Visión panorámica de las vías graduales de la mente (lamrim)








El mejor uso del preciado renacimiento humano


Todos hemos obtenido un preciado renacimiento humano, con un valioso cuerpo humano, que permite el mayor progreso espiritual posible. No podemos tener oportunidad mejor para alcanzar la iluminación que la que ahora tenemos como seres humanos, ni siquiera si renaciéramos como Indra, el rey de los dioses.

En vista de que no hay mejor base de trabajo que la que ahora poseemos, es importante que conozcamos los procedimientos para hacer el mejor uso de ella. La manera más excelsa para lograr progreso espiritual es desarrollar dentro de nosotros, cada vez más, un corazón cálido y afectuoso. Al contar con un corazón bondadoso, podríamos desarrollar el corazón comprometido dirigido al objetivo de la bodichita. Esto es el deseo de alcanzar la iluminación; en otras palabras, el deseo de eliminar todas nuestras limitaciones y de alcanzar nuestro potencial completo para poder ser capaces de beneficiar a todos de la mejor manera posible. Cuando dedicamos nuestro corazón a los demás y a alcanzar la iluminación, le estamos dando el mejor uso posible a nuestro preciado renacimiento humano.

Potencial positivo de la conducta en vidas pasadas como causa de éxito en esta vida

Hay varios tipos de seres humanos; entre todos ellos es muy raro encontrar a alguien que tenga interés en beneficiar sus vidas futuras y, aún más raro, encontrar a alguien interesado en alcanzar la iluminación. La mayoría de las personas únicamente están preocupadas por encontrar felicidad para sí mismas sólo en esta vida. Sin embargo, todos somos iguales en el sentido de que todos deseamos ser felices y nadie quiere sufrir o tener problemas.

Para todos aquellos enfocados en ser felices en esta vida, hay dos tipos de felicidad: la felicidad física y la felicidad mental. La mayoría de las personas limitan su atención sólo a alguna clase de felicidad física. Con respecto a la felicidad física, a pesar de que todos trabajamos para intentar obtener algún nivel de ésta en nuestra vida, la mayoría de nosotros no sabemos cómo lograrlo. Por ejemplo, en busca de comida, vestimenta, vivienda y estatus, hay quienes asesinan o masacran a criaturas inocentes. Otros se involucran en asaltos, fraudes o robos, todo en busca de la felicidad y en un intento por encontrar algún tipo de bienestar material. Pero, por más que lo intentan, no conocen una manera apropiada para obtener tal bienestar. En vez de crear felicidad, sólo se enredan en más problemas.

Por otra parte, las personas que hacen su mejor esfuerzo por mantenerse honestamente (por medio de negocios, comercio, agricultura, educación, artes y demás) se pueden clasificar en dos grupos: aquellos que tienen éxito, que adquieren riqueza y muchas posesiones, y aquellos que no tienen éxito y hasta se convierten en completos fracasados. Si nos cuestionamos las causas de esto (por qué algunos tienen éxito mientras otros fracasan), es por las semillas que han sembrado y los potenciales que han acumulado en vidas pasadas. Quienes han sido destructivos en vidas pasadas han acumulado gran potencial negativo y como resultado fracasan en esta vida. Quienes han actuado constructivamente en vidas pasadas han generado un potencial positivo y eso explica su éxito y bienestar en esta vida.

Si no aceptan esta explicación de por qué algunos prosperan y otros no, consideren que realmente no hay razón por la cual debiera existir tal discrepancia: si la gente trabaja con la misma cantidad de esfuerzo y habilidad, deberían tener la misma cantidad de éxito. Algunos piensan que el éxito viene como resultado del tipo de trabajo que hacen para mantenerse en esta vida (como negocios o comercio) pero eso no lo justifica completamente. Las verdaderas causas del éxito son los potenciales que han sido acumulados a través de acciones constructivas en vidas previas, mientras que el trabajo y la actividad que realizamos durante esta vida actúan como circunstancias o condiciones para permitir que dichas causas maduren.

Correspondientemente, el éxito depende de causas y condiciones que emergen juntas. Las causas vienen de vidas pasadas (potenciales acumulados durante esas vidas). Las circunstancias ocurren basadas en el tiempo y esfuerzo invertidos durante esta vida. Ambas deben conjuntarse.

Preocupación por vidas futuras

No importa qué tanto bienestar consigan las personas en esta vida, no importa de cuántos esplendores gocen; a pesar de todo, nadie pareciera sentirse satisfecho con lo que ha acumulado. Nadie dice: "Ya tengo suficiente; no tengo que conseguir nada más". Nunca se está contento con lo que se tiene. Siempre se quiere más. Se emplean vidas enteras en el trabajo. Pero el trabajo nunca termina.

Se convierte en un ciclo permanentemente repetitivo, como el de un agricultor, trabajando durante todas las estaciones del año: sembrando, encargándose de los campos y cosechando. En la primavera, vuelve a sembrar, empezando el ciclo otra vez. Ese es un ejemplo de cómo simplemente continuamos trabajando.

Aunque nunca pensamos que el trabajo de esta vida tiene un final, en realidad hay un momento en el que terminará: en el instante de nuestra muerte. En ese punto, se termina en un estado de tristeza y pesar más que en un estado de felicidad.

Entonces, aquellos que trabajan tan sólo por adquirir comida, vestimenta y reconocimiento en esta vida, realmente se engañan a sí mismos, ya que a pesar de poder encontrar un confort físico, no son capaces de alcanzar felicidad mental. Sin felicidad mental, su vida permanece insatisfecha y mueren en un estado infeliz.

Por lo tanto, es importante intentar trabajar por una felicidad más duradera, basada en la mente. La felicidad física que podamos alcanzar en esta vida no es algo duradero. Si queremos verdadera felicidad duradera, debemos considerar nuestras vidas futuras. Ya que cuando éstas son tomadas en cuenta, podemos trabajar por una felicidad verdaderamente persistente.

Trabajar por alcanzar la felicidad en vidas futuras, cumple con la definición de lo que significa ser una persona espiritual, involucrada en la práctica espiritual del Darma. Si nos restringimos a las preocupaciones de esta vida (cosas que son perecederas), entonces somos meramente personas mundanas y superficiales. Si empezamos a enfocarnos en las preocupaciones de las vidas futuras, nos volvemos personas espirituales.

Evitar conductas destructivas como una forma de generar felicidad en vidas futuras

La manera de asegurar felicidad en vidas futuras involucra tomar ciertas "medidas preventivas" del Darma. Específicamente, implica evitar cometer acciones destructivas. Existen diez acciones destructivas explícitas, que incluyen tres de cuerpo, cuatro de palabra y tres de mente. Al contenernos y resguardarnos de actuar destructivamente en cualquiera de estas formas, daremos lugar a la felicidad en vidas futuras.

Hemos establecido que si actuamos de manera constructiva, tendremos el comienzo de una práctica espiritual que dará lugar a situaciones favorables en ésta y en vidas futuras. Este tipo de conducta constructiva involucra, por ejemplo, considerar matar deliberadamente a un animal o a un insecto, o el acto deliberado de robar y discernir todas las desventajas y resultados negativos que conlleva eso. Implica reconocerlo y tomar la firme decisión de no matar ni robar. Cuando la gente toma tales decisiones, no es necesaria la presencia del ejército o de la fuerza policial para asegurar que se actúe constructiva y apropiadamente. Su propio sentido de moralidad y de ética los previene de cometer actos destructivos.

Mantener una ética estricta, es entonces la medida preventiva a tomar que nos permitirá morir en un estado mental feliz. De lo contrario, podríamos morir en un estado de gran sufrimiento y ansiedad. Sin embargo, si hemos tomado estas medidas preventivas para ser éticos, entonces al momento de la muerte no tendremos de qué preocuparnos. Podremos estar seguros de que renaceremos como humanos o hasta como un dios en uno de los reinos celestiales, como Indra o alguien más.

Problemas incontrolablemente recurrentes en todas las vidas

Aunque renazcamos como humanos (o hasta como rey de dioses) tendremos problemas en la vida. Los problemas incontrolablemente recurrentes suceden, independientemente de dónde o de cómo hayamos renacido. Por lo tanto, no tiene sentido seguir una ética que nos aleje de las acciones destructivas si lo hacemos meramente deseando evitar renacer en un estado inferior. Porque, sin importar en dónde o cómo hayamos renacido, tendremos problemas.

Esto indica que es necesaria una perspectiva más amplia. Por ejemplo, si desarrollamos un estado mental quieto y enfocado (llamado "shámata" en sanscrito y "shiné" en tibetano), como resultado de esto podríamos renacer como un dios en uno de los planos de existencia elevados, el plano de formas etéreas o el plano de seres sin forma. Entonces, tendríamos la posibilidad de lograr todo los esplendores de ese tipo de renacimiento. Sin embargo, no hay nada especial en renacer como algún ser en estos planos superiores de existencia. Es como subir al mirador del último piso de un rascacielos, una vez ahí no hay nada más que hacer que regresar a la planta baja.

Obteniendo confianza en las palabras del Buda

Entonces, es necesario intentar eliminar nuestros problemas donde sea que renazcamos y llegar más lejos. Para lograrlo, necesitamos llegar a la raíz de nuestro problemas y sufrimiento cortando las capas con el darse cuenta que discrimina para discernir claramente entre la realidad y la fantasía. De esta forma, eventualmente comprenderemos la vacuidad, que significa la total ausencia de formas imposibles de existencia. Este entendimiento claro de la realidad elimina nuestras falsas proyecciones y, al hacerlo, eliminamos para siempre todos los problemas y sufrimientos que podamos experimentar en cualquier vida. Esto trae un tipo de felicidad que dura para siempre y es algo que podemos alcanzar.

Podemos aprender acerca de las enseñanzas sobre la vacuidad en los textos clásicos que preservan las palabras del Buda. Pero, ¿Cómo obtenemos confianza en la validez de estas escrituras, no sólo concernientes a la vacuidad, sino a todo lo que el Buda dijo en ellas? La confianza en la validez debe ser alcanzada con base en la lógica y el análisis. Tomemos por ejemplo la vacuidad, podemos establecer la validez de la vacuidad confiando en un razonamiento lógico. Además, podemos validar las enseñanzas sobre cómo alcanzar la absorción meditativa y un estado mental quieto y enfocado al poner en práctica las instrucciones y obteniendo, de hecho, tales estados por nosotros mismos. También podemos experimentar por nosotros mismos que, a través de estas prácticas, podemos en realidad alcanzar los diferentes tipos de percepciones intensificadas y extrasensoriales que se describen como productos secundarios al alcanzar tal concentración. De hecho, a través de nuestra propia experiencia podemos validar estos diferentes puntos que fueron enseñados por el Buda.

Igualmente, basados en nuestro propio trabajo y esfuerzo continuo para hacer realidad lo que el Buda enseñó -acerca de los temas que podemos validar a través de la lógica y la experiencia personal-, desarrollaremos una creencia confiada en la validez de lo dicho por el Buda en general. Con la seguridad obtenida de esa creencia confiada, desarrollaremos confianza profunda en la validez de otros temas más crípticos mencionados por el Buda.

Por ejemplo, el Buda dijo que si actuamos de manera constructiva, como resultado tendremos uno de los mejores renacimientos, como humano o como dios. Por otro lado, si actuamos destructiva y negativamente, renaceremos como criatura infernal, como los llamados espíritus hambrientos, o como un animal. Estos enunciados sobre la causa y el efecto del comportamiento son difíciles de validar o probar a través de la propia experiencia o lógica pura. Pero no tenemos que aceptarlo basándonos en una fe ciega en la autoridad de las escrituras. Porque si la lógica y la experiencia demuestran la validez de las enseñanzas del Buda concernientes a alcanzar la absorción meditativa y el entendimiento correcto de la vacuidad, resulta totalmente razonable aceptar lo que el Buda ha dicho sobre la conducta y sus resultados.

Consecuentemente, necesitamos pensar con mucho cuidado acerca de las afirmaciones del Buda sobre la vacuidad, la realidad, la total ausencia de formas imposibles de existencia. Al reconocer que éstas son correctas, necesitamos entonces considerar otros enunciados del Buda: que el resultado de acciones constructivas es la felicidad, que el resultado de actuar destructiva y negativamente es el sufrimiento. Entonces obtenemos una creencia confiada de que estos enunciados son correctos, y basados en esto, tomamos la firme decisión de modificar, de acuerdo a ellos, nuestra conducta. Si queremos felicidad, necesitamos actuar de manera que generemos sus causas. Específicamente, necesitamos actuar constructiva y positivamente.

Renuncia, la determinación de liberarse de todos los problemas

También sería adecuado que consideráramos que las bases de trabajo del excelente renacimiento humano que ahora poseemos, con todas sus oportunidades para el progreso espiritual, no aparecieron de la nada. Son el resultado de haber acumulado un enorme potencial positivo en vidas previas. Debimos haber actuado de forma muy constructiva y positiva: eso ha dado pie a este renacimiento y a las oportunidades que ahora tenemos. Entonces, no debemos desperdiciar esta oportunidad. Si estamos totalmente comprometidos en asuntos relacionados sólo con esta vida, como adquirir alimento y comida, fama y reputación, entonces esta vida es un desperdicio. Si esto es nuestra única preocupación, entonces, por tal fijación, no seremos capaces de alejarnos de nuestra obsesión total con esta vida.

Por otra parte, también es un problema si concentramos nuestro esfuerzo en obtener felicidad en vidas futuras a través de un renacimiento como dios, tal como Indra. Observemos el tipo de renacimiento que tienen los dioses. Este dios tiene una inmensa felicidad y, temporalmente, ningún problema superficial. Pero al momento de la muerte, un dios así tiene enorme arrepentimiento y remordimiento, porque una vida entera de placer parecerá como un sueño y habrá inmenso sufrimiento e infelicidad al enfrentar la muerte. Entonces, tener como objetivo un tipo de renacimiento así, no es la solución a nuestros problemas.

Además, tenemos que dar el mejor uso a estas bases de trabajo que tenemos con este preciado cuerpo humano, pues es algo que perderemos. Después de nacer no hay nadie que haya escapado de la muerte. La muerte es algo que nos ocurrirá a todos, es certero y sólo es cuestión de tiempo. Nadie puede asegurar cuándo llegará la hora de su muerte. Considerar esta realidad nos orilla a desear aprovechar al máximo la oportunidad que tenemos ahora mientras estamos vivos y sanos.

Entonces, necesitamos alejarnos de nuestra obsesión total por obtener cosas sólo para esta vida. Hacemos esto al reflexionar cómo las diferentes cosas perecederas de esta vida no tienen de ninguna manera una esencia duradera. De esta forma, nos alejamos de nuestra obsesión por los asuntos de esta vida y desarrollamos la determinación de liberarnos de los problemas basados en ese tipo de obsesión. A este tipo de determinación se le llama "renuncia".

De igual forma, necesitamos ver las vidas futuras y todos los diferentes tipos de situaciones en las cuales podríamos renacer. Cuando pensamos acerca de los esplendores y la felicidad que podríamos obtener en futuros renacimientos como humano o como dios, necesitamos recordar que esto también implica problemas. Independientemente de lo bien que nos vaya, los problemas recurren incontrolablemente. Por consiguiente, también necesitamos alejarnos del estar apegados y obsesionados con estas cosas para vidas futuras. Hacemos eso al intentar desarrollar un segundo tipo de determinación. Siendo específicos, la determinación de liberarnos de problemas que acompañan a estas obsesiones en vidas futuras.

Así que hay dos tipos de determinación de liberarnos. La determinación de liberarnos de los problemas de esta vida, y la determinación de liberarnos de los problemas en vidas futuras.

Impermanencia

Un practicante espiritual es aquel que tiene presente el hecho de que ninguna situación en la vida se mantiene estática; alguien que tiene presentes en la mente la impermanencia y la muerte; alguien que tiene en mente y se da cuenta de sus problemas y de todos los problemas que hay en la vida. Hay algo que motiva a un practicante así a tomar diferentes medidas preventivas para evitar todos esos problemas. Sería maravilloso si tan sólo olvidando la impermanencia, los problemas y la muerte pudiéramos deshacernos de ellos. Pero la realidad es que eso no es posible. El simplemente ignorar el hecho de que vamos a morir y de que nuestra vida tiene problemas no hace desaparecer tales hechos. Por lo tanto, es mucho mejor darnos cuenta de nuestros problemas, para enfrentarlos de una manera realista y entonces tomar diversas medidas para eliminarlos. De esto se trata nuestra práctica espiritual.

El mismo Buda lo hizo, -cuando por primera vez echó a andar diversas rondas de transmisión de estas medidas-, a través de las enseñanzas acerca de la impermanencia, sobre cómo nada permanece estático. Su búsqueda espiritual entera empezó al comprender la impermanencia. Y, similarmente, cuando su vida terminó y pereció, eso también sucedió dentro del contexto de demostrar a todos el hecho de la impermanencia.

Las Cuatro Verdades Nobles

Los problemas no vienen de la nada. No nos ocurren sin razón alguna. Al contrario, todos nuestros verdaderos problemas e infelicidades surgen de causas verdaderas; específicamente, de nuestra conducta impulsiva y de nuestras actitudes y emociones conflictivas; en otras palabras, nuestro karma y nuestros engaños. Actuar impulsivamente con emociones y actitudes conflictivas es lo que causa todos nuestros problemas.

A partir de estas dos causas de nuestros problemas podemos ver que la conducta impulsiva tiene sus raíces en las emociones y actitudes conflictivas. Si examinamos los 84000 tipos diferentes de emociones y actitudes conflictivas que han sido descritas en los textos budistas, descubriremos que todas provienen de una fuente, es decir, de la ignorancia o falta de darse cuenta que nos lleva a aferrarnos a una existencia y a una identidad verdaderamente establecidas.

Sin embargo, no existe tal cosa como una identidad verdaderamente establecida (ni para nosotros, ni para nada más). A pesar de eso, nos aferramos a las cosas como si tuvieran una identidad o existencia verdaderamente establecida. Entonces, si somos capaces de darnos cuenta y discriminar que tal cosa como una identidad verdaderamente establecida es imposible, esto actúa como un antídoto para eliminar el apego a cosas que tengan tal identidad.

Cuando hemos generado el entendimiento de que no hay tal cosa como existencia verdaderamente establecida (que nada tiene una identidad verdaderamente establecida), este entendimiento es conocido como una "verdadera vía de la mente", "un verdadero camino", una de las Cuatro Verdades Nobles. Es una vía de la mente que grandes seres realizados, los "aryas", perciben como correcta o verdadera y como la que dirige a la consecución de la liberación e iluminación.

Cuando poseemos una verdadera vía de la mente (es decir, un darse cuenta que discrimina que no hay tal cosa como una verdadera identidad establecida de algo), entonces no seguiremos teniendo más emociones o actitudes conflictivas, ya que tales malentendidos están basados en proyecciones y creencias en formas imposibles de existencia. Cuando no tengamos más emociones o actitudes conflictivas, ya no actuaremos impulsivamente. Y cuando ya no actuemos impulsivamente, no nos crearemos más problemas. El estado en el cual los problemas no vuelven a surgir en nuestra experiencia es conocido como "verdadera interrupción" o "verdadera cesación".

Esta es la presentación de cuatro hechos que son vistos como ciertos por los aryas, seres con grandes realizaciones. Estas son las Cuatro Verdades Nobles. Las dos primeras verdaderas tratan sobre lo que es perturbador, es decir, los verdaderos problemas y sus verdaderas causas: la conducta impulsiva y las emociones y actitudes conflictivas. Cuando volvemos nuestra atención a las dos últimas, tratamos con lo que es liberación, entonces deseamos alcanzar la verdadera cesación de todos nuestros problemas al eliminar sus causas para siempre. La forma de hacerlo es desarrollar la verdadera vía de la mente. Así es como reconocemos y entendemos estos cuatro hechos vistos como verdaderos por los seres altamente realizados.

Una vez construida la base del trabajo que tenemos con nuestra preciada vida humana, ahora necesitamos poner todo nuestro esfuerzo para realizar estas Cuatro Verdades de los Nobles. Cuando hayamos hecho esto, habremos aprovechado adecuadamente las oportunidades que este renacimiento nos otorga. Cuando acumulemos como un hábito mental benéfico, un darnos cuenta constante y estable de que no hay tal cosa como una existencia verdaderamente establecida, habremos eliminado todos nuestros problemas para siempre.

El desarrollo de la compasión

El sólo deshacernos de todos nuestros problemas es muy bueno, pero no es suficiente. Ya que tan sólo somos una persona y los otros son innumerables. Nunca podremos contar cuántos son todos los otros seres en total, y cada uno de ellos tiene problemas, todos sufren de una forma u otra. Por lo tanto, es injusto tan sólo trabajar por uno mismo; tenemos que buscar una solución para todos.

Al reflexionar nos es evidente que los demás seres con mentes limitadas han sido extremadamente generosos con nosotros, en realidad, no hay nada más generoso que los demás seres. Cuando consideramos la generosidad de los budas y la generosidad de los seres limitados, nos damos cuenta de que son iguales. Por ejemplo, si nos gusta la miel, necesitamos pensar de dónde proviene. La miel proviene del trabajo de muchas abejas que, para producirla, tienen que libar muchas flores, colectar polen, secretar y depositar miel en el panal. Si tenemos alguna esperanza de disfrutar la miel, tenemos que depender del trabajo y bondad de estos pequeños insectos. Similarmente, cuando consideramos la carne que algunos de nosotros comemos (por ejemplo, cuando necesitamos alimentos que le den a nuestro cuerpo más fortaleza cuando estamos enfermos y débiles), ¿de dónde proviene? Proviene de animales que dan su vida para proporcionarnos la carne que necesitamos para nuestra salud y nutrición.

Entonces, una vez que hemos desarrollado una fuerte determinación de ser libres de todos nuestros problemas, necesitamos transferir tal actitud a los demás. Tal como nosotros estamos determinados a liberarnos de nuestros problemas, ahora necesitamos tener el deseo de que todos los demás se liberen de sus problemas también. Esta actitud se conoce como "compasión".

Si no pensáramos seriamente acerca de nuestros propios problemas y de cómo no queremos tenerlos (si no generamos una determinación de liberarnos de ellos), sería muy difícil tomar los problemas de los demás seriamente. No seríamos capaces de desarrollar una genuina compasión para desearles a los demás que se liberen de sus dificultades. Por ejemplo, si hay un oficial que ha sufrido mucho durante su carrera y luego alcanza un puesto elevado, esa persona será solidaria y tendrá compasión por los problemas de los demás. Esa persona estaría mejor posicionada para ayudar a otros que alguien que haya llegado a oficial habiendo vivido una vida muy fácil, sin haber conocido lo que es sufrir.

Bodichita

La actitud con la cual deseamos que los demás sean libres del sufrimiento se llama "compasión". La actitud con la cual deseamos que todos sean felices es por definición "amor". Si consideramos el deseo de que todos sean felices y estén libres de problemas, y decidimos hacer algo por ellos, no sólo a un nivel superficial, sino ayudarlos a liberarse de todos sus problemas, (en vista de que todos han sido tan generosos con nosotros), estaremos tomando una responsabilidad conocida como "resolución excepcional".

Si sólo estamos atrapados en nuestras propias preocupaciones egoístas, no hay forma en la que podamos generar realización alguna ni desarrollar las cualidades de un buda. Sin embargo, si nos alejamos de nuestro egoísmo y empezamos a preocuparnos por las dificultades de otros, entonces ésta será la base para que nosotros mismos nos convirtamos en un buda iluminado. Son nuestras preocupaciones egoístas las que nos harían involucrarnos en acciones tales como asesinatos, robos y otros similares, por acumular recursos para nosotros mismos. Tales métodos no hábiles generan más problemas y la raíz de todo esto es nuestro egoísmo.

Buda Shakyamuni fue capaz de alcanzar el estado iluminado, de obtener total claridad mental y desarrollarse por completo, como resultado de estar exclusivamente preocupado por el bienestar de los demás. De hecho, todos los budas de todos los tiempos han alcanzado este estado de darse cuenta de su potencial completo en el fundamento de su preocupación por otros. Entonces, si somos realistas podemos darnos cuenta de que, aunque tengamos la resolución excepcional de "dar felicidad a todos y liberarlos de sus problemas", no tenemos la habilidad de hacerlo, no importa qué tanto lo deseemos. Sólo un buda tiene la habilidad de ayudar a todos a superar sus problemas y a obtener felicidad.

Entonces, es necesario dedicar nuestros corazones completos a beneficiar a otros, y alcanzar el estado iluminado de un buda para poder ser capaces de hacerlo de la mejor manera posible. Esto es conocido como "objetivo de la bodichita".

Con un corazón tan dedicado al objetivo de la bodichita, supongamos que hacemos una ofrenda simple, como una flor. Si la intención de tal ofrenda es para el beneficio de todos los seres y para la consecución de la iluminación para poder hacerlo de la mejor manera posible, entonces el potencial positivo generado por ese simple acto es enorme. De hecho, cuando nuestro objetivo es ser de beneficio a todos, el beneficio es proporcional al objetivo. Es tan vasto como el número de seres al que se dirige. Los beneficios de dedicar pura y sinceramente nuestros corazones de esta forma son mucho mayores que los beneficios de hacer una ofrenda de un mundo completo de oro y gemas al Buda. Aun si alimentáramos a todos los seres del universo, los beneficios de tener tal corazón dedicado al objetivo de la bodichita aunque fuera sólo un momento, serían mayores.

La lógica en esto se puede establecer si consideramos que una comida para cada uno de los seres del universo podría satisfacer el hambre de la gente sólo una vez. Muy pronto volverían a tener hambre y su problema de hambre persistiría. Pero si deseamos con el objetivo de la bodichita aliviar todos los problemas de todos para siempre y nos dedicamos a alcanzar la iluminación para hacerlo de la mejor manera posible, esto no sólo aliviaría el hambre de todos, sino que generaría la habilidad de terminar con sus problemas por completo.

Comentarios finales

Por lo tanto, como un paso para desarrollar el propósito de la bodichita necesitamos tener el serio compromiso de que no vamos a herir a ningún ser. Cuando vemos todas las desventajas y limitaciones de lastimar a los demás, quienes quiera que sean, y prometemos no hacerlo, esto trae consigo grandes beneficios. Es consecuentemente un tipo de conducta muy digna de admiración. Tomar el serio compromiso de no lastimar o dañar a nadie es una medida espiritual a la que todos podemos adherirnos en este momento. No necesitamos pensar en la práctica espiritual como algo muy elevado y lejano.

Brevemente, ser un practicante espiritual no involucra tener que llevar un tipo de vida exótica. Hay muchos relatos en la historia de gente de familia que han sido grandes practicantes espirituales. Cuando leemos las biografías de los ochenta y cuatro mahasidas altamente realizados de la antigua India, muchos de ellos eran gente de familia.

Tampoco hay por qué desilusionarnos si ya somos mayores o pensar que los ancianos no pueden convertirse en practicantes espirituales. Si revisamos los relatos del pasado, está el ejemplo de un jefe de familia, Shirjati, quien a los 80 años se volvió un practicante espiritual. Fue capaz de alcanzar el estado de un ser liberado, o arjat, en esa vida. Así que nunca estamos demasiado viejos para empezar.

Por otra parte, si somos jóvenes no deberíamos ser únicamente frívolos, sino aprovechar la energía que tengamos para ser firmes en nuestra práctica espiritual. No debemos pensar que podemos posponer estas medidas preventivas espirituales hasta que seamos mayores, porque no hay forma de saber cuándo ocurrirá la muerte. Además, la vejez es algo que parece ocurrirnos de un día para otro. Cuando pasa, se siente como si de repente se nos hubiera escapado la vida.

Hay muchas cosas sencillas positivas que podemos hacer. Conozco algunas personas en otros países que invierten mucho esfuerzo y dinero en alimentar a los pájaros. Tienen comederos para aves afuera de sus casas e invierten miles en ponerles alimento cada día. De hecho, no se van de vacaciones porque no quieren dejar a las aves sin su alimento. Esta es una práctica excelente, me hace feliz verla, porque en realidad es el tipo de práctica de un bodisatva. También, hay muchos ejemplos de tibetanos que se van a India como peregrinos y dan pan a las palomas y arroz para los diferentes tipos de aves. Este es un tipo de práctica excelente para generar causas para una vida larga.

Entonces, si queremos hacer un resumen de nuestra discusión de esta noche, los puntos principales son:

· Desarrollar un corazón bondadoso y afectuoso para trabajar constantemente en beneficio de todos.

· Nunca lastimar a nadie ni a nada; nunca causar daño ni problemas.

Estos son los puntos principales para una práctica espiritual excelente. Debemos aprovechar completamente la base de trabajo que tenemos en nuestro excelente renacimiento humano, dedicando puramente nuestros corazones a otros con el objetivo de la bodichita y a alcanzar la iluminación. De esta forma, realmente podremos ser capaces de alcanzar el estado total de claridad mental y completo desarrollo, de un buda completamente iluminado.


💗


De la Web http://studybuddhism.com/web/es/archives/sutra/level2_lamrim/overview/general/overview_lamrim_pathways_mind.html






¿A qué tipo pertenezco? por OSHO

 


💜

 

Osho, al estar uno fluctuando entre ambos tipos, el emocional y el intelectual, ¿Cómo se puede llegar a una conclusión sobre a qué tipo se pertenece?

Es difícil. Lo primero: hay tres tipos fundamentales. El intelectual, cognitivo; el emocional, emotivo; y en tercer lugar el activo. Esos son los tres tipos básicos.

«Intelectual» significa uno cuya auténtica urgencia es el saber. Pone en juego su vida por saber. Alguien que esté trabajando con venenos puede ingerir el veneno por conocer que es lo que sucederá. Es incapaz de imaginárselo. Aparece como estúpido porque morirá. Y ¿Qué importancia tiene el saber algo si vas a morir? ¿Qué es lo que vas a hacer con este conocimiento? Pero el tipo intelectual coloca el conocimiento por encima del vivir, por encima de la vida. El saber es vital para él. No saber es su muerte. El saber es su amor; no saber es ser inútil.

Un Sócrates, un Buda, un Nietzsche están en busca del saber lo que es el ser, de saber qué es lo que somos. Para ellos esto es básico. Sócrates dice que la vida sin ser comprendida no vale la pena ser vivida. Si no sabes lo que es la vida, ésta carece de sentido. Para nosotros puede que no tenga sentido; esta frase puede que no nos parezca significativa, porque vivimos y no sentimos la necesidad de saber lo que es la vida. Este el tipo que vive por saber. El saber es su amor. Este tipo desarrolló la filosofía. Filosofía quiere decir amor por el saber, por el conocer.

El segundo tipo es el emotivo. ¡Sentir! El saber no tiene sentido a menos que uno lo sienta. Una cosa adquiere un sentido para ellos sólo cuando uno la siente. ¡Uno debe sentirla! El sentimiento funciona a través de un centro más profundo, el corazón. El saber es a través del primer centro, el intelecto. ¡Uno debe sentir! Los poetas pertenecen a esta categoría, los pintores, los bailarines, los músicos. El saber no es suficiente. Es árido, no tiene corazón, carece de corazón. ¡Sentir! Por eso un intelectual podrá diseccionar una flor para saber lo que es, pero un poeta no podrá. Puede amarla, ¿y cómo puede el amor diseccionar? Puede sentirla y sabe que sólo a través del sentir aparece el auténtico conocimiento.

Puede que un científico sepa más de una flor, pero aún así un poeta no puede ser convencido de que el otro sabe más. Un poeta sabe que él sabe más y que conoce más en profundidad. Un científico sólo está informado; el poeta sabe de corazón a corazón, tiene una charla con la flor de corazón a corazón. No la ha diseccionado. No conoce cuál es su química. ¡No la conoce! Puede que no conozca ni el nombre, o a qué especie pertenece esa flor, pero dice, «Conozco su auténtico espíritu». 

A Hui-Hai, un pintor zen, el Emperador de la China le encargó que pintara algunas flores para su palacio. Hui-Hai dijo, «Entonces tendré que vivir con las flores».

Pero el Emperador le dijo, «No hay porqué. En mi jardín están toda clase de flores. ¡Ve y pinta!»

Hui-Hai dijo, «A menos que sienta las flores, ¿Cómo voy a poder pintarlas? He de conocer su espíritu. ¿Y cómo voy a conocer el espíritu a través de los ojos? ¿Y cómo puede tocarse el espíritu con las manos? Por eso tendré que vivir íntimamente con ellas. A veces, con los ojos cerrados, sentado a su lado, percibiendo el aroma que comunica, percibiendo el perfume que llega, puedo permanecer en una silenciosa comunión con ellas. A veces la flor es sólo un capullo, a veces la flor florece. A veces la flor es joven y su humor es distinto, y a veces la flor se vuelve vieja y le ronda la muerte. Y a veces la flor es feliz y gozosa, y a veces la flor está triste. ¿Cómo voy simplemente a ir y pintar? Tengo que vivir con las flores. Y esa flor que nació, un día morirá. Debo conocer toda su biografía. Debo vivir con ella desde su nacimiento hasta su muerte, y debo percibirla en su multiplicidad de estados.

He de percibir cómo se siente por la noche con la oscuridad rondándola, y cómo se siente por la mañana cuando el sol ha salido, y cómo cuando un pájaro vuela y otro canta; cómo se siente la flor entonces. Cómo se siente cuando llegan los vientos tormentosos, y cómo se siente cuando todo está silencioso... Debo conocerla en su multiplicidad de ser, íntimamente, como un amigo, como un participante, como un espectador, como un amante. ¡He de relacionarme con ella! Unicamente entonces puedo pintarla y así y todo no puedo prometer nada porque una flor es una cosa tan vasta que puede que no sea capaz de pintarla. Por eso no puedo prometer nada, sólo puedo intentarlo».

Pasaron seis meses y el Emperador se puso impaciente. Entonces preguntó, «¿Dónde está ese Hui-Hai? ¿Está todavía tratando de estar en comunión?»

El jardinero contestó, «No podemos molestarle. Ha intimado tanto con los árboles que, a veces, al pasar junto a su lado no sentimos que haya allí un hombre. Se ha convertido en un árbol. Sigue en contemplación».

Habían pasado seis meses. El Emperador llegó y dijo, «¿Qué estás haciendo? ¿Cuándo vas a pintar?»

Hui-Hai dijo, «No me molestes. Si tengo que pintar debo olvidarme del pintar completamente. ¡No me lo recuerdes de nuevo! ¡No me molestes! ¿Cómo voy ha vivir en intimidad si albergo algún propósito? ¿Cómo va a ser posible la intimidad si permanezco aquí como pintor y tratando de intimar únicamente porque he venido a pintar? ¡Qué tontería! No hay lugar para negocios aquí; no vuelvas otra vez. Cuando llegue el momento vendré por mí mismo, pero no puedo prometerlo. Puede que el momento adecuado llegue o puede que no llegue».

Y durante tres años el Emperador esperó. Entonces Hui-Hai se presentó. Se presentó en la corte real y el Emperador dijo, «Ahora no la pintes porque te has vuelto como una flor. Veo en ti todas las flores que he visto. En tus ojos, en tus gestos, en tu andar, en tu movimiento, te has vuelto como una flor».

Hui-Hai dijo, «He venido para decirte que no puedo pintar porque el hombre que deseaba pintar ha desaparecido».

Este es un modo distinto; es el del tipo emotivo que conoce a través del sentimiento. Para el tipo intelectual, incluso para sentir tiene que conocer primero. El conoce primero, luego puede sentir. Su sentimiento es a través del conocer.

Luego hay un tercer tipo: el activo, un tipo creativo. No puede permanecer en el saber o en el sentir. Tiene que crear. Puede saber únicamente a través de la creación. A menos que cree algo, es incapaz de saber. Sólo siendo un creador llega a ser un conocedor.

Este tercer tipo vive en la acción. ¿Qué es lo que quiero decir con acción? Son posibles muchas dimensiones, pero este tercer tipo siempre está orientado hacia la acción. No preguntará qué es lo que es la vida, qué es lo que significa. Preguntará, «¿Qué es lo que hace la vida? ¿Para que sirve? ¿Qué crea?» Si puede crear, es feliz. Sus creaciones son varias, puede ser un creador de seres humanos, puede ser el creador de una sociedad, puede ser el creador de una pintura, pero la creatividad está allí. Por ejemplo, este Hui-Hai no era del tipo activo por eso se disolvió en el sentimiento de totalidad. Si hubiera sido del tipo activo, hubiera pintado. Únicamente con el pintar se hubiera realizado. Esos son los tres tipos.

Se han de entender muchas cosas. Una: dije que Buda y Nietzsche pertenecen al primer tipo, pero Buda le pertenece verazmente y Nietzsche en forma errónea. Si un tipo intelectual se desarrolla verdaderamente se convierte en un Buda, pero si sigue un camino equivocado, si se pierde y yerra el objetivo, se vuelve un Nietzsche. Enloquece. A través del saber no se convertirá en una Alma Realizada. ¡A través del saber enloquecerá! Mediante el saber no alcanzará una confianza ciega. Con el saber seguirá creando dudas, dudas, dudas y por último, atrapado en sus propias dudas, se volverá loco. Buda y Nietzsche pertenecen al mismo tipo, pero son los dos extremos. Nietzsche puede convertirse en un Buda, Buda puede convertirse en un Nietzsche. Si un Buda yerra, se volverá loco. Si un Nietzsche acierta, se convertirá en un Alma Realizada.

Del tipo emocional citaré a Meera y De Sade. Meera pertenece correctamente a este tipo. Si el sentimiento se desarrolla acertadamente se convierte en un amor a lo Divino, pero si lo hace erróneamente, se convierte en perversidad sexual. De Sade pertenece al mismo tipo, pero este sentimiento se despliega de forma equivocada y entonces se convierte en un hombre pervertido, anormalmente loco. Si el tipo emocional se desarrolla equivocadamente se vuelve sexualmente pervertido. Si el tipo intelectual se desarrolla equivocadamente, se vuelve escépticamente loco.

Y, en tercer lugar, la acción. Hitler y Gandhi pertenecen al tercer tipo. Si evoluciona correctamente, surge un Gandhi. Si se desarrolla equivocadamente, surge un Hitler. Ambos pertenecen a la acción. No pueden vivir sin hacer algo. Pero el hacer puede ser una locura y un Hitler está loco. El actuaba, pero su hacer se volvió destructivo. Si el tipo creativo se despliega adecuadamente se vuelve creativo; si equivocadamente, se vuelve destructivo.

Esos son los tres tipos básicos puros. Pero nadie es un tipo puro; esa es la pega. ¡Esos son sólo tipos! Nadie es un tipo puro, todo el mundo es una mezcla. Y esos tres están en cada uno. Por eso, realmente no es cuestión de a que tipo perteneces; el punto a considerar es cuál es el tipo predominante. Tan sólo para poder explicártelo los he dividido. Nadie es un tipo puro, nadie puede serlo porque los tres están en ti. Si los tres están equilibrados, eres armonioso; si los tres están desequilibrados, entonces te vuelves loco, te desestabilizas. Esa es la dificultad al decidir. Decide pues cuál es el dominante, cuál es tu tipo.

¿Cómo decidir cuál es el dominante? ¿Cómo saber a qué tipo pertenezco o cuál es el tipo más significativo para mí, el más fundamental para mí? Los tres estarán presentes, pero uno será secundario. Hay dos criterios que han de recordarse. Uno, si eres del tipo cognitivo, todas tus experiencias comenzarán básica-mente por el saber, nunca con alguna otra cosa. Por ejemplo, si un tipo cognitivo se enamora de alguien, no se podrá enamorar a primera vista. ¡Es incapaz! ¡Imposible! Primero ha de saber, debe entrar en contacto, y esto implica un largo proceso. La decisión puede llegar sólo a través de un proceso cognitivo. Por eso es que este tipo de gente siempre se pierde muchas oportunidades, porque se necesita una decisión instantánea y este tipo no puede decidir en un instante.

Por eso este tipo, por lo general, nunca es activo. No puede serlo porque cuando ha alcanzado alguna conclusión, el momento ha pasado. Mientras está pensando, el momento ha pasado. Cuando alcanza una conclusión, la conclusión no tiene sentido. Cuando era el momento preciso para obtenerla, no pudo. Así que no puede ser activo. Y esa es una de las calamidades del mundo, que esos que son capaces de pensar no pueden ser activos, y esos que pueden ser activos son incapaces de pensar. Esa es una de la calamidades fundamentales, pero es así.

Y recuerda siempre que son muy pocos los que pertenecen al tipo intelectual. El porcentaje es ínfimo, dos o tres por ciento. Para ellos todo comienza con el saber. Únicamente entonces viene el sentir y por último el actuar. Esta será la secuencia con los de este tipo: saber, sentir, actuar. Puede que llegue tarde, pero no puede ser de otra forma. Primero ha de pensar.

La segunda cosa a recordar es que para el tipo cognitivo todo comenzará con saber, nunca concluirá antes de saber y no extraerá prejuicio alguno a menos que los pros y contras hayan sido establecidos. Este tipo se convierte en el científico. Este tipo puede convertirse en un filósofo imparcial, en un científico, en un observador.

Por eso sea cual sea tu reacción, tu acción, descubre por dónde comienza. El inicio determinará qué predomina. Uno que pertenece a la emoción empezará primero por sentir y luego agrupará todos los razonamientos. El razonar será secundario. Empezará primero por sentir. El te ve y decide en su corazón si eres bueno o malo. Esta es una decisión emocional. No sabe nada sobre ti, pero a primera vista decidirá. Percibirá si eres bueno o si eres malo y luego irá acumulando las razones por las que ha decidido de antemano.

El tipo sensitivo decide primero, luego viene el razonar; luego racionaliza. Observa en ti si decides primero con sólo ver a una persona, si te sientes convencido de que es bueno, malo, amoroso, no amoroso, y luego creas razones, luego intentas convencerte a ti mismo de tus propios sentimientos: «Sí, estaba en lo cierto. Es bueno y esas son las razones. Lo sabía. Lo he verificado. He hablado con los demás. Ahora puedo afirmar que es bueno». Pero este «es bueno» fue una primera conclusión.

Por eso con un tipo emocional el silogismo de la lógica es totalmente inverso: la conclusión llega primero, luego el proceso. Con el tipo argumentativo, la conclusión nunca va en primer lugar. Primero va el proceso, y al final la conclusión. Sigue pues indagando sobre ti mismo. ¿Cuál es tu forma de decidir las cosas? Con el tipo activo, la acción es lo primero. El decide actuar al instante, luego comienza a sentir y por último crea las razones.

Dije que Gandhi es del tipo activo. El decide primero. Por eso es por lo que afirma, «Esta no es mi decisión. Dios ha decidido por mí» En realidad, la acción se le presenta tan de súbito, sin ningún proceso, que no puede más que preguntarse, «¿He decidido yo?» Uno del tipo cognitivo siempre dirá, «Yo lo he decidido». Uno del tipo emocional dirá siempre, «Siento que es así». Pero un tipo activo, un Mahoma, un Gandhi, dirá siempre, «Ni lo he sentido, ni lo he pensado. Esta decisión me ha llegado». ¿De dónde? ¡De ninguna parte! Si no cree en Dios dirá, «¡De ninguna parte! Esta decisión ha surgido en mí. No sé de dónde procede».

Si cree en Dios, entonces Dios se convierte en el que toma las decisiones. Entonces El es el que lo dice todo y Gandhi lo ejecuta. Por eso Gandhi sólo puede decir, «Me equivoqué, pero la decisión no fue mía». Puede afirmar, «Puede que no lo haya seguido al pie de la letra, puede que no haya comprendido el mensaje correctamente, puede que no haya perseverado tanto como debiera, pero la decisión fue Divina. Yo únicamente tuve que seguirla. Sólo tuve que entregarme y seguirla». Para Mahoma, para Gandhi, ese es el sistema.

Dije que Hitler era de un cierto tipo aunque equivocado, pero él también habla en esos términos. También dice, «No es Adolfo Hitler el que está hablando. Es el auténtico espíritu de la historia. Es la totalidad de la mente Aria. Es la mente de la raza la que habla a través mío». Y, en verdad, muchos lo sintieron así. Aquellos que escucharon a Adolfo Hitler sintieron que el que estaba hablando no era en absoluto Adolfo Hitler. Era como si él fuese el vehículo de una fuerza superior. El hombre activo siempre aparece así. Debido a que actúa tan rápidamente no puedes decir que sea él el que decide, el que piensa, el que siente. ¡No! ¡El actúa! Y la decisión es tan espontánea que ¿Cómo vas a imaginarte de dónde proviene? Viene o bien de Dios o bien del Diablo, pero viene de algún lugar. Y posteriormente tanto Hitler como Gandhi podrán razonar sobre ello, pero primero actuarán. 

Por ejemplo, Gandhi decidió hacer un largo ayuno. A media noche se despertó y entonces lo decidió. Luego, por la mañana, les dijo a sus amigos, «Voy a iniciar un largo ayuno».

Nadie podía comprender lo que estaba diciendo. Le dijeron, «Hemos estado a tu lado, nunca nos informaste, nunca nos hablaste de esto. Por la noche estuvimos hablando de muchas cosas y no mencionaste para nada este tema».

Pero Gandhi dijo, «No dependía de mí, la decisión no dependía de mí. Por la noche el sueño desapareció. De repente me encontré despierto y con un mensaje Divino de que debía iniciar un largo ayuno». Pero, ¿para qué? Luego Gandhi descubre todas las razones. Esas razones son añadidas con posterioridad.

Esos son los tres tipos. Si la acción es lo que se presenta en primer lugar y luego el sentir y luego el pensar, puedes determinar cuál es tu factor predominante. Y determinar ese factor predominante es de gran ayuda porque entonces puedes proceder directamente, de otra forma tu progreso siempre será zigzagueante. Cuando no sabes a qué tipo perteneces sigues innecesariamente direcciones, dimensiones en las que no deberías ir. Cuando conoces tu tipo, sabes lo que tienes que hacer contigo mismo, como hacerlo, por dónde empezar. Lo primero es: recuerda qué es lo que surge primero y qué es lo que surge en segundo lugar.

Lo segundo te parecerá muy extraño. Por ejemplo, el tipo activo puede ejecutar lo opuesto muy fácilmente, eso es, puede relajarse fácilmente. ¡El tipo activo es capaz de relajarse muy fácilmente! La relajación de Gandhi era milagrosa. Era capaz de relajarse en cualquier parte. Parece paradójico. Un tipo activo debe de estar tan tenso que debe de ser incapaz de relajarse. Pero este no es el caso. Únicamente un tipo activo es capaz de relajarse con mucha facilidad. Un tipo cognitivo no puede relajarse tan fácilmente, un tipo emocional encuentra todavía más difícil el relajarse, pero un tipo activo es capaz de relajarse muy fácilmente.

De modo que el segundo criterio es que sea cual sea el tipo al que pertenezcas, serás capaz de moverte hacia el opuesto muy fácilmente. Recuerda pues: si puedes irte al opuesto, éste es tu tipo predominante. Si eres capaz de relajarte muy fácilmente, perteneces al tipo activo. Si puedes dejar de pensar, quedarte sin pensamientos con facilidad, perteneces al tipo cognitivo. Si puedes sentirte ausente de sentimientos muy fácilmente, perteneces al tipo emocional.

Y esto es extraño porque por lo común pensamos, «Un tipo emocional, ¿Cómo va a poder permanecer sin emociones? Un tipo cognitivo, ¿Cómo va a poder quedarse sin pensar? Un tipo activo, ¿Cómo va a poder dejar de actuar?» Pero sólo parece paradójico. No lo es. Es una de la leyes fundamentales la de que los opuestos se corresponden, los dos extremos se juntan, tal como un péndulo de un gran reloj, tal y como el péndulo va hacia el extremo izquierdo, luego se dirige al derecho. Y cuando ha llegado al extremo derecho empieza a dirigirse hacia el izquierdo. Cuando está yendo hacia la derecha está acumulando inercia para ir luego a la izquierda. Cuando está yendo a la derecha está acumulando inercia para ir después hacia la izquierda. Cuando está desplazándose a la izquierda, cuando parece que se está yendo a la izquierda, está preparándose para ir hacia la derecha. Así que lo opuesto es fácil.

Recuerda: si eres capaz de relajarte con facilidad, perteneces al tipo activo. Si eres capaz de meditar con facilidad, perteneces al tipo cognitivo. Por eso es que un Buda puede meditar con tanta facilidad. Por eso es que un Gandhi es capaz de relajarse con tanta facilidad, incluso en un accidente de circulación.

Ocurre un accidente de circulación y es la hora en que Gandhi se suele relajar en su siesta. Pero el coche no puede llegar al lugar de destino de modo que los que están en el coche han de esperar. Es un accidente mortal; todos están asustados y tienen miedo, pero, junto a la carretera, él se echa a dormir. ¡No puede esperar! Es la hora de su siesta, así que se echa a dormir. Cuando otro coche llega para recogerle le encuentra profundamente dormido. 

El tipo activo puede relajarse muy fácilmente. Un Nehru no puede concebir como puede suceder este milagro, es algo milagroso para él. El no es del tipo activo, es incapaz de relajarse. Gandhi puede relajarse varias veces al día. Descansaba en multitud de ocasiones. Siempre que encontraba el momento, se dormía. El dormirse le era fácil.

Un Buda puede quedarse sin pensar, un Sócrates puede estar sin pensar con mucha facilidad. De ordinario, parece algo difícil. Una persona que es capaz de pensar en tal grado, ¿Cómo va a disolver el pensar? ¿Cómo va a entrar en el estado sin pensamientos? Todo el mensaje de Buda se centra en el no pensar, y él era del tipo cognitivo. El pensó tanto que, en realidad, su pensamiento se mantiene aún actual.

Han pasado veinticinco siglos, pero Buda pertenece aún a la mente contemporánea. Nadie pertenece durante tanto tiempo a la mente contemporánea. Incluso un pensador de los tiempos actuales no puede afirmar que Buda sea anticuado. Pensó con tal profundidad, con una antelación de siglos, que todavía tiene atractivo. Para quienquiera que sea pensador Buda posee un atractivo porque es el tipo puro. Pero su mensaje es: introdúcete en el no pensar. Aquellos que han pensado en profundidad siempre han dicho, «Penetra en el no-pensar». ¿Por qué es tan fácil para ellos? Simplemente lo hacen.

Y el tipo emocional puede introducirse en el no-sentir. Por ejemplo, Meera, ella es del tipo emotivo; Chaitanya, él es un tipo emotivo. Su sentimiento es tal que no pueden permanecer sintiendo amor hacia unas pocas personas u objetos. Han de amar al mundo entero. Este es su tipo. No pueden sentirse satisfechos con un amor limitado, el amor no ha de tener límites, ha de esparcirse hasta el infinito.

 Un día Chaitanya acudió a un Maestro. El había alcanzado la Iluminación por propio derecho. Su nombre era conocido en toda Bengala, y entonces, un día, acudió a un Maestro, a un Maestro del Vedanta. Puso su cabeza a sus pies. El Maestro se sintió asustado, atemorizado, porque respetaba a Chaitanya en grado sumo. Y le dijo, «¿Por qué has acudido a mí? ¿Qué es lo que quieres? Te has realizado. No puedo enseñarte nada». Chaitanya dijo, «Ahora quiero penetra en el vairagya, el desapego. He vivido una vida de sentimiento, quiero penetrar ahora en el no-sentir. Así que, ayúdame».

Un tipo emotivo es capaz de cambiar, Chaitanya cambió. Ramakrishna era del tipo emotivo. Al final se introdujo en el Vedanta. Toda su vida fue un devoto, un adorador de la Madre, y al final se convirtió en un discípulo de un Maestro de Vedanta, Totapuri, y fue iniciado en el mundo de la ausencia de senti-miento. Y muchos le dijeron a Totapuri, «¿Cómo puedes iniciar a ese hombre, Ramakrishna? ¡Es del tipo emocional! Para él el amor es lo único. Puede rezar, puede adorar, puede bailar, puede entrar en éxtasis. No es capaz de introducirse en el desapego, no puede trascender el reino de lo sentimientos».

Totapuri dijo, «Por eso es por lo que él puede hacerlo, y le voy a iniciar. Vosotros no podéis; él lo hará».

Así que el segundo criterio para decidir es: si eres capaz de situarte en el opuesto, eres de este tipo. Observa que hay al principio y luego el movimiento hacia el opuesto; esos son los dos factores. Y busca en ti constantemente. Durante veintiún días, continuamente nota esas dos cosas: primero cómo reaccionas, cuál es el comienzo, la semilla, el inicio, y luego a qué opuesto puedes irte con facilidad. ¿Al no-pensar? ¿Al no-sentir? ¿A la no-acción? Y a los veintiún días alcanzarás la comprensión de tu tipo; del predominante, desde luego.

Los otros dos estarán presentes como sombras, ¿mmm?, porque los tipos puros no existen. No pueden existir. Los tres son parte de ti, sólo que uno es más significativo que el resto. Y una vez conoces qué tipo eres, tu camino se vuelve muy cómodo y fácil. Entonces no desperdicias tu energía. Entonces no disipas tu energía en caminos equivocados que no te corresponden. Por eso, descubrir el tipo de uno mismo es un requisito básico en la búsqueda espiritual. De no hacerlo así seguirás haciendo infinidad de cosas y crearás únicamente confusión, crearás sólo desintegración.

Eso es lo que Krishna quiere decir en el Gita con swabhav, el tipo que conforma tu naturaleza. Por eso dice que es mejor morir sin tener éxito permaneciendo en el propio tipo que tener éxito con el tipo de otro. Es mejor ser un fracasado, incluso ser un fracasado según el propio tipo, que ser un triunfador de acuerdo con el tipo de otro, porque este éxito se convertirá en una carga, un fardo, un peso muerto. Incluso el fallar según tu propia naturaleza es algo bueno, porque este fallo te enriquecerá. Madurarás con él, aprenderás con él, te desarrollarás con él. Por eso un fracaso es algo bueno si concuerda con el tipo de uno.

Descubre a qué tipo perteneces o cuál es tu tipo predominante. Luego, de acuerdo con este tipo, empieza a trabajar. La tarea será más llevadera y la meta más cercana.

 

 

WEB   http://www.oshogulaab.com/OSHO/VISION/tipo.htm