Introducción a la Supraconciencia del Dr. Manuel Sans Segarra

 




Una mente humana es una parte del todo, llamado por nosotros «universo», una parte limitada en el tiempo y en el espacio.

Se experimenta a sí misma, a sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, pero es una 
especie de ilusión óptica de la conciencia.

ALBERT EINSTEIN




La Supraconciencia, conciencia no local o espíritu es un tema fascinante que ha capturado la atención de muchos investigadores y curiosos. En este libro exploramos la idea de que la conciencia no es simplemente el resultado de la actividad neuronal en el cerebro, sino que reside en un nivel más profundo y fundamental de la realidad.

Lo más importante, vamos a buscar fundamentos científicos que apoyen la certeza de que la Supraconciencia existe, y aquí las referencias a la mecánica cuántica son fundamentales.

Si algo queremos conseguir con este libro es despertar conciencias y hacer más feliz la vida de cada una de las personas que lo lean. Tenemos claro que, en la mayoría de las ocasiones, nuestros lectores no serán científicos expertos en la teoría cuántica, que se ocupa de fenómenos relacionados con las partículas más pequeñas conocidas, las partículas subatómicas. Por tanto, recurrimos a un lenguaje lo más cercano posible y, en general, tras cada explicación técnica añadimos una metáfora que ayuda a comprenderla.

La idea de que la conciencia es algo más que la actividad neuronal en el cerebro no es nueva. Desde la Antigüedad, filósofos y pensadores han debatido sobre la naturaleza de la conciencia y su relación con el mundo que nos rodea. Sin embargo, en las últimas décadas, la investigación científica ha comenzado a arrojar luz sobre este tema y ha surgido una nueva comprensión de la conciencia que va más allá de la interpretación convencional.

La relación entre la conciencia y la física cuántica es un tema de investigación en curso que genera intensos debates. Algunos científicos, como el físico matemático Roger Penrose y el anestesiólogo y psicólogo Stuart Hameroff, por ejemplo, han propuesto que la conciencia se genera por procesos cuánticos. Según ellos, el sistema neuronal del cerebro forma una intrincada red y la conciencia que produce debería obedecer a las reglas de la mecánica cuántica, la rama de la física que determina cómo se mueven partículas diminutas como los electrones. Esta teoría sugiere, en definitiva, que la conciencia podría ser el resultado de procesos cuánticos que ocurren dentro de las células cerebrales.

Además, proponen que los microtúbulos —el microesqueleto de las neuronas, las células eucariotas (es decir, las que tienen una membrana que separa el núcleo, con su carga genética en el ADN del citoplasma) que forman el sistema nervioso— están estructurados en un patrón fractal que permitiría que se produjeran procesos cuánticos. Los fractales son estructuras que no son ni bidimensionales ni tridimensionales, sino que tienen algún valor fraccionario intermedio.

Sin embargo, esta conjetura ha sido muy controvertida. A pesar de esto, diversos investigadores están realizando experimentos para poner a prueba algunos de los principios que sustentan la teoría cuántica de la conciencia. Si bien aún no hay una respuesta definitiva, estos estudios podrían acercarnos un paso más a comprender la compleja relación entre la conciencia y la mecánica cuántica.


Como un gran océano

Imagina que la conciencia es como un gran océano. Las olas en su superficie representan la actividad neuronal en nuestro cerebro. Cada ola es única y efímera, al igual que cada pensamiento o sensación que experimentamos. Sin embargo, aunque las olas son lo que vemos y experimentamos, no son todo lo que hay en ese inmenso mar.

En las profundidades de ese océano existen corrientes y movimientos que no podemos ver, pero que son fundamentales para la formación de las olas en la superficie. Estas corrientes representan los procesos cuánticos, como los propuestos por Penrose y Hameroff, que podrían estar sucediendo dentro de nuestras células cerebrales.

Además, al igual que los patrones fractales encontrados en los microtúbulos dentro de nuestras neuronas, el océano también exhibe patrones fractales. Por ejemplo, las corrientes marinas pueden fluir en patrones que no son completamente bidimensionales ni tridimensionales, sino algo intermedio.

Sin embargo, al igual que el misterioso mundo bajo la superficie del océano nos sigue deparando nuevos descubrimientos, todavía no tenemos todas las respuestas sobre la relación entre la conciencia y la mecánica cuántica. Si bien cada nueva ola de investigación nos lleva un paso más cerca de comprender el infinito océano de la conciencia.

Conocemos casos de pacientes que tienen conciencia a pesar de que su actividad neuronal es mínima o nula. Este hecho desafía la comprensión convencional de la relación entre la actividad neuronal y la conciencia, y sugiere que hay algo más en juego.

Existe una conciencia local originada por la actividad bioquímica de las neuronas. Una prueba de ello es que, al inhibir la actividad de estas células, se suspende la llamada «conciencia neuronal». Es lo que ocurre durante el sueño, por ejemplo, o al administrar un anestésico general por vía endovenosa o inhalatoria, cuando la sustancia detiene de manera reversible la actividad neuronal y produce la pérdida de conciencia, para permitir así una actuación diagnóstica o terapéutica agresiva.

La conciencia nos proporciona conocimiento de nuestra existencia, de nuestras reflexiones y de nuestros actos. En cada momento permite saber quién soy, qué pienso, qué hago y en qué entorno me muevo. Como consecuencia, se acompaña de autoconciencia o reflexión sobre uno mismo, que puede compararse con ver en un espejo si nuestras decisiones y actos son o no éticos. La conciencia se origina en el cerebro, pero también en el entorno social, como conciencia colectiva.


Una propiedad fundamental


La conciencia es un estado cuántico coherente donde todas las partes actúan al unísono. En los estados elevados de conciencia se establece un puente trascendente entre lo material y lo espiritual, un puente que genera una gran sensación de expansión, de liberación, que conduce a la paz, la armonía y una profunda unión con la naturaleza y con la energía cuántica universal, la energía primera. En estos estados, se controla el ego y desaparece el egoísmo.

La Supraconciencia es la idea de que la conciencia no es simplemente el resultado de la actividad neuronal en el cerebro, sino que existe en un nivel más profundo y fundamental de la realidad. Según esta idea, la conciencia es una propiedad fundamental del universo, presente en todas las cosas vivas y no vivas.

Como fuente de la conciencia individual, la Supraconciencia nos conecta con el mundo que nos rodea. Aunque pueda parecer un concepto difícil de definir, ya que va más allá de nuestra comprensión convencional de la realidad, pensemos en la Supraconciencia como una especie de campo de energía que permea todo el universo. Esta energía es la fuente de la conciencia individual y es lo que nos permite experimentar todo lo que hay en nosotros y, sobre todo, a nuestro alrededor.

A lo largo de este libro, exploramos la idea de que la Supraconciencia existe no solo en la vida, sino también después de la muerte y antes del nacimiento. Esta concepción sugiere que la conciencia es eterna, algo que trasciende la vida individual y está presente en todo el universo. El mensaje es muy claro y, sin duda, no puede ser más alentador: la muerte no es el final de la conciencia, sino simplemente un cambio en su forma de manifestarse.


Más allá de la conciencia y de la muerte


La intuición de que la conciencia sobrevive a la muerte ha sido explorada por muchas culturas y religiones a lo largo de la historia. En algunas de ellas se cree que esta se reencarna en una nueva forma de vida después de la muerte, mientras que en otras se considera que la conciencia individual se une a una conciencia universal o divina.

La Supraconciencia también nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad. Según esta concepción, lo real y efectivo no es simplemente lo que percibimos a través de nuestros sentidos, sino que hay mucho más. Existe una realidad más profunda y fundamental que subyace a todo lo que percibimos, y esta realidad es la fuente real de la conciencia. Así, la Supraconciencia también nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra mente y de nuestro propio cuerpo.

La mente y el cuerpo no son entidades separadas, sino que están interconectadas y forman parte de un todo mucho más grande. La Supraconciencia sugiere que la mente y el cuerpo son parte de un sistema más amplio que incluye todo el universo y que la conciencia es la fuerza que los une. En definitiva, todos y cada uno de nosotros somos naturaleza, somos polvo de estrellas, somos energía cuántica universal.













EL AIRE Y LA ARMONÍA Las Leyes del orden y de la armonía de OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV

 








Las cuatro reglas de las que habla el Maestro Deunov, están relacionadas con los cuatro elementos. Muy a menudo hemos hablado, del modo de comer, de beber, de respirar y de absorber la luz que Uds. se preguntan por qué volvemos sobre al tema. Sí, sabemos cómo, pero lo olvidamos. Entonces, cuando se ingiere el alimento, cuando se bebe agua, cuando se respira y cuando se asiste a la salida del sol sin poner en ello toda su conciencia, se reciben sólo algunas partículas; las más sutiles se les escapan. Tengo la convicción de que estas reglas son verdaderas.


Uno cree saberlo todo, pero después de un tiempo, siempre descubriremos un grado superior de comprensión. Antes algo nos impedía profundizar el tema.


Me parece a menudo que descubro el amor por primera vez, porque el amor tiene treinta y cinco millones de grados, y el hombre generalmente se fija en el amor que le hace envejecer, que hace blanquear sus cabellos y caer sus dientes. Demasiado tarde descubre lo que no había comprendido. Hay reglas a las cuales es bueno que volvamos. Tratan de las riquezas que Dios depositó en los frutos, en el agua, en el aire y en la luz, para que nuestra conciencia las encuentre allí.


¡Por ejemplo, el Agua creen Uds. que solamente es buena para darla a las plantas o echarla en la cabeza de su mujer! Muy pocos saben servirse del agua como un elemento portador de virtudes benéficas. ¿Y la respiración? En la respiración hay grandes secretos. Es saludable para la gente enferma del corazón, pero primero deben vencer su pereza. ¿Cómo respira? Ud. siempre tiene prisa, Ud. hace los ejercicios pensando en otra cosa, para someterse a una regla de la Enseñanza; esto no puede dar los resultados. Todo está en la conciencia, en la concentración. El poder de las cosas depende del valor que usted les atribuye.


He aquí una fórmula que usted pronunciará interiormente al respirar: "querido Ángel del aire, tú que eres una criatura de Dios y Su Servidor, eres bello, poderoso. Me dijeron que tenías grandes poderes. 
Introduce en mis pulmones, en mi corazón y mi cerebro, en todo mí ser, la paz y la armonía con el fin de que yo también me haga un siervo de Dios. ¡Ángel del aire, servidor y criatura de Dios, entra en mí hoy!”. Este Ángel está por todas partes, es él quien dirige todos los movimientos del aire, la brisa, los vientos, los tornados y los ciclones. Así como es muy sensible, el oye y anota: "¡he aquí un hermano, un futuro servidor del Creador, entonces ayudémosle!", "Da órdenes: ¡denle a este hermano algunas bocanadas de éter!"


El éter se encuentra en cantidad más grande en las capas por encima de la atmósfera. Entonces, como el pensamiento que fue unido a la respiración, al aire, la inteligencia se mejora (por efectos del éter). Los padres deben enseñar a los niños a respirar bien.


Cantemos a Vdahnovenie, Inspiración. (los hermanos cantan)


H e aquí, el Ángel del aire estaba allí. Nos dio algo. El aire, es el dominio de la palabra. Cada palabra se propaga en el aire. Antaño los Sabios no pronunciaban cualquier cosa, porque sabían que el aire 
registrara todo y lo lleva a las orejas del Ángel del aire, que podría desencadenar tornados en la vida, exterior o interior. La primera ciencia que hay que estudiar es la armonía. En la música, todo es número, todo es armonía. Ruido y cacofonía no pueden ser llamados música. La voz está basada en leyes que pertenecen a la armonía. El canto es una palabra, que va hasta el Ángel del aire. La armonía, es el ritmo, el equilibrio, el orden. La ley de la vida ordinaria es el ruido, la desarmonía, que sólo destruyen a los seres. Primero los electrones se entrechocan y se topan, este desorden se refleja en todo el cuerpo y pronto se manifiesta bajo formas diversas a las cuales los doctores dan todo tipo de nombres. La desarmonía engendra numerosos hijos, pero de hecho sólo hay una enfermedad: la desarmonía, el desorden, instalados a causa de la ignorancia, de los sentimientos y de la actividad desordenada. Uno no sabe dominarse, es todo. Para sanarse la primera cosa que hay que hacer, es restablecer la armonía en todos los dominios de su vida. Deberíamos comenzar con su habitación, porque el orden, la estética, la limpieza, exteriores se reflejarán en el lado interior e influirán en él.


Si los padres realmente quieren a sus hijos y quieren su bien, deben enseñarles comportamientos, gestos, miradas, expresiones armoniosas. Un gesto tosco o brusco ya es desarmonía y actúa sobre la persona a quien está destinado. Sea consciente, obsérvese Ud. sentirá que algo se mueve en usted. Hay que analizarse. Gestos desordenados, movimientos bruscos y destructivos abren una brecha por donde las fuerzas caóticas se precipitan. Las fuerzas negativas y los seres caóticos no son admitidos en la región luminosa donde viven los servidores del amor, de la luz y de la santidad. No sostenemos allí a los seres que se comportan mal. Echamos a todos los seres desordenados deseosos de apropiarse de las riquezas que se encuentran allí. Un Ángel con una espada resplandeciente guarda el acceso de este lugar donde reinan la armonía, la pureza, la inteligencia, el orden y la belleza. Todas las criaturas incapaces de vibrar en armonía con estos seres de luz y de amor son alejadas; ¡Para ellas ha sido creado el infierno, el mundo subterráneo donde pueden comer, masacrarse, es su asunto, y esto bulle allá! Entre ambas regiones, están los humanos, si la inteligencia les falta, mediante sus gestos, sus palabras, sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos, se arriesgan a atraer el infierno en ellos. Mirando los gestos, el paso, las reacciones de alguien, se puede saber con cual mundo se relaciona, empatiza. Un gesto desarmonioso ya abre una puerta a las fuerzas de desarmonía y de desintegración. Es por esto que los Iniciados nos proponen su ciencia: ¿Quieren ser protegidos de fuerzas negativas y destructoras? Pónganse de acuerdo con nosotros (eleven su vibración). “Y esto no es difícil.” Algunos dicen: “no le comprendo. ¿Cómo seguirle?” Hay que adoptar las instrucciones y los consejos dados por los que nos sobrepasan, hay que adoptarlas con la fe. La fe, aún no es el saber. Más allá del saber nos une con lo infinito, lo desconocido, con ese mundo que no conocemos conscientemente, que es vasto, inmenso. Nos permite entrar en él, y poco a poco, comiendo allí, bebiendo por allí, respirando allí, aprenderemos a dominar ciertas cosas. De ser desconocidas, estas cosas se volverán conocidas, sabidas, y tendremos entonces las dos: la fe y el saber. No tenemos el derecho a suprimir la fe en nombre de la ciencia. ¿Cómo estudiar y comprender lo desconocido, la inmensidad, lo sutil, sin la fe? En realidad, la fe tiene más importancia que el conocimiento, engloba todo lo infinito, mientras que el saber explora sólo un pequeño territorio, muy limitado. Es la fe la que sondea lo infinito, la que lo explora, la que les une a él, la que siempre les hace avanzar. Su ciencia crece en este dominio gracias a su fe. ¡Todo esto, es muy simple!.


Vean a un niño, debe creer lo que le dicen los padres porque no puede comprenderlo todo, su cerebro no está completamente desarrollado. ¡Entonces, que ejecute, que obedezca, aún sin explicaciones, y nada más! Si el niño no cuestiona las órdenes de su madre, aprende y se desarrolla. La madre no quiere la desgracia de su hijo, tampoco un padre, ni un Maestro. Los discípulos deben confiar en su Maestro, son como hijos. Si para ponerse a trabajar, esperan antes haber comprendido, esperarán toda su vida, y esta vida estará perdida. La primera condición, es la confianza. Mi Maestro no me agarró del pescuezo para obligarme a creerle, a obedecerle. No podemos forzar la confianza, pero lo que les decimos es la verdad, aunque no podamos explicarlo todo. Uds. adquirirán las cosas (conocimiento) si Uds. tienen confianza, si tienen fe.


Los Iniciados dicen que el mundo divino está hecho de armonía. Todo lo que es bello y luminoso está basado en la armonía. Todo lo que es feo y malo está fundado sobre el desorden y la desarmonía. 
Reflexionen sobre eso, estarán obligados a reconocerlo y a tenerlo en cuenta. Algunas veces un gesto, una palabra o una mirada, introducen en usted, o en otros, ¡el sufrimiento y el disturbio! ¿Qué hacer para taponar la brecha por la cual las fuerzas negativas se precipitan? Detenerse (aquietarse), es la primera cosa que hay que hacer. La irritación, gestos agitados o malas palabras, rompen la armonía, destruyen la música y pronto suscitan la desgracia o la enfermedad. La palabra, una vez dicha, produce sus efectos destructores. ¡Demasiado tarde! Cuando estás irritado, aprende a detenerte, a aquietarte, si no las cosas se empeorarán y, Uds. harán daño a pesar de lo que los otros hagan para ayudarle. Hay que pararse, cesar toda ocupación, y dar otra dirección a este coche bajo presión que corre peligro de romper todo a su paso. La gente enfurecida se agita, gesticula, grita. La cólera es una fuerza, pero para dirigirla bien, primero hay que dejar sus armas o sus herramientas, callarse y razonar. Uno está dentro de una corriente; si uno no encuentra un punto de apoyo para poder pararse, uno se ahogará. ¿Qué hacer si Ud. está arrastrado y revolcado por las de un torrente? Hay que agarrarse de algo sólido en la orilla, para poder detenerse. Cuando uno se para, eso prueba que uno sabe a que agarrarse. La corriente no se lo llevó, lo que pudo terminar muy mal.


¿Pero una vez parado, cómo reparar el desorden que uno ha creado? Haga algunos movimientos armoniosos y rítmicos con las piernas, los brazos, y, si sus miembros están amarrados, con la cabeza. Un solo dedo libre le permite a un hombre restablecer la armonía, gracias a movimientos rítmicos; puede también escribir en el espacio palabras armoniosas. Es posible remediar el mal por estos medios, muy simples, pero con su santa ignorancia, la gente se deja llevar a los extremos. Uno debe hacer los ejercicios poniendo toda su conciencia para restablecer el orden, eso actúa sobre los electrones que retoman su movimiento normal. Una vez calmado, Ud. irá cerca de la persona a la que tuvo problemas, con el fin de reparar también este desorden. La gente está muy poco consciente. Yo lo he constatado hasta dentro de la fraternidad. Un día estábamos comiendo en silencio y armonía y casi nos desdoblamos, el cuerpo etérico casi había salido de nosotros, y por eso estábamos muy sensibles y ese fue un momento maravilloso. Había allí un hermano muy inteligente y lleno de cualidades y yo le hice una pregunta. Me respondió de modo tan explosivo que, sin que fuera consciente de eso, debí trabajar mucho tiempo para eliminar la desarmonía que él había introducido en mí. No tenía ninguna mala intención, lo hizo inconscientemente, pero esto puede causar un gran choque en una naturaleza sensible. Así pasa en la Fraternidad suceden cosas bruscas sin que uno se dé cuenta de eso. Hay que volverse consciente con la manera con la cual uno actúa y de los efectos que esto puede producir. Por mi parte, investigo para saber qué efectos mis palabras o mis comportamientos tienen sobre usted. Algunas veces estoy preocupado toda la noche. Analícese, usted encontrará cosas que hay que poner a punto y usted avanzará mejor. ¡Estamos en una Enseñanza, es para que nos haga bien! El hombre se vuelve muy poderoso desde que es consciente, porque sabe detenerse y dominarse tan pronto como es llevado por una corriente.


Nosotros los empujamos hace años a poner en práctica las cuatro reglas de las que nos habla el Maestro. Procuramos enseñarles la nutrición, la respiración, la captación de la luz desde el alba, ya que en aquel momento es sutil, espiritual, benéfica, más dulce que a diferente hora. Y bebamos, el agua también conscientemente.


Cuando conocí a mi Maestro, estaba enfermo. Mi hígado no funcionaba bien. Me alimentaba mal y leía todo el tiempo, incluso cuando comía. ¡Creo bien que la bilis no encontraba más su camino y que subía a mi cerebro! Estaba muy amarillo, y no me daba cuenta. Tontamente, no comprendía de donde venían mi cansancio, mi somnolencia, mi debilidad. El Maestro me dijo: "hay que cuidar su hígado. Cada mañana usted beberá una taza de agua hablándole: querida agua, vamos juntos a arreglar las cosas en mi cuerpo." No me dijo nada más, porque no explicaba las cosas detalladamente como lo hago con Uds. Nos dejaba desarrollarnos por nosotros mismos. Puede ser que el Mundo Invisible me reproche por ayudarles demasiado, por masticar por Uds... El Maestro era más sabio que yo. Debía beber agua, pasarla (como si se masticara) de trago en trago concentrando todo mi pensamiento en este trabajo. Yo no creía demasiado en eso, en este medio tan simple. Uds. saben bien que los enfermos se dejan impresionar con los cuidados costosos, los aparatos y los remedios extraordinarios. Pero hice lo que el Maestro preconizaba. Mi obediencia, más que mi fe, permitió que me curara. Noté que algo pasaba en mi conciencia. Experimentaba un tipo de vértigo agradable, como cuando uno se inclina a un manantial para aplacar la sed. Creo que es esto lo que se reflejó en mi hígado para restablecerlo. Es un medio muy poderoso.


En cuanto a nuestro modo de considerar la nutrición, usted lo conoce. ¿Pero lograron respetar estos momentos sagrados que son las comidas, a evitar toda discusión mientras que ustedes comen? Habría que verificar en las familias. Temo que nuestros consejos se hayan quedado en teoría. Anoten que esto no es para mí bien, no es por eso que les propongo guardar la calma, para meditar durante las comidas, porque ustedes serán los primeros en aprovecharlo. Pero que al menos haya aquí en París una Fraternidad donde esto se haga, aunque esto no exista en ninguna otra parte. Hay que masticar largamente, en silencio, con amor al alimento con el fin de retirar de éste la parte etérica. En cuanto a la salida del sol, debemos esperar la primavera. Prepárese pero hagan los ejercicios cada día. Y utilicen el agua en lugar de dejarla a las ranas. Es verdad que en París el agua tiene mucho cloro, pero el vino no la reemplaza.


Uds. dicen: "en Bonfin, todo es más fácil. Allá hay un buen aire. Aquí tenemos a los niños, el trabajo. "¿Entonces, ustedes no son los Maestros? ¿Son los niños quiénes imponen su ley? Padres que carecen de autoridad se cargan de una responsabilidad grave para el futuro, porque estos niños corren mucho peligro de terminar mal. ¡Que raro es el amor que no sabe dirigir! Los niños deben aprender las reglas del orden, de la limpieza, de la armonía, de la estética. Si están y son entrenados para hacer todo, se volverán poderosos, capaces, invulnerables, y los padres recibirán de ellos bendiciones por toda la eternidad. Qué un niño llore, esto no debe asustarle; se ejercita en cantar. El niño, cuando sabe que una cosa debe ser hecha, aprende que hay leyes y sabrá luego inclinarse delante de las leyes de la naturaleza, que son implacables. Los padres deben tener aquella fuerza. Si ceden una vez, dos veces, se acabó, deberán siempre ceder. Es en el primer intento del niño que los padres deben ser firmes. Si no capitulan, el niño comprenderá que hay una ley, una justicia. ¿Los psicólogos declaran que se veja su voluntad y que tuerce su carácter? Se equivocan. Es en la obediencia a la orden que se forman los genios y las divinidades. La satisfacción de los caprichos crea a los anarquistas. Es lo que se ve actualmente a todos los niveles. La filosofía de los Iniciados vino de lo alto, instruidos por los ángeles, ellos aprendieron el orden, la armonía, y quieren inculcárselo a sus discípulos con el fin de que impere desde lo alto hasta lo más bajo, una armonía un orden aceptado por todos. Este orden y esta armonía que deberían ganar la vida familiar y social, y la vida interior de cada uno, es muy difícil de establecer en la actualidad, porque no hay, en el mundo, una autoridad capaz de hacerlo. Hay que comenzar pues, con el individuo. Qué cada uno adopte en su cabeza la razón divina, y esto llegará a todas sus células, hasta la más pequeña.


Actualmente, ningún país conoce más el orden y la armonía que reinaron en otro tiempo. Todavía hablamos de la China y de Japón, pero hasta allá, hay ahora grandes perturbaciones. Las costumbres que venían de la Edad de Oro tienden a desaparecer, aunque parecen resurgir por un día o dos. Constantemente debemos hacer un esfuerzo en el sentido del orden y de la armonía, consagrándole autoridad no a los hombres, a las mujeres o a los niños, sino a la razón Divina, a Dios. Debemos dar la prioridad en nosotros a la Inteligencia, escuchémosla como la autoridad que hay que seguir con el fin de que ella pueda abrirse un camino y manifestarse. Obedeciéndole, damos un ejemplo de respeto y de amor a nuestras células y a nuestros órganos, y este ejemplo se propagará más tarde al nivel de los países. Por el momento, ninguna autoridad interior les guía. ¿Acaso sabe Ud. Quien le dice de casarse y luego divorciarse? ¿Sabe de dónde viene esta voz que le habla? No la escuchen. Procuren oír sólo a la autoridad válida. Uds. declaran querer seguirme, pero es a Dios a quien deben escuchar; mi papel es iluminarlos, hacerles saber quién hay detrás de quién Uds. siguen. No ganaría nada con que Uds. me siguieran. Uds. ganarán todo siguiendo a Dios. Yo les soy útil en la medida en que yo les conduzca a Dios. Si les llevara hacia cosas peligrosas, más valdría no seguirme. Es necesario que esto esté muy claro para Uds. Si Uds. se quedan inconscientes, otro vendrá y Uds. lo escucharán. Reflexionen el hecho de llamar a su discernimiento les prueba que yo no tengo interés. El hombre interesado no abre los ojos de los que lo siguen, pues estos últimos lo dejarían. Tengo conciencia que yo les hago un bien aclarando este tema. No me interesa hablar a ciegos. Uds. deben seguirme con conocimiento de causa y con los ojos abiertos. Es con esta condición que Uds. avanzarán y que tendrán ayuda. ¡No me sigan inconscientemente!


Traten de comprender la grandeza de la Enseñanza y las ventajas que Uds. obtendrán para la eternidad. Usted se pondrá entonces a trabajar conmigo. ¿Qué hace con todo lo que se le dio? Usted lo muestra a otros como hacemos con una piedra, una joya. Esta piedra, es posiblemente un talismán cargado de poderes que le permitirían recibir todo lo que usted aspira. ¡Y usted no hace nada! Insisto pues, y tengo allí un interés, tomen en serio nuestros consejos y la sabiduría de la Enseñanza, apóyese en ellos para arreglar, mejorar y transformar muchas cosas en Uds. y en su vida. ¿La salida de sol, las respiraciones, el agua, la nutrición, que hacen Uds. con eso? Uno respira, sí, pero sin pensar, con rapidez, porque el trabajo espera, y sobre todo porque todavía uno no atribuye todas estas cosas tan simples todo su valor. No se rebele por mi insistencia. ¿Si no asimiló estas verdades elementales, cómo puedo dirigirlos hacia otras que les esperan? Podría hacerles hoy revelaciones tales que sus cabellos se levantarían en sus cabezas, y mañana Uds. no sabrían nada más sobre eso, porque no habrían tenido ningún efecto  profundo. Agárrese a tres o cuatro cosas en profundidad. Luego, añadan nuevas riquezas a estas primeras verdades fundamentales hechas suyas. Sé, de alguien que es muy desdichado porque, solamente queriendo aplicar todo lo que leía en las conferencias, tuvo una indigestión mental. ¡Desdichado! No hay que comer todo de un solo golpe. Pongo delante de Uds. numerosos platos para que cada uno escoja los que necesita, según su temperamento. Una vida entera no bastaría para absorber todo lo que les propongo. Nos atiborramos, porque queremos ser perfectos. ¡Pero no! ¡Hoy zanahorias, mañana piña, y la vida será bella! En la Enseñanza, hay para todos los estómagos. Hay que escoger. Cuando usted haya digerido esta comida, posiblemente le daré otros ejercicios. Hace falta que ustedes sean más fuertes. El que jamás levantó una piedra no podrá desplazar una montaña. Se les pedirán cosas mucho más difíciles que los ejercicios o las respiraciones. Graben esto: todo lo que es maravilloso y perfecto obedece a las leyes del orden y de la armonía. Toda la ciencia oculta, todos los poderes de los Iniciados están basados en estas dos cosas: el orden y la armonía. Los Iniciados expresaron estas verdades en dos símbolos geométricos, que Uds. conocen sin haberles prestado bastante atención. Estos dos pentáculos son: 

El pentagrama, que representa al hombre, pentagrama viviente, y simboliza la armonía, la simetría, el orden, con las cinco virtudes y la perfección. El hexágono, el pentáculo de Salomón, es decir los dos triángulos que se interpenetran. En estos dos símbolos, los Iniciados escondieron toda la ciencia esotérica; descífrelos. Usted encontrará allí el orden, la armonía, la perfección, en particular en el sello de Salomón, el tres las que se reflejan en otro tres. Y el pentagrama, es el microcosmos, es el hombre, es decir la llave que puede y que debe abrir y descubrir el Universo, el Macrocosmos, el sello de Salomón. Apóyese en estas pocas indicaciones para su meditación.


Si uno no trabaja para restablecer el orden, la armonía en sí comenzando con sus gestos, su paso, sus palabras, sus miradas, es porque no entendió nada. Entonces, hay resultados. La armonía les permitiría vencer todo, porque la armonía es el Cielo, y la desarmonía es el infierno. Para salir del infierno, hay que sujetarse a las leyes de la armonía. Esta es la primera ciencia a los ojos de los Iniciados, la armonía, pues, la bondad, la dulzura, la generosidad, la nobleza. Sin la armonía, todo lo que uno hace se pulverizará; la armonía, al contrario aportará todo lo demás. Esta filosofía, también será demostrada un día por la ciencia oficial. Las jóvenes generaciones sabrán, y verán, lo que pasa en las células cuando  uno introduce en sí o el orden o el desorden. Se observarlo en la naturaleza que nos rodea. Un escopetazo, trastorna, enloquece y ahuyenta a las aves que estaban apacibles, y a la gente también. Jamás se piensa que sucede del mismo modo en nuestro organismo; las células se alocan, todo se desarregla.


Hay que despertar las conciencias. Los Iniciados dicen: "ustedes viven con los ojos cerrados, en el sueño, porque ustedes están obnubilados por las preocupaciones, costumbres, por todo lo establecido  "El Iniciado quiere arrancar la venda que les ciega. ¡En el camino dónde ustedes van, ustedes no vieron nada, ni a los hombres! Los humanos no quieren despertar, y más aún hacen todo para dormir embriagándose con el vino, el petróleo, el dinero y otras cosas más, porque la palabra "embriaguez" debe ser tomada en un sentido amplio. Uds. saben lo que es la embriaguez en el plano físico, pero ella puede existir en alguien que jamás bebe alcohol. Uno puede ser un borracho con algo diferente del vino. Dinero, un puro, un espectáculo, una mano, una mirada, y el hombre puede estar ebrio. El hombre ordinario solo ve en la embriaguez los efectos que sobre el cerebro tiene una cantidad demasiado grande de alcohol introducida en el estómago. Se ríe, luego se llora, uno está contento, luego furioso; uno se duerme bajo la mesa o uno rompe todo; uno da todo lo que tiene, el otro abraza a todos los transeúntes. ¿La misma embriaguez produce entonces tantos efectos diferentes? ¿Cómo es posible esto? Esto no depende del líquido ingerido, sino del hombre que bebe. Es en él que algo transforma este líquido. La embriaguez es un estado. Una embriaguez puede manifestarse sin que se hubiera bebido vino. Entonces que hay que absorber para que se produzca? Otro liquido que es más bien una corriente de energía. Los ocultistas dicen: bebió la luz astral y la condensó y acumuló en él de tal modo que le impide ver claro, está ebrio. Sí, una acumulación de luz astral puede sobrecargarle tanto que usted perderá la justa noción de las cosas y que usted no sabrá más dirigirse. Pues esta embriaguez es peligrosa también.


Pero hay también una embriaguez divina, que es el éxtasis. Contrariamente a las precedentes, muestra claro, ilumina la conciencia mientras que otras embriagueces la ensombrecen. ¿Cómo el alcohol actúa? Actúa el cerebro, y por su intermedio en las orejas, unidas (relacionadas) a la sabiduría. En las orejas, pequeñas piedras aseguran el equilibrio. Cuando los nervios del aparato de Corti son tocados por los  efectos del alcohol, perdemos el equilibrio, el sentido de lo vertical, y tenemos el paso del borracho. Estos estados de embriaguez, el hombre los busca, y sería una buena cosa si supiera en cual región encontrarlos. El que se embriaga por luz debería saber dirigir esta luz hacia arriba, con el fin de que los Ángeles se sirvan de eso para el éxito del Reino de Dios. De otro modo, por ignorancia, perderá el equilibrio y la orientación, caerá como el borracho. Los Iniciados estudiaron y buscaron la embriaguez  en otras regiones. Los discípulos aún no tienen el dominio de ellos mismos. Si se entregan a este tipo de bebida en otras regiones, corren peligro de perder el equilibrio, un velo se extenderá delante de su conciencia, perderán memoria, inteligencia, elocución y posibilidad de hacer el bien. Los borrachos acaban  en el arroyo. Por el momento queremos solamente la embriaguez para olvidar todo, y cuando estamos sobrios, uno sufre, estamos enfermos, tenemos vergüenza, y los demás les evitan.


El deseo de embriagarse es natural, es Dios quien lo puso en el hombre, pero hay unos grados, regiones, y buscamos siempre demasiado abajo. Sólo la comunicación con los mundos divinos, de la música, de la belleza, de la sabiduría y de la luz pueden darle equilibrio y clarividencia, hacerles dominar la situación y a ustedes mismos, con el fin de que ustedes se conviertan en Maestros. ¿Beber el agua pura del manantial, está bien, pero sacarla siempre de un estanque o de las ciénagas, que resultados tendrá? ¿A qué resultados puede conducir el Beber sin discernimiento no importa dónde? Beba en las fuentes de la montaña, tanto como usted quiera. Usted conocerá una embriaguez maravillosa que le dará equilibrio, fuerza y claridad. En las altas regiones vemos el pasado y el futuro, el origen y el destino, vemos la estructura de la creación y todas las jerarquías. Si Ud. ha ido una sola vez a esta región, Ud. tiene el verdadero saber, verdadero por calidad, y no por su cantidad como en el mundo. Ustedes saben lo esencial. El resto no importa. Ustedes tienen la vida; el camino, la verdad y la vida. Si se les acusa de ignorancia, ustedes pueden decir: "tengo lo esencial, sé lo que son el camino, la verdad y la vida".


Quiero volver ahora sobre la importancia de su participación en una Fraternidad oculta. No se trata solamente de su presencia o del hecho que Ud. sea miembro; es mucho más profundo. Oculto, esta palabra ha sido lanzada por los Iniciados. Entrar en una Fraternidad es entrar en un círculo oculto, y habría que darse cuenta de eso. En el pasado, seres audaces quisieron hablar a los Ángeles, a los Arcángeles y a las Divinidades. Conozco algunos de estos seres que se atrevieron. Tenían una ciencia y, sobre todo, cualidades y virtudes. Pues preparaban un círculo, inscribían en el, nombres cabalísticos de Dios, pronunciaban oraciones, fórmulas de conjuros, y conseguían entrar en contacto con espíritus que aparecían delante de ellos. Pero sabían que era peligroso y que un hombre mal preparado puede ser fulminado y pulverizado por las fuerzas ocultas, es por eso que se protegían dentro de un círculo. Sin el círculo, no eran nadie.



He aquí, que una Fraternidad oculta es un círculo protector. Los que la dejan se vuelven vulnerables y serán presa de los enemigos del hombre que vagabundean por todas partes. Ustedes son libres de hacer lo que ustedes quieran, pero ustedes deben estar advertidos. No hay que dejar el círculo divino. ¡Qué cada uno pueda estar en este círculo de Dios, la luz! De otro modo será comido por los tiburones, los cocodrilos, los lobos y los jabalíes. En la historia, ninguno de los que dejaron el círculo del Cristo, la Fraternidad Blanca de arriba subsistió.


Nosotros representamos esta Fraternidad Blanca y trabajamos para prepararle el camino. No tengan ilusiones, fuera de este círculo, Ud. será engullido por terribles remolinos. Una Fraternidad es una protección. Las tentaciones, las ilusiones, las seducciones, las pasiones pueden acercarse al círculo, uno no se inmuta, uno es sólido, uno está apoyado. Además, somos enriquecidos, alimentados, iluminados, rodeados y cobijados.


Renunciamos a una cosa, pero en seguida es reemplazada por otra más preciosa. Usted no va a bailar, pronto está inundado de una alegría indescriptible. Usted no va a hacer una fiesta, es invadido por un sentimiento de paz nueva. Sí, es importante estar en una Fraternidad para que otros, arriba, se ocupen de usted. En la Fraternidad, usted se refuerza, usted se conforta, su ideal se afirma, usted gana salud, fuerza y energía. Usted está haciéndose millonario; será consagrado rey. Y hay una cosa más: ¡usted aprende a cantar! Arriba, cuando usted se presente, se le pedirá cantar. El Maestro Deunov dijo que se lo expulsará si usted no sabe cantar. Usted conoce la historia de este hombre que, interrogado por San Pedro en la puerta del Paraíso, declaró: "no sé cómo esto pasó, pero mi mujer me dijo: Déjame conducir el auto, tu serás un Ángel." Y he aquí, es lo que había pasado. (risas)


Retenga bien esto: los poderes Divinos son la armonía y el orden. ¿Esto no es nuevo? Si, es nuevo, porque usted hoy lo escucha con una nueva conciencia. Repito: repare en seguida una desarmonía que usted había creado, porque sobre un plato rajado, el tiempo trabaja y acaba por romperse. Para cualquier cosa, es así. No guarde en usted nada que sea defectuoso. Párese y repare. Esto se volverá poco a poco una costumbre. Un buen día todo estará en orden. Orden y armonía, toda la Enseñanza reposa en estas dos verdades. Son los dos pentáculos, el pentagrama y el hexágono, que pueden abrir delante de usted vastos horizontes.


Hagamos una experiencia. Imagine los seis colores, del morado al rojo. ¿Por qué no comenzar con rojo, con el fin de subir hasta el morado? Comenzando con morado, usted hace bajar algo de arriba sobre usted. Imagine estos colores en las cabezas de los hermanos y hermanas, y así nosotros todos estaremos inmerso en esta luz. Sentiremos las fuerzas circular en nosotros, ellas tejerán algo en nosotros que llevaremos a nuestra familia a nuestros niños. Ustedes no vinieron aquí para ver volar a las moscas, sino para hacer un trabajo purificador de armonización, de curación, de iluminación, de resurrección, de liberación, sí, por los colores. Ustedes pueden hacer este ejercicio en cualquier momento del día o de la noche. Si ustedes lo hacen bien, ustedes obtienen siempre un resultado. Vean siempre un color violeta amatista, un azul cielo, el verde, el color amarillo, el naranja, y el rojo, tal como se los muestra el prisma. Cada uno debería tener un prisma. Este ejercicio le ata al 1, al 3, y al 7. El 1 es la luz; el 3, el prisma, el 7, los colores. Esto se encuentra en todas partes. 1, Dios; 3, el hombre; 7, lo que analiza. 1, el aire; 3, los pulmones, 7, las fuerzas que vienen por la respiración. 1, el alimento; 3, el estómago; 7, las siete fuerzas que se reparten en todo el organismo. 1, la luz; 3, los ojos; 7, lo que ven, colores e imágenes. Toda la ciencia oculta se refleja en la acción del prisma. Si Uds. trabajan, puedo darles una clave, y abrirles nuevos horizontes. Podemos hacer muchas cosas sirviéndonos de los colores, por ejemplo estudiando todas sus combinaciones.


¡Antes de encontrar al Maestro Deunov, me consideraba muy sabio, pero más tarde mi ciencia palideció! El prisma es un recordatorio. Había descubierto allí el lado cósmico del hombre, luego encontré las verdades escondidas en la acústica, en la nutrición, y por todas partes bajo formas diversas. Esto me trajo a experiencias numerosas y grandes, y estaba muy orgulloso de mí; me decía: "el Maestro seguramente admirará mi ciencia."


Y él, pensaba: "debo hacerle olvidar todo esto." Y ahora, estoy en el mismo punto que él en aquel tiempo. Cuando alguien llega aquí lleno de saber, imbuido de sus conocimientos, me digo: "viejo, va a hacer falta que abandones ese fárrago (conjunto de cosas fútiles y desordenadas)." Soy indulgente, ya que pasé por ahí en otro tiempo, pero me doy cuenta que el no me tiene gran estima porque no leí todos los libros de los que él habla. Es la razón para la cual me esfuerzo por estar al día de las obras que aparecen, si no algunos de los que vienen hasta mí, se irían en seguida, porque ellos miden según sus propios conocimientos, y es sólo más tarde que verán el valor de los conocimientos que no tienen. 
Afortunadamente,  sabía bien que no conocía todos los libros ocultos y creía que el Maestro Deunov era un gran Maestro, porque, habiendo leído ya algunas de sus conferencias, había sido impresionado por la  fuerza que se libraba de sus frases simples y directas. Hablaba con una autoridad única. No me dejé engañar por la sencillez, porque mi intuición me hacía sentir detrás del lado exterior toda la convicción, la seguridad, la autoridad, la verdad. Por eso cuando me presenté delante de él, no era orgulloso y arrogante como los jóvenes chicos que vienen verme. A pesar de todo lo que había leído, a pesar de todas mis experiencias, sentía delante de mí a un Maestro. Su cara llevaba todos los signos de una vida interior intensa. Y lo que me impresionó más que la cara del sabio, del Iniciado, fue la serenidad, la armonía, el ritmo de todo su ser. En ninguno, había visto esta sencillez, estos gestos, este paso, no había  sentido este poder sereno, ni probado esta fuerza benéfica que todavía siento en mí.


Toda la vida debemos buscar lo que es noble, armonioso, verídico. Estas cualidades no engañan. Si su ideal es encontrar la claridad, la limpidez, la pureza, la grandeza, un Ángel ya se levanta en usted y como un radar, emana vibraciones. Delante de las personas a las que usted acerca, el radar reacciona y le informa. Le dice si marchan en el camino del desinterés que lleva hacia su ideal, hacia la pureza, hacia la luz, hacia Dios. Es esto lo que significan las palabras: "Jesús camina sobre la vía y pertenece   a la Orden de Melkhitsedek.". Posiblemente era el Cristo mismo que ya venido antes a la Tierra.


Queridos hermanos y hermanas, si uno tiene un Alto Ideal, uno no puede equivocarse. Sin este ideal, es imposible no equivocarse ya que no se tiene ninguna muestra, ningún criterio. Sin modelo, podemos tomar un ocultista por lo que queremos, o para lo que quiere, mientras que un ideal habla en usted y le hace sentir si hay o no afinidad de las vibraciones. Algunos, que se equivocaron por ausencia de ideal, se rebelaron contra Dios, pero no es culpa de Dios. En el error, hay que preguntarse: " ¿Por qué Dios te dejo equivocarte tanto tiempo? "La respuesta es que no buscaste lo que es verdad, perfecto, puro, divino. Si hubieras tenido este ideal, te habría informado y te habrías parado a tiempo. Dios nos deja equivocarnos, con el fin de que descubramos que carecemos de un ideal superior. La mujer que tiene un mal marido no debe acusar al Cielo. ¿Por qué tuvo tan poco olfato? Cada uno tiene en sí un tipo de imán que fabricó según su propio código, según su elección. Al teléfono, uno logra comunicarse con el número que ha marcado. Reemplacen todos los imanes, los electrodos en ustedes; cambien sus instalaciones internas, y ellas les llevarán hacia otras regiones.


Esta verdad actúa en numerosos dominios. Los doctores ignoran por qué ciertos niños están enfermos. ¿Son los padres quienes desarmonizaron a los niños?, sí, ¿pero por qué fueron a encarnarse en estos padres? Había en ellos una brújula que los condujo allí, y no hacia seres Iniciados. ¡Hay que decir que los Iniciados son solteros en general! Luego, después de la conferencia, en lugar de parlotear y de impedir a otros meditar, que cada uno reflexione y trate de sacar de ahí lo esencial. Concéntrese en esta frase: "El Cielo está basado en la orden, la armonía, la perfección", y déjela trabajar en ustedes cada semana. Procure comer, hablar, respirar, escribir, caminar, mirar armoniosamente. Ustedes bendecirán al Cielo porque una nueva existencia comenzará para usted. Si no pasa nada, es porque usted no aplica lo que aprende. Uno sabe realmente cuando puede. Sea consciente: ¿Ud. puede o solamente sabe?


Hay personas inestables que vienen aquí, se van para distraerse, luego vuelven; así como estas mujeres que se divirtieron con otro y creen volver encontrar la misma acogida en el marido, la misma confianza que antes, Ellos creen, estos inconscientes, simplemente volver encontrar aquí su sitio. Que podemos hacer, dígame, estos ¿Hermanos que actúan así? No podemos contar con ellos. Un discípulo persiste en la buena dirección que adoptó, continúa el trabajo comenzado. Hicimos una promesa, debemos ser fieles a eso. El que puede aplicarse en su deber más que, entregarse a su placer es un ser fuerte, se vuelve capaz y poderoso. Aún desanimado, decepcionado, porque no se ve los resultados de sus esfuerzos, uno debe continuar. ¿Por qué? El hombre está construido como un cohete. El cohete es una máquina que tiene dos o tres pisos, en cada uno de los cuales hay un motor que propulsa el piso que sigue más allá en el espacio. El hombre también tiene varios pisos. Está escrito: " persevera en estas cosas, porque actuando, así, tú mismo te salvarás. " (Timoteo I Cap. IV, Vers. 16) La última llama de un piso enciende al siguiente y el hombre se va de nuevo hacia plano superior. El hombre tiene reservas de fuerzas y de vida en los planos físicos, astrales y mentales. Hace falta que el primer piso arda para encender al segundo, etcétera. El hombre, preparado por Dios, tiene riquezas extraordinarias. Porque usted las ignora, usted se deja hundir antes del fin, con sus reservas y nadie lo salva. La ciencia no inventa nada, copia. El hombre es un cohete destinado a alcanzar a Dios. Es encendido y debe llevar esta llama más alta y más lejos con el fin de encender otros pisos. Hay una tradición griega que explica esto. En las Olimpiadas, un hombre corría con una antorcha que debía pasar de corredor a corredor hasta el fin sin apagarse. El hombre debe alcanzar la Divinidad. ¡Qué jamás se detenga! Nuevas reservas esperan en él de poder encenderse. Los que vayan hasta el final serán salvados. Los que sepan esperar trabajando siempre serán salvados. Lo que les ha sido dicho es verdad. Ustedes son encendidos, no detenga más. Las Olimpiadas, son siempre verdad. Desde el comienzo de los tiempos, los Iniciados se transmiten la antorcha. La luz de la Iniciación jamás se apagó y la tenemos. Estoy frente a ustedes y les aporto lo que otros me aportaron. ¿Quién se lo dio a mi Maestro? ¿Y ése, de quien lo había recibido? Me tendió la antorcha y me dijo: "¡corre, Mikhaël, corre!”


Esta ley es válida en todas partes, en nuestras vidas individuales y en la sociedad. El niño deja su juguete para pasar a otra cosa. Usted ya se distrajo lo suficiente, otra aspiración se enciende. Usted está cansado de pavonearse vanagloriarse, nacen intereses más desinteresados, más nobles. El hombre puede ir siempre más alto y siempre más lejos. ¡Es maravilloso!




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de Ángeles Guardianes








PESCANDO








“Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada” Juan 21:3.




“Y Él les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces” Juan 21:6.




Está escrito que los discípulos estuvieron pescando toda la noche y no pescaron nada. Entonces apareció Jesús en escena y les dijo que echaran sus redes otra vez, pero que esta vez las echaran al lado derecho. Pedro obedeció a la voz de Jesús y echó sus redes una vez más al agua. Ahí donde unos minutos antes no había habido ningún pez en el agua, las redes casi se rompieron por la cantidad de peces cogidos. (Juan 21:3-6).




El ser humano, pescando durante la noche de la ignorancia humana, intenta realizar sus deseos mediante el esfuerzo, y la lucha, y al final descubre que su búsqueda ha sido infructuosa. Cuando descubra que su consciencia de ser es Cristo Jesús, obedecerá a su voz y dejará que dirija su pesca.



Echará el anzuelo al lado derecho; aplicará la ley de la forma correcta y buscará en su consciencia aquello que desea. Al encontrarlo ahí, sabrá que se multiplicará en el mundo de la forma.



Las personas que han tenido el gusto de pescar saben lo emocionante que es sentir al pez en el anzuelo. La mordida del pez va seguida de su juego y después de ese juego se saca al pez del agua. Algo parecido ocurre en la consciencia del hombre cuando pesca en busca de las manifestaciones de la vida.



Los pescadores saben que si quieren pescar un pez grande deben hacerlo en aguas profundas.


Si quieres obtener mucho de la vida, debes dejar atrás las aguas superficiales, con sus numerosos arrecifes y barreras, y lanzarte a las azules aguas profundas donde juegan los grandes. Para atrapar las grandes manifestaciones de la vida debes entrar en estados de consciencia más profundos y más libres. Las grandes expresiones de la vida viven únicamente en esas profundidades.



Esta es una fórmula sencilla para tener una pesca exitosa. Primero, decide qué es lo que quieres expresar o poseer. Esto es esencial. Debes saber claramente lo que quieres de la vida para poder pescarlo.



Después de tomar tu decisión, aléjate del mundo de los sentidos, retira tu atención del problema y ponla en el mero hecho de existir, repitiendo en silencio pero con sentimiento: «Yo SOY».



Cuando alejes tu atención del mundo que te rodea y la colocas en el Yo SOY, de manera que te pierdas en el sentimiento de simplemente existir, te encontrarás deslizando el ancla que te ataba a las superficialidades de tu problema y, sin ningún esfuerzo, descubrirás que estás avanzando hacia las profundidades.



La sensación que acompaña a este acto es una sensación de expansión. Sentirás que te elevas y te expandes, como si realmente estuvieras creciendo. No temas a esta experiencia de flotar y crecer, porque no vas a perder nada, excepto tus limitaciones. Pero tus limitaciones van a desaparecer cuando te alejes de ellas, porque sólo viven en tu consciencia.



En esta consciencia profunda y expandida, sentirás que eres una poderosa fuerza pulsante tan profunda y rítmica como el mar. Esta sensación de expansión es la señal de que ahora estás en las profundas aguas azules, donde nadan los peces grandes.



Imagina que el pez que decides pescar es la salud y la libertad. Empiezas a pescar en estas profundidades informes y pulsantes de ti en busca de esas cualidades o estados de consciencia, y lo haces sintiendo «Yo SOY una persona sana», «Yo SOY libre». Continúas afirmando y sintiendo que estás sano y eres libre hasta que la convicción de que eres eso te posee.



Cuando la convicción nazca dentro de ti, de manera que todas las dudas desaparezcan y sepas y sientas que te has liberado de las limitaciones del pasado, sabrás que has atrapado esos peces. La alegría que recorre todo tu ser al sentir que eres aquello que deseas ser es igual a la emoción del pescador cuando atrapa a sus peces.



A continuación viene el juego del pez. Esto se consigue regresando al mundo de los sentidos. Cuando abres los ojos al mundo que te rodea, la convicción y la consciencia de que estás sano y eres libre deberían estar tan instaladas en tu interior que todo tu ser se emocione con la expectación.



Luego, mientras recorres el necesario lapso de tiempo que tornarán las cosas sentidas en encarnarse, sentirás una emoción secreta porque sabes que dentro de poco tendrás eso que ninguna persona puede ver, pero que tú sientes y sabes que eres.



En un instante, cuando no estés pensando, mientras caminas fielmente con esta consciencia, empezarás a expresar y a poseer eso que eres consciente de ser y poseer, experimentando con los pescadores la dicha de pescar al gran pez. Ahora, sal a pescar las manifestaciones de la vida, echando rus redes en el lado correcto.



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capítulo 22 pág. 78 del  Libro Tu Fe es tu Fortuna