PRINCIPIOS IMPORTANTES PARA MANTENER LA SALUD de CHRISTIAN D. LARSON







10 Principios y 29 Hechos o Factores Importantes


1 Vivan una vida natural

Las leyes de la naturaleza, físicas y mentales, deben ser observadas con el mayor cuidado, en todas las cosas y bajo toda circunstancia.

Obtengan una comprensión tan clara como sea posible, de lo que significa ser natural; entonces intenten ser tan naturales como lo permitan las "condiciones" presentes.

Familiarícense plenamente con las leyes de la naturaleza que operan en el cuerpo y en la mente; luego vivan, piensen y actúen en todo momento, en armonía con esas leyes.

No violen ninguna ley natural, ni en la actividad ni en pensamiento, sino que procuren aplicar cada vez más, las leyes de la naturaleza en todo lo que piensan o hacen, y estarán en el camino de la vida, de un modo natural.

2 Tengan pensamientos saludables

Entrenen la mente para pensar, teniendo sólo en cuenta los pensamientos que conducen a la salud, la armonía y el bienestar.

Piensen en lo bueno, lo verdadero y lo perfecto; piensen en lo más grande, mayor y mejor; piensen en lo digno, lo fuerte y lo superior; piensen en lo puro, lo bello y lo ideal.

Presten atención a esas cosas que construyen, que elevan, que hacen un estado más rico y grato de existencia, y creen sólo los pensamientos que tienen una elevadora y creciente tendencia a la expansión.

Den salud y plenitud a cada pensamiento, pensando en la salud en cada pensamiento.

Usen el poder del pensamiento para producir salud, y dirijan cada acción mental a añadir a la calidad y medida de la salud.

3 Crean que están bien

Si están perfectamente bien, sigan creyendo con toda su mente, corazón y alma que siempre estarán bien.

Si no están perfectamente bien, .-Crean con la misma absoluta certeza, que se están recuperando;

.-Crean que las condiciones que desean, se están produciendo para ustedes ahora; .-Crean en las posibilidades de su propio poder, para producir cualquier condición que puedan desear, y hagan esa creencia tan fuerte, como la fuerza ilimitada de su propia alma.

4 Siéntanse bien

Ayúdense a vivir y pensar constantemente en la conciencia de la salud, y entren en la medida de lo posible, en la más profunda sensación de salud; traten de sentirse bien en todo momento, y traten de imprimir este sentimiento sobre sus más profundos sentimientos.

Permitan que cada sentimiento de salud ahonde en un sentimiento más profundo de salud, hasta que se den cuenta conscientemente, de que la salud perfecta permanece para siempre en la pureza, la integridad, la fuerza y la divinidad de sus propias almas.

Sepan que la salud perfecta está siempre dentro ustedes, existiendo siempre en las profundidades de su verdadero ser; entonces traten de sentir esta salud perfecta entrenándose para sentir salud en todo momento; y permitan que ese sentimiento entre a la vez en esas profundidades de la vida y la conciencia, donde siempre pueden encontrar la salud perpetua.

Lo que sentimos, lo expresamos, y de lo que somos conscientes en nuestra vida más profunda, domina nuestra vida exterior.

5 Imaginen estar bien

La facultad de imaginar, debería mostrar ante la mente constantemente, una imagen de la salud perfecta que desean.

Lo que imaginamos lo pensamos, y según lo pensamos nos convertimos en eso.

Miren bien en su propia imaginación, y reclamen la posesión real de lo que han visto de ese modo.

Sepan que cuando se imaginan que tienen salud perfecta, hacen que todos los poderes de su sistema, produzcan esa salud perfecta.

Lo que imaginan se convierte en el patrón, y los trabajadores mentales siempre construyen a semejanza de ese patrón, que es percibido cada vez más claramente.

Por lo tanto, véanse bien en su imaginación, y hagan esa imagen fuerte, positiva, clara y distintiva.

6 Sean limpios moralmente

Vivan una vida limpia, tanto en pensamiento como en la acción.

Una vida limpia significa una vida fuerte, y una vida fuerte significa salud, vigor, resistencia y poder.

Permitan sólo estados de ánimo limpios, saludables y edificantes; y alienten tales acciones en la mente y cuerpo solamente, que es lo que conduce directamente a mayores logros y resultados.

Sean fieles a lo mejor que saben, a lo mejor que son, y a lo más elevado que pretenden realizar.

Entrenen sus ambiciones, para buscar la vida más rica que actúa con la armonía, la pureza, y la mayor grandeza, que sólo puede alcanzar quien ha dominado los elementos más finos que existen en el mundo de la virtud.

7 Mantengan una actitud de maestros

En todas las cosas, y en todo momento, sean sus propios maestros, piensen sus propios pensamientos, sientan lo que quieran sentir, y actúen de la manera que saben que deben actuar.

No permitan ninguna condición en sí mismos o en su entorno, que trate de influir en su mente, o determinar su conducta.

Sepan que pueden controlar su propia vida, su propio cuerpo y su propia mente; y estén decididos a ejercer ese control, para la completa emancipación de cada átomo de su ser.

Domínense a sí mismos, para lograr una mejor salud, una mayor fuerza, y un mayor estado de bienestar físico, mental y espiritual.

Sepan que entonces podrán proseguir con toda vida y poder que hay en ustedes, para hacer lo que saben que pueden hacer.

8 Tengan fe en todas las cosas

Tener fe, es entrar en contacto consciente con lo mejor que existe en aquello en lo que tenemos fe.

Podemos tener fe sólo en lo que es digno de esa fe; por lo tanto, tener fe en todo, es vivir en contacto mental con lo digno en todas las cosas; y cuando la mente entra en contacto con un trabajo mayor, invariablemente asciende; y ascender es ganar la libertad.

Cuando nos elevamos a la realización de lo más grande, o lo que sí queremos, siempre nos liberamos de lo menor, o lo que no queremos.

Tengan fe en su propio poder, para producir y mantener una salud perfecta, y para poner su mente en posesión de ese mismo poder.

Ese poder ya está dentro de ustedes.

Tener fe en ese poder, es entrar en su propia vida y actividad, y por tanto, ganar, personalmente, la posesión de ella para su uso actual.

Tengan fe en la salud perfecta que está en ustedes, y tengan fe en la fe; así entran en esa salud, y por consiguiente todo estará bien.

9 Dependan del Poder Superior

Reconozcan en todo momento la presencia de un poder superior; sepan que están rodeados de un poder superior; que están llenos de un poder superior, y que este poder trabajará con ustedes en todo lo que deseen hacer.

Cualquiera que sea la condición de su mente o cuerpo, sepan que este poder superior puede restaurar todas las cosas.

Dependan de ese poder, tengan fe en ese poder, entren en el espíritu de ese poder, permitan que cada átomo de su ser, llegue a vivir con la presencia activa de ese poder, y su completa emancipación se realizará al instante.

10 Vivan en las Alturas

Todo está bien en las alturas.

Elévense y vivan en el perpetuo sol de la verdad, en esa sonrisa de Dios que tiene el poder para cambiar todo.

Trasciendan el mundo de las cosas, y vivan constantemente en las cima de las montañas de la existencia espiritual suprema.

Aprendan a trabajar con las cosas y a amaestrarlas, pero vivan siempre por encima de las cosas.

Asciendan a las alturas, y retiren la mente y el cuerpo de la debilidad y las limitaciones, elevándolas dentro de la libertad de una mayor fuerza y una salud perfecta.

Refinen también la personalidad completa, haciendo así, que el ser humano personal sea un instrumento más perfecto, para expresar una vida más rica y los poderes mayores de la mente y el alma.

Vivan por encima de las condiciones.

Vivan en lo real, lo perfecto, lo verdadero, lo sublime.

Vivan con el Infinito, en unidad consciente con el Supremo, y sientan en todo momento que están viviendo, caminando y trabajando con Dios.

Hay un inmenso poder en tal realización, un poder que nunca puede fallar, sea lo que sea lo que deseemos hacer.

29 Factores o Hechos Importantes

Se añaden aquí ciertos hechos importantes relacionados con los principios anteriores, que indican claramente la naturaleza y las posibilidades de un nuevo camino hacia la salud, y que son admitidos por todos, incluso los más exigentes entre los científicos en cada línea de investigación, que han dado a este tema único su consideración.

Algunos de estos hechos son los siguientes:

1 - Un cambio completo de mentalidad, tiende a producir un cambio similar entre las condiciones vitales del cuerpo, de modo que cuando el cambio mental es edificante y saludable, todas las condiciones insalubres del cuerpo, tenderán a desaparecer.

2 - Todos los estados mentales insalubres, casi siempre producen perturbaciones, que cuando se sienten profundamente y se prolongan, suelen dar lugar a enfermedades reales, tanto funcionales como orgánicas.

3 - El restablecimiento de los estados mentales saludables, tiende a producir el equilibrio y la mejora de la salud, con más fuerza y vitalidad.

4 - Las funciones del cuerpo son ayudadas notablemente, con un completo y continuo estado de armonía mental.

La mayoría de los estómagos podían digerir casi cualquier cosa, si la mente estaba siempre en armonía, y del mismo modo, aumentaría enormemente la fuerza y resistencia en los otros órganos del cuerpo.

5 - El miedo a una cierta enfermedad, la ha producido con frecuencia; incluso se han producido enfermedades contagiosas por miedo al contagio, cuando ese contagio no existía en la proximidad.

6 - Las personas que son absolutamente intrépidas, y que están absolutamente seguras, no se contagiarán, y pueden ir donde haya contagio sin contagiarse, siempre que en ese momento, haya un suministro completo de energía vital en sus sistemas.

7 Cuanta más fe se tenga en una medicina, en un médico o en una cierta forma de tratamiento, mejor será el resultado; mientras que si el paciente no tiene fe o confianza en un tratamiento, o en quien lo administra, es casi imposible obtener resultados satisfactorios.

8 - Las emociones que son profundas, fuertes y estimulantes, tienden a aumentar la actividad y la energía de los órganos vitales, promoviendo así las funciones del sistema.

Las emociones deprimidas, tienden a disminuir la actividad y energía, impidiendo así que esos órganos hagan su trabajo correctamente; y tal condición es frecuentemente el comienzo de la enfermedad.

9 - Los recuerdos deprimentes, tienden a disminuir la actividad funcional y la energía física, mientras que los recuerdos agradables y las ideas exaltadas o inspiradas, tienen el efecto opuesto.

10 - La actitud de expectativa, si es profunda, fuerte y continuada, tiende a producir las mismas condiciones esperadas. Esas condiciones son casi siempre producidas en la mente, y en la mayoría de los casos en el cuerpo, con frecuencia en un grado mayor.

11 - Un estado mental nervioso, ansioso y agitado, impedirá la digestión, mientras que los estados de resplandor mental, buen ánimo, alegría y una anticipación placentera, promoverán la digestión.

12 - Los estados mentales con sentimientos profundos, afectarán el flujo de los jugos del sistema físico. El flujo de cualquier jugo, como la saliva, el jugo gástrico, etc., pueden aumentarse o disminuirse a voluntad, activando ciertos estados de ánimo sentidos profundamente.

13 - Un fuerte y continuo deseo de salud y vida, estimulará todas las energías del sistema, y normalmente en un grado suficiente, que aumenta permanentemente la salud y el vigor del cuerpo.

14 - Cuando un paciente cree profunda y vitalmente que un determinado agente tiene poderes curativos, el beneficio se derivará de la aplicación de ese agente, incluso aunque no tenga ninguna virtud curativa.

15 - Cuando un paciente olvida absolutamente que está enfermo, a través de algún evento sorprendente u otra causa, la dolencia casi siempre desaparece por un tiempo, y en muchos casos desaparece permanentemente.

16 - Cuando la mente vive en la estimulante atmósfera de un ideal inspirador, hay un aumento decidido en la cantidad de energía, y una marcada mejora en la calidad. Y en casi toda instancia, sigue un incremento y mejora similar, en las energías físicas.

17 - Una atmósfera mental nueva y edificante, puede liberar el cuerpo completamente de las condiciones viejas o enfermas, haciendo que esas condiciones desaparezcan completamente.

El sistema físico entero, es sacado así de su estado habitual a un estado nuevo y saludable, y todos los elementos del cuerpo cambian para corresponderse.

18 - Asegurar algo nuevo y algo más deseable para vivir, renovará la vida del cuerpo, aumentará la energía vital, estimulará la circulación, dará color a la cara, salud y encanto a la personalidad, y restaurará la actividad de la mente.

19 - Cuando la mente entra en una profunda y perfecta calma, donde siente serenidad interior y plenitud de vida, y continúa así durante varias horas, desaparecen las perturbaciones de la mente o del cuerpo, así como las dolencias amenazantes.

20 - Cuando cree que una cierta cosa es dañina, será dañado por ella mentalmente, en cada caso, y en muchos casos usted será dañado físicamente, especialmente en el sistema nervioso.

21 - La acción de la mente, a favor o en contra de cualquier modo de tratamiento, ayudará o retrasará ese tratamiento, según sea el caso.

22 - Cuando un ser humano trabaja con un objetivo definido en vista, su energía y capacidad de trabajo se mantendrá indefinidamente, y en las horas de trabajo real, el cansancio será escaso; pero si trabaja sin objetivo, el cansancio y el agotamiento, vendrán con frecuencia, y su capacidad de trabajo disminuirá del veinticinco al cincuenta por ciento.

23 - Un estado mental valiente y esperanzado, ayuda notablemente en la superación de la enfermedad, sin importar cuál sea el tratamiento.

24 - En las enfermedades funcionales y nerviosas, los pensamientos e ideas, pueden ser remedios directos en todos los casos. Y en las enfermedades orgánicas, esos mismos organismos pueden ayudar a la naturaleza de tal manera, que aseguren una recuperación completa; es decir, ocurre cuando se le da también a la naturaleza, una buena oportunidad en todos los demás aspectos.

25 - La naturaleza está constantemente trabajando para mantener al ser humano sano perfectamente bien, y para hacer que los enfermos, también estén perfectamente bien. Para dar a la naturaleza una buena oportunidad de hacer esto, todo lo que frecuentemente necesita para restaurar la salud, es el trabajo bien hecho; pero no hay nada en la vida humana que pueda ayudar o interferir tanto con la naturaleza, en este respeto, como la actitud de la mente.

26 - La medicina, o cualquier sustancia material, puede producir ciertos efectos sobre la vida química del cuerpo; por tanto, esas sustancias tienen el poder de cambiar las condiciones físicas; y en consecuencia pueden promover curas, cuando esos cambios particulares son necesarios para el bienestar del sistema; pero ese poder es limitado, y el cambio que produce la medicina, dependerá en gran medida del estado de la mente del paciente, en el momento.

27 - La actitud de la mente del paciente, en el momento en que se toma el medicamento, modificará el efecto habitual de esa medicina. Esa actitud puede neutralizar, y frecuentemente lo hace, el efecto esperado de la medicina; y en muchos casos el efecto deseado por la medicina, se produce en su totalidad por la mente, a través de la expectativa y la fe.

28 - Ciertos tipos de música, emociones estimulantes, promesas de recompensa, un nuevo propósito en la vida, un agradable cambio de trabajo, nuevas oportunidades, la aparición de mayores posibilidades... todo eso, y decenas de factores similares o experiencias, invariablemente aumentan la actividad de la mente, y las energías vitales del cuerpo.

29 A través del uso directo e inteligente de la mente, cualquier dolencia física, puede prevenirse o curarse permanentemente.


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Paul the Priest of the Wissahikon






COMPRENDER LA SALUD PERFECTA INTERNA de CHRISTIAN D. LARSON









CAPÍTULO 9


Desde cualquier punto de vista que abordemos el tema, desde el de la razón pura, desde el de la experiencia o desde el de la conciencia superior, debemos concluir que hay algo en el ser humano que siempre está bien.

Pase lo que pase, este algo positivamente nunca enfermará; y la razón es que este algo contiene el principio de la salud absoluta.

Los principios nunca cambian; por lo tanto, el principio de la salud siendo salud, nunca será otra cosa que salud, y nada puede hacer que cambie de su estado perfecto y original.

Este principio de salud impregna cada átomo del ser humano, y mientras todo en el sistema humano actúe en perfecta armonía con este principio, habrá salud perfecta en todo el ser humano.

El secreto de la salud perfecta es entrenar a los elementos y fuerzas del sistema, para que actúen en armonía con el principio de la salud, y este entrenamiento puede ser promovido por el crecimiento de la conciencia de la verdadera naturaleza del principio de la salud.

Los elementos y las fuerzas del sistema humano, se rigen por las acciones del subconsciente; por lo tanto, para entrenar a estos elementos para que actúen en armonía con el principio de la salud, la mente debe crecer constantemente en una comprensión subconsciente de la salud.

Lo que se comprende profundamente en la mente, se convertirá en una fuerza activa en el subconsciente, y esta fuerza se expresará a través de los elementos y fuerzas del cuerpo, reproduciendo su propia naturaleza en el cuerpo.

Cuando la mente crece en la comprensión de la salud, la fuerza de la salud se activará en el subconsciente, y las condiciones de salud se producirán en consecuencia en cada parte del cuerpo.

Para hacer que la mente crezca en la comprensión de la salud, debe aplicarse el principio del avance continuo, en el logro de la salud; es decir, la mente debe avanzar constantemente en la comprensión consciente de la naturaleza real del principio de la salud absoluta.

El avance consciente en la comprensión de la salud absoluta eliminará toda forma de enfermedad, porque avanzar en la salud es entrar más perfectamente en la naturaleza, las condiciones y los dominios de la salud.

Entrar en la salud es estar DENTRO de la salud; y no puede haber enfermedad en el sistema humano, cuando cada parte del sistema está DENTRO de la salud.

En cada parte del sistema, la salud se produce cuando todos los elementos y las fuerzas del sistema actúan en perfecta armonía con el principio de la salud; y éstos actuarán en armonía con ese principio, cuando el subconsciente esté impregnado de la comprensión de la salud.

Para establecer más y más perfectamente en el subconsciente la comprensión de la salud, la mente debe continuar creciendo en la conciencia de la salud absoluta. Este crecimiento de la salud debe ser continuo, porque vivir es vivir más, y cuanto más viva la vida, mayor será necesariamente la capacidad de la salud requerida.

Para conservar la salud perfecta es absolutamente necesario crecer constantemente en la posesión consciente de más y más salud.

El avance continuo es el propósito de la vida, y para estar en armonía con la vida, todo debe avanzar de la misma manera. Para promover el avance continuo y consciente hacia la comprensión de la salud, la atención debe concentrarse frecuentemente en el mundo interior de la salud, la armonía y la plenitud, o el principio de la salud absoluta.

Crecemos en la comprensión y posesión consciente de aquellos estados, condiciones o cualidades, en los que más pensamos; es decir, cuando tal pensamiento tiene sentimiento y profundidad.

Por lo tanto, es evidente que al mantener la mirada mental fija en el principio interno de la salud perfecta, la mente crecerá constantemente hacia la salud perfecta, y así ganará la posesión consciente de esa salud perfecta.

Cuando la mente adquiere la posesión consciente de la salud, la vida subconsciente del sistema se vuelve completamente saludable, y así como la vida subconsciente del sistema, también lo es el sistema mismo.

Cuando la atención se concentra en el principio interno de la salud, la mente debe sentir profundamente que este principio impregna cada átomo de su ser, porque este sentimiento de salud en cada parte del sistema, impresionará al subconsciente con la vida de la salud; y cuando la vida de la salud perfecta se vuelve activa en el subconsciente, ya no puede existir ninguna forma de enfermedad en el sistema humano.

Cualquier cosa de la que se haga consciente, eso se manifestará o expresará en todo el sistema mental o físico. En otras palabras, todo lo que está involucrado en la conciencia se desarrollará a través de la personalidad.

Ésta es una de las más grandes leyes metafísicas, porque pone toda la personalidad en manos de la conciencia individual. A través de estas leyes podemos hacer surgir cualquier cualidad o condición deseada, simplemente tomando conciencia de su existencia interior o potencial.

Lo que la conciencia percibe, lo crea la mente; y lo que la mente crea, se expresará en cada parte de la personalidad humana.

Las condiciones actuales del cuerpo, ya sea salud o enfermedad, armonía o discordia, fuerza o debilidad, son los resultados del pensamiento reciente del individuo, con posiblemente algunas excepciones, en algunos casos; mientras que el carácter es el resultado de todo lo que el individuo ha pensado y de todo lo que puede haber heredado de la raza.

Lo mismo ocurre con los talentos, las tendencias y los deseos. Toda la personalidad, incluyendo el carácter y la mentalidad, no es más que un efecto de lo que la mente ha estado creando hasta el momento presente; y lo que serán las condiciones de la personalidad en el futuro, estará determinado por las nuevas creaciones que la mente pueda producir.

Cuando surgen nuevas creaciones de la mente, las antiguas desaparecen. Por esta razón es posible modificar en gran medida la apariencia física y cambiar las condiciones corporales, las tendencias mentales, y los deseos, mientras que el carácter puede, en la mayoría de los casos, transformarse absolutamente.

En todos nuestros esfuerzos para producir cualquier cambio deseado en nosotros mismos, física o mentalmente, debemos recordar siempre la ley de que cualquier cosa de la que seamos conscientes, eso lo expresaremos a través de nosotros mismos; y lo que expresamos, gradualmente se convierte en una parte de nosotros mismos.

Cualquier cosa que vea constantemente en el gran interior, el vasto campo de la conciencia, la mente lo creará y expresará en la personalidad. Esta es una ley que nunca falla.

Se convierte en cualquier cosa que continúe viendo; en eso se convertirá gradual y seguramente, y ningún obstáculo en el mundo puede impedirlo.

La mente está creando constantemente. No puede dejar de crear mientras la vida continúe. Vivir es pensar.

Todo pensamiento es creativo en algún sentido o forma, y todo lo que la mente crea, saldrá a la luz tarde o temprano, a menos que se re-cree antes de que tenga lugar la expresión.

Personalmente usted se convierte en lo que crea mentalmente, siempre que sus creaciones se completen y permita que salgan a la luz sin ser perturbadas; y el secreto en este sentido, es mantener el ojo de la consciencia único, sobre el ideal que realiza, crea y expresa, y continuar manteniéndolo ahí hasta que consiga lo que quiere, sin importar cuántos obstáculos se interpongan en su camino.

Si continúa así, triunfará positivamente.

Lo que se sigue viendo en el interior, se convierte en una imagen mental.

Todas esas imágenes actúan como modelos para el pensamiento, y la mente creará pensamientos, estados, condiciones y acciones que se corresponden exactamente con esas imágenes.

Cada idea que llega a la mente se convierte en una imagen, y mientras dura, se pueden formar millones de creaciones mentales a semejanza de esa idea.

Todas esas creaciones aparecerán en la persona a menos que sean recreadas antes de que se produzca la expresión.

Por lo tanto, comprendemos por qué es tan sumamente importante tener la idea correcta sobre todo, y por qué nuestros ideales deben mantenerse ante la mente constantemente.

Cuanto más profundamente se imprima una idea o creencia en la conciencia, es decir, cuanto más profundamente se sienta, más tiempo permanecerá como modelo para los procesos creativos mentales.

En consecuencia, se reproducirán más pensamientos a su semejanza, y mayor será su efecto sobre la persona.

Ésta es la razón por la que la vida de una persona se rige por sus ideas predominantes, y por la que la persona que tiene simplemente unas pocas ideas pequeñas, se vuelve estrecha, unilateral, fanática y finalmente superficial.

Todo lo que siga sintiendo profundamente en el interior, se hará realidad positivamente en el exterior, porque lo que se siente interiormente en la conciencia será, según la ley, creado y expresado.

Tomar conciencia de la verdad es sentir profundamente el alma misma de la verdad y, en consecuencia, expresa sólo estados y condiciones verdaderos en la personalidad.

Cuando se vuelve consciente de la verdad, establece un verdadero estado de cosas en todo su sistema.

Todo será correcto y bueno, y todas las funciones de su ser trabajarán juntas para su más alto bienestar.

Los notables cambios para mejor que han tenido lugar en las vidas de aquellos que han entrado, aunque sea en un grado mínimo, en la comprensión consciente de la verdad, se deben enteramente a este hecho.

Tomar conciencia de la salud es sentir la existencia de la salud en el interior, darse cuenta de que hay una fuente de salud ilimitada en la vida interior, y entrar en perfecto contacto con esta fuente.

Todo efecto debe tener una causa, y como la salud se expresa más o menos en cada persona, debe, como otras expresiones, provenir de alguna fuente.

La salud no llega a algunos por mero accidente y se aleja de otros de la misma manera. La salud llega a través de una ley definida y se aleja a través de la violación de esa ley.

El Universo se basa en la ley. Todo aparece a través de la ley.

Tiene una fuente definida y hay métodos definidos a través de los cuales se pueden asegurar varios grados de expresión.

Las mentes más destacadas de todas las épocas, aquellas mentes que han comprendido los principios internos de la vida real, han sido conscientes de la gran verdad de que hay una abundancia de salud en la vida interior de cada ser personal; que existe realmente una fuente de vida y plenitud ilimitadas en el alma de cada ser humano; y que al poner la mente en perfecto contacto con esta fuente interna de salud, fluirá constantemente una abundancia de salud en la personalidad.

Para poner la mente en contacto más perfecto con la fuente interior de la salud, debemos ser conscientes de esta salud interior; es decir, debemos sentir profundamente la salud perfecta que está dentro de nosotros, la salud y la integridad que impregna cada átomo de la existencia.

La conciencia de la salud se alcanza manteniendo la mirada mental fija en la vida real del alma. Saber que el alma es la esencia misma de la salud, que no sólo contiene salud, sino que es salud. El alma es salud y plenitud. El alma es poder y pureza. El alma es amor y sabiduría.

El alma es todo lo que hay en lo Supremo. Vuelva la conciencia, la mente, el pensamiento y la atención sobre la salud perfecta del alma y entre más profundamente, y cada vez más profundamente, en el espíritu de esta salud perfecta. Gradualmente sentirá cada vez más agudamente la vida real y el poder de esta salud absoluta, y lo que sienta se expresará a través de cada fibra de su ser.

Piense sólo en la salud perfecta que está dentro de usted. Rehúse absolutamente hablar de la enfermedad o pensar en ella.

Mantenga el ojo mental solo en la totalidad del espíritu en el que vive y se mueve y tiene su ser, y dése cuenta de que esta misma totalidad está en usted.

En poco tiempo sabrá que lo es. Entonces la sentirá y la expresará con tanto poder que toda enfermedad se desvanecerá de su sistema como la oscuridad ante una fuerte luz.

La conciencia se desarrolla de forma natural y constante a lo largo de aquellas líneas a las que damos la mayor cantidad de pensamiento y atención.

Por lo tanto, al pensar constantemente en la salud perfecta y la salud ilimitada que hay en nosotros, pronto sentiremos y seremos conscientes de esa salud; y lo que sentimos conscientemente, eso lo expresaremos invariablemente a través de cada fibra de nuestro ser.

La vida real de todo, está en el estado de salud.

Todo está en una condición saludable cuando está en una condición normal, y la causa interna de lo normal siempre es normal.

En otras palabras, la ley que produce las condiciones normales debe ser siempre normal.

Debe ser inmutable, como todas las demás leyes de la naturaleza, y el principio del que procede la salud, debe estar siempre en perfecto estado de salud.

Por lo tanto, concluimos una vez más que hay un estado dentro de nosotros que siempre está bien, y que hay una ley en el sistema humano, que siempre está lista para producir salud si se aplica.

No importa cuánta enfermedad o debilidad pueda aparecer en el cuerpo o en la mente exterior, hay un estado en la vida más profunda, dentro de nosotros, que siempre está bien y fuerte.

La fuente de la salud, la vida y el poder, está siempre en acción en el gran interior.

La fuente interna de la salud y la fuerza, están constantemente dando salud y fuerza a cada parte de la mente y el cuerpo, y la enfermedad o la debilidad, pueden comenzar sólo cuando la fuerza de la salud y la fuerza, están mal dirigidas o son desperdiciadas.

La fuente interna de la salud, está produciendo constantemente salud en todo el sistema; por lo tanto, si la fuerza de la salud nunca fuera mal utilizada o desperdiciada, todo el sistema estaría siempre saludable.

Para evitar la mala dirección de la fuerza de la salud, la mente debe vivir constantemente en la comprensión de la fuente interna de la salud perfecta.

Ser consciente de la salud real, es expresar la salud real, y si esta conciencia es perpetua, la expresión de la salud en cada parte del sistema será perpetua.

Para producir esta comprensión, todo el pensamiento debe ser entrenado para trabajar en perfecto contacto con este estado interno que siempre está bien, y la mente debe vivir siempre tan cerca de este estado, que debe ser constantemente consciente de su existencia.

Cuando el cuerpo se encuentra en una condición de mala salud, el primer paso hacia la curación es reconocer la existencia de ese estado absoluto interior, que siempre está bien.

El segundo paso es imprimir en cada pensamiento el hecho de que este estado existe, y que tiene su ser en cada átomo a través de todo su sistema.

Continuar imprimiendo en la mente el hecho de que todo el sistema está ahora, y siempre, lleno de un estado que está bien, siempre bien, es desarrollar la comprensión de la salud; y a medida que se desarrolla esta comprensión, la fuerza de la salud comenzará a expresarse en cada parte de la mente y del cuerpo.

Cuando la mente adquiere una plena comprensión de este estado de salud, usted sentirá que está en salud, y cuando está en salud está bien, absolutamente bien, de principio a fin.

Cuando esté en la comprensión de la salud, cada pensamiento que piense y cada palabra que hable, también estará en esa misma comprensión.

Tales palabras y pensamientos estarán impregnados de la vida de la salud y, en consecuencia, tendrán la curación en sus alas.

Cada pensamiento que se forme en la mente mientras la mente siente el estado de salud absoluta, será un pensamiento productor de salud.

Será tan natural para tal pensamiento producir salud, dondequiera que pueda ir en el sistema, como lo es para el fuego producir calor, o para un rayo de sol producir luz.

Aquí se puede encontrar el poder secreto de las afirmaciones y sugerencias constructivas.

Sugerir la salud a uno mismo, o afirmar una declaración de salud, mientras la mente está en contacto con la fuente interna de la salud absoluta, es dar a esa declaración el poder de la salud, y el pensamiento o la palabra que procede de esa declaración, producirá la salud con la misma seguridad que el rayo de sol produce luz.

Sin embargo, aquellas afirmaciones que se hacen mientras la mente no está en contacto con este estado de salud absoluta, serán impotentes para producir salud, no importa cuán determinados o sinceros seamos en ese momento.

Cuanto más superficial sea la mente al hacer afirmaciones, más débiles y deficientes en elementos productores de salud serán los pensamientos que se formen en ese momento, mientras que cuanto más profundamente entre la mente en el estado de salud absoluta, más poder contendrá cada pensamiento que se forme durante tal comprensión.

El secreto de los métodos metafísicos en todas sus fases, se encuentra en esta ley, y lo mismo ocurre con el poder de la mente sobre el cuerpo.

Cualquier mente que obtiene una perfecta comprensión de ese estado de salud absoluta que impregna cada parte del sistema, dará el poder de la salud a sus pensamientos; y al concentrar el poder de esos pensamientos en el cuerpo, la salud se producirá en el sistema físico.

El poder de curarse o prevenir la enfermedad de esta manera, puede ser desarrollado constantemente por el entrenamiento de la mente para vivir cada vez más profundamente en la comprensión de ese estado en el ser humano que está siempre bien; y para entrenar la mente en este sentido, piense constantemente en este estado interno de la salud absoluta, y piense con un profundo sentimiento.

Al pensar en este estado, inculque en la mente el hecho de que la salud absoluta impregna cada parte del sistema.

Sepan que están realmente llenos de una vida y un poder que está bien, siempre bien, y que literalmente viven y se mueven y tienen su ser en un mar viviente de salud perpetua.

Si su mente tiene la tendencia a dudar de esta verdad, debe saber que esta verdad puede ser demostrada de manera concluyente por cualquiera; entonces, inculque en su mente el hecho de que es así.

Después de un tiempo, su mente sabrá que es así, y al mismo tiempo descubrirá que la enfermedad y la debilidad han desaparecido misteriosamente.

La mente que es superficial, tiene muy poco poder sobre el cuerpo; pero a medida que la conciencia profundiza en la comprensión del hecho de que hay un poder extraordinario en la mente -un poder ilimitado, de hecho- la mente descubre que el cuerpo responderá casi instantáneamente a cualquier deseo que pueda ser expresado.

Cuando la mente vive en perfecto contacto con la fuente interna de poder, cada pensamiento recibirá más poder y, en consecuencia, tendrá el poder de producir cualquier causa o cambio que se desee en el cuerpo.

Tales pensamientos serán realmente poder, porque fueron creados mientras la mente estaba DENTRO del poder; y el pensamiento que es poder, puede producir en el sistema cualquier efecto que naturalmente vendría de ese poder.

Por lo tanto, es evidente que cuando la mente vive en la comprensión del estado interno de poder absoluto, el poder de la mente sobre el cuerpo será completo; y el deseo de la mente de producir la salud perfecta en el cuerpo, será invariablemente seguido por la comprensión de la salud perfecta.



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Sugestión y autosugestión de Émile Coué










¿Qué es entonces la sugestión? Se puede definir como: “la acción de imponer una idea al cerebro de una persona”.

¿Realmente existe esta acción?

Propiamente hablando, no. La sugestión no existe por sí misma, en efecto; ella no existe y no puede existir sino a condición sine qua non de transformarse en un sujeto en autosugestión.

Y esta palabra, la autosugestión, la definimos como: “La implantación de una idea en sí mismo por sí mismo”.

Usted puede sugerir algo a alguien: si lo inconsciente de éste último no acepta tal sugestión, si no la digiere, por así decir, a fin de transformarla en autosugestión, ella no produce efecto alguno.

Algunas veces se me ha ocurrido sugerir algo banal a sujetos de ordinario obedientes, y ver mi sugestión fallar. La razón de esto es que lo inconsciente de tales sujetos ha rehusado aceptar mi sugerencia, y no la transforma en autosugestión.

Empleo de la autosugestión

Vuelvo al lugar en donde decía que podemos domar y conducir nuestra imaginación tal y como se conduce un torrente o se doma un caballo. Basta para ello, en principio saber que esto es posible (lo que casi todo el mundo ignora), y luego, conocer el modo de cómo hacerlo posible.

Y bien, este modo es muy simple: es aquel que, sin querer, sin saberlo, de una forma absolutamente inconsciente de nuestra parte, empleamos mal y, a causa, frecuentemente de nuestra mamá. Este modo es la autosugestión.

Mientras que si habitualmente, uno se auto-sugiere inconscientemente, basta autosugerirse conscientemente, y el procedimiento consiste en esto:

–– Primero, pensar con su razón la cosa que debe ser el objeto de la autosugestión y,

–– Segundo; según que se responda sí o no, repetirse muchas veces, sin pensar en otra cosa

“Esto será” o, “esto pasa”, “esto ocurre”, etc. Y, si lo inconsciente acepta esta sugestión, si él se auto-sugiere, se verán realizar las cosas, que se desean, punto por punto.

Así entendida, la autosugestión no es otra cosa que el hipnotismo tal como lo entiendo, y como lo defino por la simple autosugestión consciente.

Sé que, generalmente, uno pasa por loco a los ojos del mundo cuando osa emitir ideas a las que la mayoría de los seres no están habituados a entender.

Ea Palabras: es la influencia de la imaginación sobre el ser moral y el ser físico del hombre, esta acción es innegable, y sin volver a los ejemplos precedentes, citaré algunos otros.

Si usted se persuade a usted mismo que usted puede hacer cualquier cosa, manteniendo que ella sea posible, usted la hará, por difícil que ella pueda ser. Si al contrario, usted se imagina que no puede hacer la cosa más simple del mundo, le será imposible hacerla y los obstáculos le parecerán montañas infranqueables.

Tal es el caso de los neurasténicos que, se creen incapaces del menor esfuerzo, se encuentran frecuentemente, en la imposibilidad de hacer algo sin sentir extrema fatiga. Y estos mismos neurasténicos, cuando hacen esfuerzos para salir de su tristeza se hunden cada vez más, parecen infelices que se derrumban y que se hunden tanto más, cuanto más esfuerzos hacen por salvarse.

No es sino pensar que un dolor se va para sentir que en efecto este dolor poco a poco desaparece e, inversamente, basta con pensar que uno sufre para sentir inmediatamente el sufrimiento que llega.

Conozco ciertas personas que predicen, en ciertas circunstancias, que ellas tendrán migraña tal o cual día y en efecto, el día predicho, en las circunstancias dadas, ellas lo sienten. Ellas mismas se dan el dolor así como otros, o ellos mismos si desean, se curan.

Y bien, a riesgo de pasar por loco, diré que, si muchas personas están enfermas moral y físicamente, es porque ellas se imaginan estar enfermas, sea moral, sea físicamente; si algunas personas están paralíticas, sin que haya lesión alguna en ellas, es porque ellas se imaginan estar paralizadas, y es en estas personas en quienes se producen extraordinarias curaciones.

Si algunos son felices o infelices, es porque ellos se imaginan estar felices o infelices, pues, dos personas, ubicadas exactamente en las mismas condiciones, pueden encontrarse, la una; perfectamente, y la otra absolutamente mal.

La depresión, el tartamudeo, las fobias, la cleptomanía, algunas parálisis, etc., no son otra cosa que el resultado de la acción del inconsciente sobre el ser físico o moral.

Pero, si nuestro inconsciente es la fuente de muchos de nuestros males, puede también traer consigo la curación de nuestras afecciones morales y físicas. Puede, no solamente, reparar el mal que ha hecho, sino incluso curar las enfermedades reales, tan grande es su acción sobre nuestro organismo.

Enciérrese en una habitación, siéntese en una silla, cierre los ojos para evitar toda distracción, y piense únicamente durante algunos instantes:

“Tal cosa está desapareciendo” y “tal otra va a suceder”.

Si usted, realmente se autosugestionó, es decir, si su inconsciente hizo suya la idea que usted le ofreció, entonces, usted quedará sorprendido al ver producir tal cosa que usted pensó. Es de anotar que lo propio de las ideas auto-sugeridas es existir, en nosotros, a nuestras expensas y, el nosotros no saber de ellas sino, por los efectos que producen. Pero sobre todo, y esta recomendación es esencial, la voluntad no interviene en la práctica de la autosugestión; pues, si ella no está de acuerdo con la imaginación, es decir, si uno piensa por ejemplo: “Quiero que tal o tal cosa se produzca”, y la imaginación dice “tú lo quieres, pero eso no es posible”, no solamente no se obtiene lo que uno quiere, sino incluso se obtiene exactamente lo contrario.

Esta observación es capital, y ella explica el por qué los resultados son tan poco satisfactorios cuando, en el tratamiento de las afecciones morales, uno se esfuerza en hacer la reeducación de la voluntad. Es en la educación de la imaginación que es preciso atarearse, y es gracias a este matiz, que mi método ha tenido éxito, allí, donde otros, y no de los menos, han fracasado.

De numerosas experiencias que he hecho diariamente, desde hace veinte años y que he observado con minucioso cuidado, pude sacar las conclusiones siguientes y que resumo en forma de leyes:

· Cuando la voluntad y la imaginación están en lucha, es siempre la imaginación la que gana sin excepción alguna.

· En el conflicto entre la voluntad y la imaginación la fuerza de la imaginación es en razón directa el cuadrado de la voluntad.

· Cuando la voluntad y la imaginación están de acuerdo, la una no se añade a la otra sino que, la una se multiplica por la otra;

· La imaginación puede ser conducida.

Las expresiones “en razón directa el cuadrado de la voluntad” y “se multiplican” no son rigurosamente exactas. Es simplemente una imagen destinada a hacer comprender mi pensamiento.

Por lo que acaba de ser dicho, parecería que nadie debería nunca estar enfermo. Esto es verdad. Toda enfermedad, casi sin excepción, puede ceder ante la auto-sugestión, por atrevido e inverosímil que pueda parecer mi afirmación; no digo cede siempre, pero digo, puede ceder, que es diferente.

Para llevar a la gente a practicar la autosugestión consciente, es preciso enseñar como hacerlo, y se hace así como se aprende a leer y a escribir, o como se enseña la música, etc.

La autosugestión es, como lo dije antes, un instrumento que traemos con nosotros al nacer y con el cual jugamos inconscientemente toda nuestra vida así como un bebé juega con un sonajero. Pero, es un instrumento peligroso, puede herirnos, matar incluso, si usted lo usa de manera imprudente e, inconscientemente. Lo salvará, por el contrario, cuando usted sabe emplearlo de manera consciente. Puede decirse de él, lo que Esopo decía del lenguaje: “Es lo mejor y, al mismo tiempo, la peor cosa del mundo”

Les voy a explicar ahora, cómo puede uno hacer para que “todo el mundo” sienta la acción bienhechora de la auto-sugestión aplicada de una forma consciente.

Al decir, “todo el mundo”, exagero un poco pues, hay dos clases de personas en quienes es difícil provocar autosugestión consciente:

· Los retrasados que no son capaces de comprender lo que se les dice, y

· las gentes que no consiguen aprender

Manera de proceder de un sujeto para aprender el tema para auto-sugestionarse

El principio del método se resume en algunas palabras: No se puede pensar sino una cosa a la vez, es decir que, dos ideas pueden yuxtaponerse, pero no superponerse en nuestro pensamiento. La primera idea que ocupa nuestro pensamiento, se cumple; pues tiene la tendencia a transformarse en acto.

Entonces, si usted llega a pensar de un enfermo que su sufrimiento desaparecerá, la enfermedad desaparecerá; si usted piensa que un cleptómano no volverá a equivocarse no lo hará más, etc.

Manera de proceder para hacer que la sugestión sea curativa

Cualquiera que pueda ser la afección del sujeto, física o moral, es preciso proceder siempre de la misma manera y pronunciar las mismas palabras con algunas variantes, según los casos.

Diga al sujeto “Siéntese y cierre los ojos.”

No trate de hacerlo dormir, es inútil.

“Le ruego cerrar, simplemente, los ojos para que su atención no se distraiga en objetos que llegan a su campo visual”.

Diga ahora que: “todas las palabras que le voy a pronunciar van a fijarse, imprimirse, gravarse, incrustarse, en su cerebro. Es preciso que ellas queden fijadas, impresas, incrustadas. Incluso si usted no quiere, o no sabe cómo, quedarán fijadas, de una forma totalmente inconsciente de su parte, su organismo y usted mismo deberán obedecer.”

Le digo en principio que, “todos los días, tres veces por día: a la mañana, a la tarde, a la noche; a la hora de las comidas, usted tendrá hambre, y se dirá: “comeré placenteramente” y en efecto, usted comerá con placer.

Tendrá cuidado en masticar, lentamente, sus alimentos tal que, los transforme en una especie de pasta blanda que, usted digerirá. En estas condiciones usted digerirá bien y no sentirá dolor alguno. La asimilación se hará bien y su organismo preferirá sus alimentos para hacer sangre, músculo, fuerza, energía, en una palabra; vida.

Puesto que usted ha digerido bien, la función intestinal se cumplirá normalmente y todas las mañanas, al levantarse experimentará la necesidad de evacuar y, sin tener necesidad de utilizar medicamento alguno, sin recurrir a artificio alguno usted obtendrá un resultado satisfactorio.

Además, Todas las noches, a partir del momento en que desee ir a dormirse hasta el momento en que desee despertarse a la mañana siguiente, dormirá con un sueño profundo, calmo, tranquilo, durante el cual no tendrá pesadillas, sueño al salir del cual, usted portará completa disposición de ánimo.

De otra parte, a partir de ahora, si le llega el estar triste, derrumbado, fatigado, enojado, no será más así, y en lugar de estar triste, derrumbado, fatigado enojado, usted estará, alegre, es posible estar alegre, sin razón alguna, alegre incluso. así mismo como le llegaba estar triste sin razón alguna: le diré más; incluso aun teniendo verdaderas razones, razones reales, para estar aburrido y afligido, usted no lo estará.

Si le llegan momentos de impaciencia, cólera, usted no hará tales movimientos, no los tendrá más; por el contrario, estará siempre paciente, siempre dueño de usted mismo y las cosas que le enojan, se tornarán para usted, indiferentes y entrará en calma, mucha calma. Si alguna vez es asaltado por el odio, seguido de ideas malsanas, temores, terrores, fobias, tentaciones, amarguras; yo deseo que todo eso frente a los ojos de su imaginación y poco a poco, se aleje de usted, y que eso parezca fundirse, perderse como en una nube lejana en la que todo debe terminar desapareciendo, completamente; como al despertar, se evapora un sueño.

Deseo que todos sus órganos funcionen bien: el corazón late normalmente, la circulación sanguínea se efectúa como ella debe efectuarse, los pulmones funcionan bien, el estómago, el intestino, el hígado, la vesícula biliar, los riñones, la vejiga, cumplen normalmente sus funciones. Si alguno entre ellos funciona de forma anómala, esta anomalía desaparece día a día, tal que en poco tiempo, habrá desaparecido completamente, y éste órgano habrá retomado su función normal.

Además, si existe alguna lesión en alguno de ellos, estas lesiones se cicatrizarán día a día, y ellas estarán rápidamente curadas.

Para tal propósito, debo decir que; no es necesario saber qué órgano está enfermo para curarlo.

Bajo la influencia de la autosugestión: “todos los días, bajo todos los puntos de vista, voy de mejor en mejor”.

El inconsciente ejerce su acción sobre ese órgano, órgano que él mismo sabe discernir muy bien.

Agrego incluso esto, y es una cosa muy importante:

“Si hasta el presente, usted ha experimentado frente a usted mismo una cierta desconfianza, le digo que esa desconfianza desaparecerá poco a poco, dejando en su lugar, al contrario, confianza en usted mismo, basada en esta fuerza de un incalculable poder, que está en cada uno de nosotros.”

Esta confianza es una cosa absolutamente indispensable en todo ser humano. Sin confianza en sí, no se llega a nada, con confianza en sí, se puede lograr todo (en el dominio de las cosas razonables, por supuesto).

Usted toma confianza, en usted y, entonces, la confianza le da la certeza de que usted es capaz de hacer, no sólo bien, sino, muy bien, todas las cosas que desee hacer, con la condición de que sean razonables, todas esas cosas, tanto como es razonable, su deber de hacerlas. Entonces, cuando usted decida hacer algo, razonable, cuando tenga que hacer una cosa que es su deber hacerla,

piense siempre que esa cosa es fácil.

Que las palabras: “difícil”, “imposible”, “yo no puedo”, “es más fuerte que yo”, “no puedo impedirme tal o cual cosas...”; desaparezcan de su vocabulario, ellas no son castellano. Lo que sí es castellano es, Ó, lo que sí está en su lengua maternal, o en la lengua en a diario se exprese, “es fácil, yo puedo”.

Si usted considera la cosa, como fácil, ella se le tornará fácil, mientras que a los otros les seguirá pareciendo difícil, y estas cosas usted las hace rápido, usted las hace bien, usted las hace sin fatiga porque las hace sin esfuerzo.

Mientras que si usted las hubiera considerado difícil, o imposible, estas se le tornarán difíciles, simplemente porque usted la consideró así.

A estas sugestiones generales que parecerán quizá un poco largas e incluso, algunas de ellas, infantiles, pero no obstante, necesarias, es preciso agregar aquellas que se aplican al caso particular del sujeto que usted tiene entre sus manos.

Todas estas sugestiones deben ser hechas en un tono monótono y arrullador (acentuando las palabras esenciales) que invite al sujeto, si no, a dormir, al menos a quedarse en quietud, a no pensar en nada. Cuando la serie de sugestiones haya terminado, uno se dirige al sujeto, con alegría (aunque sin emoción, no obstante), en estos términos:

“En suma, espero que desde todos los puntos de vista, tanto desde el punto de vista físico como moral, usted goce de excelente salud, de una salud mejor que aquella de la que usted ha gozado hasta ahora. Ahora contaré hasta tres y cuando yo diga tres, usted abrirá los ojos y saldrá del estado en que usted estaba, y saldrá tranquilamente, al salir no tendrá la más mínima fatiga, ni aburrición. Por el contrario, se sentirá, fuerte, vigoroso, alerta, dispuesto, pleno de vida, además, estará alegre, muy alegre y dominando todos sus asuntos.

UNO, DOS, TRES”

A la palabra TRES, el sujeto abre los ojos y sonriendo, siempre con una expresión, en su rostro, de contento y bienestar. Una vez este pequeño discurso haya terminado, usted agregará lo que sigue: Cómo practicar la autosugestión consciente

Todas las mañanas al despertar y todas las tardes al dormir, cierre los ojos y, sin buscar fijar su atención sobre lo que se le dice, pronuncie con los labios, bastante alto para escuchar sus propias palabras y, contando con un lazo provisto de 20 nudos, la siguiente frase:

“Todos los días, bajo todo punto de vista, voy mejor, mejor y mejor”



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