Reforzando las defensas o Inmunidad del Dr. Iván Seperiza Pasquali






Desde que se nace estamos en una lucha constante contra agresores externos ya sean virus, bacterias, parásitos, hongos o sustancias tóxicas por ellos producidas. Fue el SIDA o Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirido el que realzó la importancia de nuestro mecanismo de defensa o Inmunidad sin el cual no se podría vivir. El SIDA es causado por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana o VIH y a pesar de ser él el causante de la mortal enfermedad no es el que mata, pues al bajar las defensas del organismo permite que gérmenes no dañinos o patógenos que, a manera de comensales conviven con nosotros, se transformen en agresores, enfermen, dañen y lleven a la muerte por carecer el organismo de las adecuadas defensas que frenen y eviten el ataque de los gérmenes oportunistas que sin defensas que impidan su agresión pasan a ser patógenos.

El VIH lleva al estado de Inmunodeficiencia al tener la cualidad de atacar de manera específica a los Linfocitos T4 o células rectoras del comando en jefe de nuestras defensas, cuyas armas defensivas en nuestro cuerpo son variadas, algunas inespecíficas y otros específicas. Dentro de los mecanismos de defensa inespecíficos o primarios para todo tipo de agresión externa tenemos:

a.- La piel o barrera mecánica.

b.- En las aberturas naturales, como boca, ano, vías respiratorias, urogenitales y digestivas, las barreras defensivas son las secreciones mucosas que recubren los epitelios.

c.- En la saliva, en la secreción lacrimal y en la secreción nasal, existe una enzima, la lisozima; en el esperma la espermina, ambas con función bactericida. La secreción ácida del epitelio vaginal y de los conductos digestivos, forman un ambiente desfavorable para el desarrollo de microorganismos.

d.- En las mucosas respiratorias, los microbios y las partículas extrañas quedan atrapados en el mucus y son eliminados mediante el movimiento ciliar de las células epiteliales, por la tos y el estornudo.

A su vez tenemos un complejo mecanismo de defensas específicas que tienen la capacidad de reconocer al agresor y actuar sobre él. Una vez que el sistema inmunitario reconoce la naturaleza del agresor específico que se llama antígeno la respuesta inmunitaria es de dos tipos:







a.- La respuesta celular, mediada por los Linfocitos T4 el Comando en Jefe de nuestras Defensas, que dirige y organiza a los ejércitos de los otros linfocitos para que destruyan a los microorganismos patógenos portadores de dicho antígeno y eliminen sus dañinas toxinas.

b.- La respuesta humoral basada en la síntesis y liberación de anticuerpos por los Linfocitos B.

Se denomina antígeno a cualquier sustancia extraña que, introducida en el interior de un organismo, provoque una respuesta inmunitaria, estimulando a las defensas específicas con la producción de anticuerpos que son los misiles orgánicos que destruyen a los antígenos.

Antes de pasar a circular por la sangre los ejércitos de linfocitos se forman en la médula roja de los huesos y tras un proceso de diferenciación o especialización, pasan a la sangre. Uno de estos linfocitos van a perfeccionarse al Timo, una glándula situada entre la tráquea y el esternón: son los Linfocitos T, otros adquieren sus propiedades en la misma médula ósea: son los Linfocitos B que luego pasan a madurar al Bazo.

Finalizado el proceso de especialización y capacitación, los linfocitos B y T se acuartelan en los ganglios y demás órganos linfoides, algunos quedan de guardia en la corriente sanguínea, donde permanecen en alerta a la espera de entrar en contacto con los antígenos para actuar en su eliminación. Dada la voz de alarma los Linfocitos T4 reaccionan y hacen actuar a los linfocitos circulantes en la sangre y a los de reserva para que salgan a la sangre a cumplir su específica misión de defensa.

Cuando se detecta la presencia de un antígeno en el organismo, una célula llamada macrófago lo fagocita o engulle y lo transporta a los ganglios linfáticos. Allí presenta fragmentos del antígeno a los Linfocitos T4, que dan la orden de atacar a todos los macrófagos y hacen entrar además en acción a los linfocitos T killer o citotóxicos encargados de destruir al agresor y a los linfocitos T helpers o auxiliares, los que estimulan a entrar en acción a los Linfocitos B para que elaboren los específicos anticuerpos contra el agresor.

Los anticuerpos son proteínas pertenecientes al grupo de las gamma-globulinas que se unen al antígeno específico y lo bloquean en su acción dañina. Controlada la infección entran en acción los linfocitos T supresores que se encargan de detener las reacciones inmunitarias de defensa.

Si la mente es responsable de nuestro estado de salud quiere decir que es en la misma mente donde está la causa del debilitamiento que lleva a la enfermedad y a su vez es en la misma mente donde están los mecanismos para favorecer nuestra Sanación. El subconsciente mental desde antes uno nacer trae la base de programación hecha por el alma que se incrementa con lo que cada uno le programa en vida mediante sus prioritarios pensamientos. El subconsciente es el depositario de la Fuerza Interior Vital que nos permite ser, pensar y vivir, él responde a manera de autosugestión a la idea que se tenga por meta siempre y cuando esta aspiración sea realizable, lógica, simple y repetitiva. Aceptada ese idea el subconsciente se moviliza más allá del tiempo y del espacio para que ella se haga realidad. Además, por más que uno insista, no responde el subconsciente a ideas que él per se, por su programación de base, rechaza. Responde a lo que le es natural y lógico. Lo complejo no es buen estímulo para el subconsciente, por lo tanto lo complejo debemos simplificarlo. Por ejemplo, la INMUNIDAD es un conocimiento complejo y muy especializado que podemos simplificar durante la INTERIORIZACIÓN y presentarlo cual sencillo juego de guerra expresado en el propio lenguaje de uno, lo que entonces el subconsciente aceptará y le hará llegar a la Inmunidad la Fuerza Interior para que nuestras defensas sean reforzadas.

El plano consciente de la mente es la fuente de los pensamientos, es decir podemos de manera consciente pensar y mejorar o no la calidad de los propios pensamientos. Al ser sugestionable el subconsciente por el consciente significa que conscientemente podemos manejar el subconsciente en lo que es la Aventura del Ser Humano de lograr Pensar Mejor y elevarse a un nivel evolutivo más allá de las estrellas al lograr traer al plano consciente del Mundo Exterior la Potencia del Mundo Interior por medio del subconsciente. Y todo ello por el simple método de mejorar a diario un poco la calidad de los pensamientos. Esto da lugar a que: Durante la Interiorización podemos afirmar que tenemos la Fuerza y señalar al Subconsciente mental que guíe esa Fuerza Interior para que refuerce nuestra Inmunidad o Defensas apoyando la acción del Comando General de Defensa como lo son los Linfocitos T4 que están circulando en la sangre.

Para VISUALIZAR mejor podemos esquematizar la Inmunidad en un gráfico viendo en la Interiorización cómo en nuestra sangre circulan los LINFOCITOS. Allí uno debe IMAGINAR que ve actuando al Comando en Jefe de nuestras Defensas, los LINFOCITOS T4, con mayor fuerza, potencia y energía para reaccionar ante la alerta de la amenaza llamada antígeno y actuar estimulando a los otros Linfocitos como lo son los Macrófagos y los Linfocitos Killer para que se pongan en acción y rodeen al agresor que es devorado por los macrófagos o eliminado por los killer; para que entre en acción los Linfocitos Helpers y den la orden de ataque a los Linfocitos B que elaboran las poderosas Globulinas específicas en contra del agresor al que anulan. En este vital juego de guerra interno uno verá cómo imagina el campo de batalla y la orientación que le da para que su personal subconsciente actúe con la finalidad de reforzar las personales defensas.

Otro notable refuerzo para las defensas lo otorga el simple hecho de SONREÍR, refuerzo que es potenciado en alfa cerebral durante la INTERIORIZACIÓN. Cada vez que se SONRÍE, además de uno sentirse bien al circular Endorfinas y Serotoninas, son reforzadas nuestras defensas.

Si se está con algún tratamiento médico por ningún motivo dejarlo aunque uno se sienta mejor por el AUTOAPOYO visualizado de la Interiorización. Lo que sí se puede hacer es reforzar el medicamento al tomarlo sintiendo que nos hace bien y está ayudando a sanar. El manejo de la terapia debe estar siempre a cargo del médico, esa terapia a su vez se puede complementar con AUTOAPOYO del propio paciente...

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Extraído http://mundomejorchile.com/soli55.html