ahora mismo creciendo. No tema, se necesita coraje. Usted no va a morir a nada por sus limitaciones anteriores, sino que esas limitaciones morirán y usted las abandonará, pues ellas sólo viven en su conciencia. En esta conciencia profunda o expandida usted se encontrará con que es un poder que ni había soñado o imaginado anteriormente.

Las cosas y circunstancias deseadas antes de que usted abandonara las riberas de la limitación son los peces que ahora pescará en las profundidades de las aguas. Debido a que usted ha perdido toda conciencia de barreras y limitaciones, ahora es de lo más fácil del mundo SENTIR que usted es uno con lo deseado.

Ya que YO SOY (su CONCIENCIA DE SER) es la resurrección y la vida, usted debe amarrar este poder de resurrección que usted es a las cosas y/o circunstancias deseadas si usted realmente quiere que aparezcan en su experiencia de vida. Ahora, usted empieza a asumir la naturaleza de lo deseado a través de sentir YO SOY saludable”, “YO SOY abundante”, “YO SOY libre”, “YO SOY fuerte”, etc. Cuando estos SENTIMIENTOS se establezcan con firmeza en su conciencia, su ser informe tomará para sí la forma de lo sentido. Usted se “crucifica” en los sentimientos de salud, libertad, abundancia, prosperidad, fortaleza. Y permanece “sepultado” en la quietud de esas convicciones. Luego, como ladrón en la noche, y cuando menos lo espere, estas cualidades resucitarán en su mundo como realidades vivientes.

El mundo le tocará y verá que usted es de carne y sangre pues usted comenzará a dar abundante fruto según las cualidades de las que ahora se ha apropiado. Este es el arte de la pesca exitosa de las manifestaciones de la vida.

La realización exitosa de las cosas deseadas se nos cuenta también en la historia de Daniel en la jaula de los leones. Allí, se dice que Daniel, estando rodeado por los leones, les dio la espalda y alzó su mirada hacia la luz que venía de arriba; que los leones permanecieron impotentes y la fe de Daniel en Dios lo salvó.

Esta es también su historia, y debe hacer lo mismo que hizo Daniel. Si se encuentra en una jaula de leones (sus problemas económicos, de salud, de relaciones), la lógica humana dice que no hay otra alternativa que estar pendiente de los leones, quizás ser devorado por ellos.

Daniel les dio la espalda y volvió su mirara a la luz, que es Dios. Si seguimos el ejemplo de Daniel, mientras estamos aprisionados por la escasez, las deudas, las enfermedades, démosle la espalda y hagámonos uno en sentimiento con lo que buscamos en la vida.

Si en nuestra conciencia le damos la espalda a los problemas y permanecemos en la fe, creyendo y sintiendo que ya somos aquello que deseamos, las paredes de nuestra prisión se abrirán y lo deseado, “cualquier cosa”, se realizará.

Otra historia tiene que ver con una viuda y tres medidas de aceite; el profeta le preguntó a la viuda “¿Qué tienes en tu casa?”. Ella contestó: “Tres medidas de aceite”. Él entonces le dijo: “Toma los barriles. Cierra la puerta cuando hayas regresado a casa, y empieza a llenarlos”. Y, partiendo de tan solo tres medidas de aceite, ella llenó por completo los barriles vacíos, hasta más allá de su capacidad, derramando aceite que sobraba.

Usted, el lector, es esta viuda. No tiene un esposo que la impregne o la haga fructífera, pues una viuda está en un estado infértil. Su CONCIENCIA DE SER es ahora el Señor o profeta que se ha convertido en su esposo.

Siga el ejemplo de la viuda, quien en vez de reconocer su carencia o escasez reconoció y usó lo poco, las tres medidas de aceite.

Después está el comando “Entra y cierra la puerta”; es decir, cancela la evidencia dada por los cinco sentidos que le quieren advertir sobre deudas, carencias, problemas…

Cuando usted ha retirado su atención por completo cancelando la evidencia de los sentidos, comienza a SENTIR el gozo (simbolizado por el aceite), de haber recibido las cosas deseadas. Cuando se establece tal acuerdo en su interior de manera que dudas y temores han desaparecido, entonces, usted también llenará todas las medidas vacías de su vida y tendrá en tal abundancia como para dar a otros.

Reconocer es el poder que obra la magia en el mundo. Todos los estados que usted anteriormente ha reconocido, los ha encarnado (¿o no?). Lo que usted está reconociendo como verdadero en usted hoy es lo que está experimentando. Sea, entonces, como la viuda, y reconozca el gozo, sin importar qué tan pequeño sea el reconocimiento al principio, y será entonces generosamente recompensado, con la magnificación de todo aquello que usted es consciente de ser.

YO SOY el Señor Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, y te apartó de la esclavitud; no tendrás otros dioses delante de mí”. ¡Qué gloriosa revelación, su CONCIENCIA DE SER, ¡ahora es revelada como Dios el Señor! Vamos, despierte de su sueño de estar en prisión. Dese cuenta de que la tierra es suya, “y por tanto la plenitud, el mundo, y todo lo que en él habita”.

Usted está tan atrapado en la creencia de que usted es un hombre, que ha olvidado el glorioso ser que es. Ahora, con su memoria restablecida, DECRETE que lo no visto aparezca y aparecerá, pues todas las cosas están diseñadas para responder a la Voz de Dios, que es su propia CONCIENCIA DE SER – El mundo está A SU SERVICIO




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Neville Goddard (1905-1972)

Influyente profesor del Nuevo Pensamiento.

Uno de los profesores de más influencia en el campo del Nuevo Pensamiento durante muchos años, clarificando la naturaleza de Dios y la relación de Dios con cada persona. Él habló acerca de Dios en términos muy íntimos, como si lo conociese. Estudió materias espirituales durante muchos años y fue reconocido como uno de los más grandes místicos.

Nació en Barbados en 1905 en una de las más prominentes familias. En 1922 fue a los Estados Unidos a estudiar drama cuando tenía 17 años. En 1932 dejó el teatro para dedicar su atención a los estudios del misticismo en la ciudad de Nueva York.

Después de viajar a través del país, hizo eventualmente su hogar en Los Ángeles, donde a fines de 1950 dio una serie de conferencias para la televisión, y por muchos años dio conferencias regularmente en el teatro de Wilshire Ebell. La mayoría de sus conferencias fueron en Los Ángeles, Nueva York y San Francisco entre los años 1960 y 1970.

Se especializó en aclarar el significado de la Biblia de acuerdo al significado real que contenía. (Nota: el significado de que básicamente el mal no existe y que la última meta es la unión consciente con lo divino o despertar el Cristo en uno mismo).

Dio extrema importancia al uso del poder de la imaginación. Usó el poder de la imaginación para cambiar las circunstancias de su vida y relató sus experiencias propias, una de ellas como con el uso del poder imaginario, fue despedido con honores del servicio militar y así pudo continuar con sus conferencias durante La Segunda Guerra Mundial. También cómo usando el poder imaginativo pudo hacer un viaje por mar durante la era de la depresión, desde Nueva York a su tierra, Barbados, y visitar a su familia, sin contar con medios económicos para efectuarlo.

Neville decía, "Pueden usar el poder de la imaginación para hacer fortuna, para conocer el mundo y para todas las cosas que deseen…"

En los últimos años de su vida dijo, "Sé que mi tiempo es corto – terminé el trabajo que vine a hacer y ahora estoy listo para partir… con relación acerca de hacia dónde voy, los conoceré allá tal como los he conocido aquí, porque todos somos hermanos en el infinito amor mutuo."

Neville daba sus conferencias sin anotaciones y las terminaba con preguntas y respuestas. Cuando le preguntaron si él había grabado sus conferencias para venderlas, él replicó, "Yo no he grabado nada, algunos graban en mis conferencias para su uso propio, eso está perfectamente bien, pero yo no tengo grabaciones."

Existen muchas grabaciones circulando que hicieron los estudiantes de Neville de sus conferencias en Los Ángeles y San Francisco. También se imprimieron sus libros.

Neville se fue del plano terreno el 1 de octubre de 1972 en Los Ángeles. Su mensaje continúa ocupando un lugar en los corazones de los lectores espirituales a través del mundo.