Pon tu atención de nuevo en la luz interna










Por medio de la oración y la meditación, volvemos a dirigir nuestra atención a la luz interna, la cual, es la verdadera fuente de nuestro ser.

Nos empapamos con luz — nos renovamos, refrescamos y reponemos— de tal forma que podemos dar más luz a aquellos que la necesitan. Aumentamos nuestra reserva de amor.

Al comulgar con nuestro Ser Superior, el cual está sentado en el trono de nuestro corazón, también podemos acceder la sabiduría del corazón para encontrar soluciones a problemas difíciles.

Los místicos nos recomiendan combinar nuestras meditaciones con oraciones que salen del corazón encendido con amor.

Por ejemplo, el Zohar (en hebreo: זֹהַר‎‎, resplandor encendido, o resplandor), explica un texto Cabalista, “Cualquier cosa que alguien piense o, cualquier cosa sobre la cual medite en su corazón, realmente no puede realizarse hasta que lo enumere con sus labios”.

En Kabbalah: La clave de tu poder interior, Elizabeth Clare Prophet dijo que al igual que otras tradiciones espirituales, la Cábala reconoce el poder increíble del sonido por medio de la oración hablada. Ella citó el libro de Julius Schnorr, Moisés, Aron y Hur durante la batalla contra Amelek, el cual escribió que los mismos cabalistas decían que Moisés salvó a Israel al pronunciar los nombres de Dios en sus oraciones.

La palabra hablada activa el fruto de nuestra meditación sobre lo Divino y lo une en lo físico.

Toda tradición espiritual tiene sus propios métodos bellos para entrar al corazón con la oración y la meditación —desde la repetición silenciosa de palabras sagradas, como son los nombres de Dios—, hasta la repetición dinámica de mantras y el canto inspirado de canciones devocionales, como es la tradición hindú de los bajans a Shiva.

Los estudios científicos confirman que la oración funciona

Los científicos no saben por qué, o cómo funciona pero un número, cada vez mayor, de investigaciones sugieren lo que la gente ha sabido intuitivamente por miles de años: la oración funciona.

Un estudio bien conocido reveló que pacientes del corazón en el Hospital General de San Francisco, por los cuales se hicieron oraciones, estaban en mejor estado que los que no recibieron oraciones. Los pacientes por los cuales se hicieron oraciones requirieron menos antibióticos y desarrollaron menos complicaciones que los pacientes por los cuales no se hicieron oraciones.

El Dr. William Nolan, dijo esto acerca de esa investigación, «Tal vez nosotros, los médicos, deberíamos escribir nuestras propias recetas, ‘orar tres veces al día’. Si funciona, funciona».

Otra investigación, hecha en el centro médico Dartmouth-Hitchcock, examinó cómo las oraciones de los pacientes afectaron su recuperación de cirugía a corazón abierto. Este estudio que se efectuó en 1995, mostró que los pacientes que dijeron que obtuvieron consuelo y fortaleza de su fe religiosa, la cual suponía incluir oraciones, tenían una probabilidad tres veces más alta para sobrevivir seis meses después de una cirugía, que los pacientes «no religiosos».

Algunas personas no creen en estudios como este, y creen que los resultados fueron influenciados por la expectativa que tenía la gente de que se iban a sanar.

Según Larry Dossey, autor de Palabras sanadoras, estos estudios, los cuales utilizaron grupos por los cuales no se oró, encontraron que los ratones, las semillas y el mismo moho y las células rojas, se podían sanar o ser protegidas por la oración.

Estas investigaciones mostraron lo fuerte que puede ser la mente y sugieren que la oración realmente funciona. Muestran un principio que tal vez ya hayan descubierto por si mismos —se puede usar la oración para crear cambios materiales y espirituales en su vida.

Prueben un experimento al dar un fíat para equilibrar la llama trina.



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Extraído http://tsl.org/maestrosascendidos/tu-atencion-en-la-luz-interna/








LADY QUAN YIN - Deja Que Tus Sueños ‘R e s p i r e n ...






Un mensaje de Quan Yin:

Mientras tejo mis energías a tu alrededor, dentro de ti y para ti, llegarán muchas caras de lo femenino. Permite que cada cara que venga a tu mente entre a tu corazón, entre a través de ti, y así crearás un portal, una entrada y una salida que tú facilitarás a una energía mucho más elevada de lo que te das cuenta. La humanidad ha sentido por tan largo tiempo el nacimiento de nuevos proyectos, de nuevas ideas, de nuevas energías, de nuevas eras como algo que era doloroso.

Los humanos piensan que necesitan otra partera para dar a luz a sus sueños, para dar nacimiento a sus creaciones y manifestaciones. Es tiempo de que ustedes se vuelvan la partera de su propia vida y confíen en que tienen el conocimiento celular y estelar innato para dar nacimiento a cualesquier cosa que necesitan. Desde una banda elástica para su cola de caballo hasta la paz mundial hay una necesidad, un deseo de retraerse en sí mismos del apresurado mundo, para retraerse en su concha del yo y no aventurarse de nuevo afuera hasta que la marea haya cambiado.

Cuando ustedes dejan el cobijo de su hogar pueden sentir la electricidad en el aire y la arena deslizándose en la gran pirámide. Sienten los corazones de quienes están solitarios y el coraje de quienes andan a través de las arenas movedizas, temerosos pero conscientes de que las energías los están cargando. Es tiempo de que aprendan sobre la Tierra y todos sus secretos, desde la constante electricidad en el aire hasta el flujo y reflujo de las mareas en el Nilo.

Ustedes ya no pueden más esconder su cabeza en el suelo y ocultarse de su destino. Su destino es el alto rugido que escuchan en su corazón y su mente. Buena suerte en tratar de ignorarlo…. Ustedes no pueden sentarse en las caderas de su humanidad y esperar hasta que las arenas se asienten, esperar hasta que las mareas se retiren, esperar hasta que los vientos del cambio dejen de azotar tirando todo lo que es madera muerta... Es tiempo de danzar con las energías del viento y usarlas para impulsarse adelante, sacándolos de la zona peligrosa. Es tiempo de fusionar los gránulos de las arenas movedizas. Es tiempo de sostener su aliento y darse un profundo clavado en las aguas de todo lo que es divinamente humano.

Avanzando adelante, el moverse y el moverse sin temor serán ahora los nombres de los capítulos de los libros venideros en su vida.

Capítulo 1:

Aprendiendo a caminar entre los mundos.

Capítulo 2:

Aprendiendo a caminar en las grietas del yo.

Capítulo 3:

Cómo montar a horcajadas entre lo que está fracturado y roto y cabalgarlo hacia la suavidad (darle un nuevo propósito cuántico).

Elevar los velos de su humanidad. Raspar las cataratas de su corazón. Raspar la resina y permitir que sus poros respiren; permitir que sus sueños respiren, y permitir que su corazón lata gososo de nuevo. Ir a la alacena que aparenta estar vacía y rascar el vacío formándolo en algo maravilloso y delicioso.

Todos ustedes son las madres de la necesidad y las madres de la creación.

Ustedes forman lo que otros no tienen ojos para ver. No se dejen barrer por los vientos del cambio y los temores de otros.

Hablen con su cuerpo, ámenlo como un viejo amigo que siempre los ha conocido.

Hablen con su mente dulcemente pues ella siempre se ha sentado en concilio para su bien más elevado. Díganle a su mente que les permita desarrollarse, que les permita ver más, que les permita soñar más, que les permita volverse más. Persuádanla, como un niño persuade a un padre para que le dé más de 'domingo', más privilegios. Ustedes están a punto de extenderse hacia delante.

No hay fracaso alguno siendo humano.

No importa si desperdician su vida o si la usan apropiadamente. Sea lo que fuere que elijan, está bien. No hay errores, no hay fracasos, no pueden hacer nada mal. El núcleo de lo equivocado les fue dado como una limitación, al igual que la frecuencia de la muerte para limitarlos y cegarlos en el temor. Corten con todas las cosas que los atan.

Muestren con su ejemplo una y otra vez.

Como la madre águila que va a la saliente y muestra a sus polluelos a volar.

Cada polluelo tiene diferentes puntos fuertes y debilidades. El viento sopla diferente debajo de cada una de sus alas llevándolos a diferentes lugares.

No juzguen lo que el otro hace pues probablemente está haciendo lo mejor que puede en ese momento. Ámenlo sin importar dónde elija acampar. Hay multitudes de elecciones porque hay multitudes de personas. Todas las posibilidades viven dentro de ustedes. No permitan que las congestiones de tráfico de su Ser y el frenesí de otros los desvíen de su propósito.

Permanezcan firmes.

Vuélvanse Uno con su día, con el Sol, las nubes, la gente que ven tan cegada por la Luz. Permitan que estas energías para ver se abran para ustedes. Vean en las verdades que están ocultas, y sin embargo tan expuestas.

Soy Quan Yin, fusiónense conmigo. Yo los protejo y los amo. Pónganme en su corazón; allí es donde hago mi mejor trabajo.


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Según lo recibió Gillian MacBeth-Louthan
Tradujo; Gloria Mühlebach
http://www.thequantumawakening.com/current%20QUANTUM%20newsletter.htm








ÁRBOL CÓSMICO (NUESTROS AMIGOS LOS ÁRBOLES)







Existen viejos y antiguos espíritus en la naturaleza que contemplan, quizá asombrados, cómo caminamos por este mundo dirigiendo nuestra mirada tan sólo al suelo que pisamos. Nuestros amigos espirituales, los árboles, hunden sus raíces en la tierra, pero sus brazos penetran las alturas, alimentándose del corazón planetario y sus corrientes, y de los hilos de luz de las estrellas. Nosotros podemos hacer lo mismo, pero hemos elegido sostenernos en este mundo solo por los pies, como si solo estuviéramos hechos de piedras y tierra. Sin embargo, estamos hechos de aire y viento, de luz y de hojas mecidas por el tiempo. Nuestros amigos los árboles nos recuerdan todo esto.

O ellos son árboles humanos o nosotros somos humanos árboles. No sé exactamente dónde está la diferencia. En el lenguaje propio de la naturaleza los árboles nos hablan de una peculiar manera. Son aliados del viento y de la lluvia, amigos de los pájaros, y sostienen el cielo y la tierra. Viven entre dos mundos, como nosotros. Les gusta vivir en la compañía de otros, como nosotros

No hay mucha diferencia entre los árboles y los humanos. Cuando miramos a un árbol, y percibimos en él el espíritu del tiempo y la raíz de la vida, quizá contemplamos un árbol humanizado. En ese momento, cuando el árbol también nos siente, quizá cree percibir a un humano “arbolizado”. Y es que, en realidad, somos lo mismo. Energética y espiritualmente hablando, quizá los árboles sean los seres más parecidos a nosotros, los más próximos. Ellos también se mueven por este mundo, solo que ayudados por el viento.

Energéticamente somos como árboles. También sembrados desde las estrellas, y animados por el espíritu del viento, la energía discurre por nosotros siguiendo caminos que conectan el cielo con la tierra, dejándonos en medio un espacio energético en el que nos convertimos en lo que somos. Nuestros brazos, las ramas, no son más que raíces que se hunden en el cielo y desde el cielo se alimentan, y nutren a lo que somos, a lo que el árbol es.

Espíritus antiguos habitan en muchos de nuestros amigos de madera. Guardan grandes secretos, secretos vinculados a nuestro origen, y al secreto de la vida, a cómo se gesta la conciencia en un ser que vive imbricado en un ser planetario y completo. Muchos de esos viejos árboles son grandes y antiguos espíritus de la naturaleza que en un tiempo fueron venerados por pueblos antiguos y sabios. A su alrededor se contaron historias, mujeres dieron a luz, y se hicieron importantes ritos de sanación. El espíritu del árbol era el Espíritu, y todo cuanto acontecía en el mundo acontecía entorno a él. Si un círculo de piedra lo rodeaba, además era un modelo del propio universo de los hombres, y todo estaba incluido ahí. Y aunque el viento sea un fiel aliado que le trae historias de tierras lejanas, por debajo del suelo en el que hunde sus raíces tiende hilos de luz, raíces de luz, que se abrazan con otros árboles también de tierras lejanas. Y en el cielo encuentran un alimento esencial. Porque es en el cielo donde tienen realmente sus raíces, y de donde obtienen el alimento que los convierte en poderosos espíritus de la naturaleza.

Un viejo espíritu de este tipo no se gesta en el árbol. El árbol lo cobija, le presta su cuerpo para que se manifieste y tenga un lugar desde el que contemplar el mundo.

Pueden ser espíritus ancianos, muy antiguos, que se gestaron en los primeros instantes de vida de este mundo. Muchos de ellos pertenecen a las estrellas, llegaron con la creación del mundo, cuando el planeta fue sembrado de vida. Tienen su origen en una estrella que conocemos bajo el nombre de Sirio, y su misión no fue otra que permitir el asentamiento de esporas de vida, de masa forestal, de creación de una trama energética a un cierto nivel y sostenible, y de conciencia planetaria. Ahora estamos en débito con ellos, pues llegaron antes que nosotros y nos prepararon el camino.

Si afinas un poco tu visión, y miras con el corazón, no te resultará difícil distinguir a uno de estos antiguos y sabios amigos en mitad de la espesura del bosque.


Miguel Ángel del Puerto


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