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Todo secreto tiene un tesoro guardado: la luz pública.

Y es secreto todo aquello de lo que no se habla públicamente, hasta ahora. Aquello que es políticamente incorrecto. Como por ejemplo la verdad de adentro, la del corazón.

Lo de afuera es el mundo de las apariencias y el qué dirán. Donde las formas esconden el fondo. Y las máscaras cubren los rostros. Es la película de ficción donde todos actuamos a ser lo que no somos. Es el viejo drama de los buenos contra los malos que luce cada día más tedioso y cansado.

Por fuera la realidad se ve del carajo. Por dentro es otra cosa.

Cuando cambias la forma de ver las cosas, desde adentro, las cosas cambian de forma por fuera.

Adentro nadie es culpable: todos somos responsables.

Uno es el creador de su propia realidad. Hacerse responsable es descargarse de culpas ajenas. Es conectarse a la fuerza vital que palpita en el corazón. El corazón es la red que nos une a todos.

Por dentro la película es de verdad: la vida es un milagro y nosotros somos el tesoro guardado. Nadie compite porque todo se comparte. Nadie lucha porque todo fluye.

Adentro, en el corazón, está el tesoro guardado: es para compartir, es luz pública. Dar lo mejor de uno para recibir lo mejor de todos.







Por Santiago Pando




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