Hoy vas a ver a través del adulto que se refleja
en el espejo y a conocer a tu niño interior.
Hoy es un día muy importante en
tu trabajo del espejo. Dame la mano y acerquémonos a tu espejo. Mírate
fijamente a los ojos. Ve más allá del adulto que se refleja en el espejo y
saluda a tu niño interior.
No importa tu edad; en tu
interior hay un niño pequeño que necesita amor y aceptación. Si eres una mujer,
por muy autosuficiente que seas, también tienes una niña en tu interior que es
muy tierna y que necesita ayuda. Si eres un hombre, por muy autosuficiente que
seas, también tienes un niño en tu interior que anhela atención y afecto.
Cuando te miras al espejo, ¿ves a
tu niño interior? ¿Es feliz? ¿Qué está intentando decirte ese niño?
En tu interior están todas
tus edades: en tu consciencia y en tu memoria. Cuando eras pequeño y algo iba
mal, pensabas que era porque había algo e n ti que no estaba bien. Los niños
llegan a la conclusión de que, si pudieran hacerlo todo bien, sus padres los
amarían y no les castigarían. Normalmente, nos desconectamos o desintonizamos
alrededor de los cinco años. Tomamos esa decisión porque pensamos que somos
malos y que no queremos saber nada más de ese niño.
En nuestro interior también hay
un padre o una madre. Y en la mayoría de las personas, ese padre o esa madre
interiores están regañando a ese niño o niña interior casi continuamente. Si
escuchas tu diálogo interior, oirás esas reprimendas. Podrás oír a esa figura
de autoridad diciéndote que lo estás haciendo mal o que no eres lo bastante
bueno. Hace mucho tiempo, cuando éramos pequeños, nos declaramos la guerra y
empezamos a criticarnos como lo hacían nuestros padres: Eres estúpido. No eres
lo bastante bueno. No haces nada bien. Estas críticas constantes se
convirtieron en un hábito. Ahora que somos adultos, la mayoría ignoramos por
completo a nuestro niño interior o lo menospreciamos de la misma manera
que lo hicimos en el pasado. Seguimos repitiendo este patrón una y otra vez.
Cada vez que estás asustado, date
cuenta de que es tu niño interior el que tiene miedo. El adulto no tiene miedo,
sin embargo, se ha desconectado y no está presente para ayudar al niño. El
adulto y el niño han de entablar una relación.
¿Cómo puedes conectar con
tu niño interior? El primer paso es conocer a tu niño interior a través de tu
trabajo con el espejo. ¿Quién es ese niño? ¿Por qué es desgraciado? ¿Qué puedes
hacer para que se sienta a salvo, seguro y amado?
Coméntale todo lo que haces. Sé
que te puede parecer una tontería, pero funciona. Hazle saber a tu niño
interior que pase lo que pase, nunca le darás la espalda ni le abandonarás, que
siempre estarás con él y que siempre le amarás.
Lo único que desea tu niño
interior es que le hagas caso, sentirse seguro y amado. Si puedes dedicar unos
minutos al día para conectar con esa personita, tu vida mejorará
considerablemente.
Afirma: Estoy dispuesto a amar y a aceptar a mi niño interior.
Ejercicio del trabajo del
espejo para el día 8
1. Busca una foto de
cuando tenías cinco años. Pégala en el espejo de tu cuarto de baño.
2. Mira la foto
durante unos minutos. ¿Qué ves? ¿Ves a un niño feliz? ¿A un niño desdichado?
3. Habla con tu niño
interior en el espejo. Puedes mirar la foto o incluso mirarte a los ojos, lo
que te resulte más cómodo. Si de pequeño te llamaban con algún apodo o
diminutivo, úsalo para hablar con tu niño interior. Sentarte delante del espejo
es muy útil, porque si estás de pie, en cuanto empiezan a salir emociones
fuertes, puedes sentir la tentación de marcharte. Así que siéntate, hazte con
un paquete de pañuelos desechables y empieza a hablar.
4. Abre tu corazón y
comparte tus sentimientos más íntimos.
5. Cuando termines,
repite estas afirmaciones: Te amo,
cariño. Estoy aquí por si me necesitas. Estás a salvo.
EL PODER ESTÁ DENTRO DE TI:
Tu ejercicio del diario para el día 8
1. Para esta práctica
necesitarás lápices para colorear, colores de cera o rotuladores.
2. Utiliza tu mano no dominante, es decir,
aquella con la que no escribes, haz un dibujo de ti mismo de pequeño. ¡Sé
creativo!
3. Pega tu dibujo en el espejo del cuarto de
baño.
4. Mira el dibujo y empieza a hablar con tu niño
interior.
5. Hazle las siguientes preguntas a tu niño
interior y escribe las respuestas en tu diario: ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué
es lo que no te gusta? ¿Qué es lo que te asusta? ¿Qué necesitas? ¿Qué puedo
hacer para que seas feliz?
6. Cierra los ojos y dedica unos minutos a
reflexionar sobre lo que has aprendido acerca de tu niño interior.
Tu pensamiento del corazón para el día 8:
ABRAZO AMOROSAMENTE A MI NIÑO INTERIOR
Cuida de tu niño interior. Es el niño asustado. Es el niño
que sufre. Es el niño que no sabe lo que ha de hacer.
Está presente con tu niño.
Abrázalo, ámalo y haz todo lo que puedas para cubrir sus necesidades. Asegúrate de que tu niño sabe que, pase lo que pase,
siempre estarás con él. Nunca le darás la espalda ni lo abandonarás. Siempre
amarás a ese niño.
Tu meditación para el día 8:
DÉJATE IR Y RELÁJATE
💗
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